PROFESIONAL DE LA MENTIRA

VOXPRESS.CL.- Ceñidos a la literatura oficial al respecto, la mentira “es una declaración realizada por alguien que sabe, cree o sospecha que es falsa en todo o en parte, esperando que los oyentes le crean”.
La definición aclara que la consecuencia más directa que surge de la mentira es el daño que se le origina a quienes se les relata dicha falsedad, pues emocionalmente éstos se sienten engañados y traicionados, “lo que les hace tener sentimientos negativos”. Se entiende, entonces, el por qué el Presidente Gabriel Boric no puede bajar los niveles de reprobación ciudadana, e incluso hay semanas en que los sube.
La que miente es una persona insegura que, simultáneamente, puede no hablar mucho o, por el contrario, se dedica a desarrollar una historia y abocarse en todo momento a ella.
Si se repara en los acontecimientos de días recientes, no hay vacilaciones para calificar de muy poco veraces las contritas expresiones de Boric por Carabineros. A las horas, sus partidos ejes, el FA y el PC, y la ministra del Interior, se negaron a dar plenas facultades, de acción a sus cuadros, las establecidas por siempre en la Constitución para garantizar el orden público con el uso incondicional de sus armas.
Dicha institución, desde su creación, ha tenido el rango de armada y no sólo por el diseño de su emblema, dos carabinas. El punto de inflexión es que, a partir de 1973, cuando su entonces Director General rehusó defender a Salvador Allende y se unió a las Fuerzas Armadas para expulsar al marxismo, toda la izquierda, cualquiera sea su tonalidad, se propuso, en venganza, aniquilarlo.
El climax de dicho odio llegó tras la subversión extremista del 2019, destinada a derrocar al Presidente de turno. Se profundizó el encono con el valiente desempeño de sus cuadros que fueron los únicos que sostuvieron el Estado de Derecho en el país. Recuérdese que con la complicidad del anterior Presidente, Carabineros fue rebajado, desmoralizado, desempoderado, inhibido y se le prohibió el uso de sus armas. Más grave aún, la Convención constitucional resolvió hacerlo desaparecer y/o refundarlo.
Hoy, Carabineros tiene un 73% de aprobación ciudadano contra un 25% del Presidente. No puede ni es digna de crédito una autoridad que tres meses atrás indultó a delincuentes que desafían y asesinan a carabineros y, hoy, a éstos les jura un respaldo absoluto…
La ciencia considera que la mentira es una de las muchas derivaciones de lo que se denomina confusión mental, esto es, “un cambio en la conciencia de un individuo”, y afecta el modo en que una persona piensa, cómo percibe el mundo que la rodea y cómo recuerda sucesos del pasado. Un ejemplo: Boric evoca a Allende como un “gran y ejemplar héroe demócrata” al que hay que imitar. Fue ese Mandatario, el que a punta de apropiaciones ilícitas, del abuso, de las carencias para la población no de su ideología y con la militarización de los trabajadores, intentó la vía chilena hacia el socialismo.
Los signos principales de confusión mental, conocida comúnmente como delirio, son cambios repentinos en la conciencia. En el caso del Presidente, pasa abruptamente de escupir a alabar a Carabineros, de estar en barricadas a abrazarse con familiares de una funcionaria indefensa acribillada a balazos.
Una persona delirante transita de una respuesta insolente –como a Evelyn Matthei- a un casi tierno susurro para confesar que “he reflexionado y es hora de reconsiderar mis percepciones del pasado”, expresado claramente bajo los efectos de un sedante.
Una de las características de esta sintomatología es la combinación de estados de súper actividad con períodos de hipo actividad: así como febrilmente anunció que perseguirá “como perro” a los delincuentes y a los gritos exige respeto a un dirigente de las pymes, también prescinde de ir a La Moneda para, en la paz de su hogar, satisfacer su gran hobby que es la lectura. Arrollador activista escolar y universitario, capaz de lanzarle un piedrazo a una académica de Derecho, hizo público su sueño de encerrarse sin compañía en un faro, “ojalá el más austral que se pueda”.
Confeso de haber consumido marihuana, de sufrir de Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC) y de haberse disculpado con una dama por acoso sexual, Boric cantó junto a sus compinches su deseo de “orinar en un caso militar” y, más tarde, debió recurrir al Ejército para que, aunque sin usar sus armas, apaciguara el terrorismo rural. En campaña, juró que “por ningún motivo” recurriría a las Fuerzas Armadas, porque “la violencia no se combate con violencia”. A días de asumir, y hasta la fecha, tuvo que recurrir al Estado de Excepción…a cargo de personal castrense.
Votó, como diputado, a favor de prohibir las expulsiones de los inmigrantes ilegales, y hoy se queja ante Bolivia y Venezuela que no los aceptan de vuelta.
El revuelo originado por el asesinato de un sargento en Concepción lo obligó a cancelar un nuevo indulto, ya en manos del Ministerio de Justicia, que iba a ser anunciado el 29 de marzo, ‘aniversario’ del Día del Joven Combatiente, toda una fiesta delictual de sus adherentes más noveles. Eligió esta misma fecha, clásica en cuanto a violencia política, para inaugurar el batallón de Derechos Humanos (Cascos Azules) de Carabineros. “No se olviden –les dijo a los policías uniformados- que en un día como éste se cometió un asesinato a dos adolescentes”.
Con una reprobación record de un 70%, el Presidente está sumido en la más tremenda de las angustias, porque ni en la peor de sus pesadillas soñó que, primero, fracasaría la toma violenta del poder en octubre de 2019, que la ciudadanía con su voto repudiaría el intento de instalar en Chile un régimen totalitario socialista y que la Cámara de Diputados le botaría su “transformadora y estructural” reforma tributaria, estando muy consciente de que pronto le ocurrirá lo mismo con la previsional. Por el apacible desarrollo de su vida personal, en que no ha conocido la dinámica y la fortaleza del mundo trabajador, nunca antes se enfrentó al fracaso, vocablo que está excluido del diccionario marxista.
La última de sus mentiras e incoherencias quizás sea la que más impacto y revuelo ha generado, porque escandalosa y frívolamente se mostró condolido con Carabineros, pero, a la vez, los ofende al pedirles que deben respetar los derechos humanos, haciendo alusión, por cierto, a que no utilicen el poder de sus armas en contra de la delincuencia y el narcoterrorismo. Para Boric y la izquierda en su conjunto, los derechos humanos no son aplicables a inocentes ni a víctimas como la sargento asesinada, sino son exclusivamente válidos y aplicables para sus pandilleros ideológicos.
No cesaremos en recalcar que la ciudadanía hace tiempo detectó esta disociación entre el deber y el hacer por parte de la autoridad. La población sabe, perfectamente, que el Presidente tiene el compromiso ideológico de instruir a Carabineros que no dispare a los suyos, porque es allí donde se halla su sustento político y electoral.