UN PACTO INVIABLE

VOXPRESS.CL.- Aunque de la politiquería chilena se pueden aguardar los más escabrosos espectáculos, lo que ha ocurrido al interior del mal llamado pacto Unidad Constituyente, hacía tiempo que no se observaba en el escenario nacional, y ello dada la virulencia, las descalificaciones y hasta las ofensas entre sus ‘socios’ frente a la realización (o no) de una primaria interna para elegir a su precandidata presidencial.
La pugna al interior de la izquierda opositora, antiguamente agrupada en la Concertación, da cuenta de un hecho irreversible que refleja la realidad de la convivencia social: no existen ni los más mínimos puntos de genuinas convergencias. Se ha llegado al límite en la imposición de intereses particulares.
Todo cuanto se habla de unidad no va más allá de un calculado oportunismo momentáneo, con objetivos e intereses cortoplacistas. El recurrente discurso de que “debemos ir todos juntos” es una falacia que a nadie convoca.
Al interior de este bloque sobreviviente de la fundacional Concertación por la Democracia, se produjo una grieta, casi imposible de reparar, entre el PS y la DC, agravada por las insuperables divergencias entre, hasta ahora, sus supuestas candidatas a primera vuelta, Paula Narváez y Yasna Provoste. El punto de quiebre es que ninguna cederá en favor de la otra.
Fiel retrato del nivel de desarmonía en que se encuentra el pacto, fue una expresión brutalmente descalificadora de Provoste en contra de Narváez: “qué tanto exige primaria, cuando ella nunca ha ganado ni siquiera, una elección de Junta de Vecinos. Yo, en cambio, he sido primera mayoría”.
Seguramente, ambas leyeron a Winston Churchill, quien dijo que “un político debe saber predecir el futuro”, y en el futuro cercano de las dos no hay cabida para las dos.
El erizado escenario entre socialistas y democratacristianos no tiene arreglo, porque saben que si la presidenta del Senado acepta ir a primaria, se perderá, y probablemente para siempre, fruto del solitario apoyo de la DC: con la plataforma exclusiva de sus votos, no tiene por dónde ser electa para ir a primera vuelta.
Totalmente consciente de ello, su partido ha propuesto elegir a la postulante a través de una encuesta, e incluso reniega de una eventual primaria “porque, inevitablemente, las relaciones al interior del pacto quedarían dañadas”…Fuad Chaín, ex presidente DC, afirmó que “de ninguna manera veo a Yasna Provoste en una primaria”, con lo cual -está más que claro- envió un mensaje definitivo a sus cada vez menos aliados.
El PS, a su vez, rescató de la nada a su aspirante para reposicionarla y sacarla a luz como candidata. Narváez, amiga y ex ministra de Bachelet, desde que ésta la designó ‘a dedo’ desde Ginebra, no ha logrado superar los 2 puntos en las consultas de adhesión popular. Pero llevada a una hipotética votación al interior del conglomerado es obvio que superaría a Provoste por detentar un mayor volumen de apoyo: tras suyo tiene al PS, PPD, Partido Liberal y al PRO, que acaba de estrenar un senador único, el ex radical, ex independiente y entenado del PC, Alejandro Guillier. De ahí que Narváez le haya dicho en su cara a Provoste que “primaria o primaria; de ahí no me muevo”. Los votos que ella pueda obtener en una eventual primera vuelta son harina de otro costal…
A este enfrentamiento personal a que ha conducido este escenario tan falsamente unitario, hay que agregar los divorcitos que se han ido produciendo entre ambos partidos, a medida que se enroscan las diferencias por una primaria. De partida, el PS designó a un gran equipo de abogados asesores para los convencionales de su partido, haciendo trizas el origen de una Unidad Constituyente.
Un sector del Consejo Nacional de la DC permanece disconforme por la forzosa bajada de Ximena Rincón en beneficio de la repentina atropellada de Provoste y advirtió que “en caso de un acuerdo electoral” no está dispuesto a votar por Narváez. Lo mismo ha recordado el núcleo más extremista de la militancia socialista, la que así como advirtió que no votaría por la senadora DC por Maule, tampoco está llano a hacerlo por la presidenta de la Cámara Alta.
En esta espiral de desencuentros, el PS omite que es el gran responsable de haber llegado al estrecho callejón en que se encuentra. También pensando en el populismo más barato, su Comité Central obedeció sin chistar las órdenes de la Alta Comisionada, creyendo, erróneamente, que con Narváez, aunque toda una desconocida, haría revivir al ‘bacheletismo’, lo que no ocurrió. Más tarde, no midió las consecuencias de entregarle a Provoste el solitario liderazgo de la oposición en su condición de presidenta del Senado para encarar, en la mismísima La Moneda, al Presidente: subió como espuma en las encuestas y, arrogante, se pasea por el país como pavo real.
Parece llegado el momento en que la politiquería criolla, ahora sí definitivamente, asiste a los últimos estertores de la Concertación. La llamada Unidad Constituyente, tiene poco o nada de aquélla, pero conserva su activo ánimo confrontacional.