PRO VIOLENTISTAS

VOXPRESS.CL.- “A confesión de parte, relevo de pruebas” dice un antiquísimo aforismo jurídico que, más que en la práctica de los tribunales chilenos, vale para para dar por hecha la autoría de un delito, en este caso puntual, el de índole político: un grupo de 13 diputados más todo el Frente Amplio y el PC se negaron a respaldar una ley que obliga a los partidos a condenar la violencia.
A partir de ahora, no serán necesarias pruebas ni presunciones para que los incautos terminen de convencerse de que el vandalismo extremista es organizado, financiado y patrocinado por estos dos partidos, y flamantes socios, extremistas, y por unos pocos diputadillos del PS y del PPD, e insólitamente por una parlamentaria de RN, hincha de la “derecha social”…
La población chilena, y esto hay que difundirlo con celeridad, debe tomar conciencia de que todas las destrucciones y ruinas personales y comerciales desde octubre de 2019 a la fecha, tienen culpables con nombres y apellidos. Los medios de comunicación tendrán que eliminar de su vocabulario, groseramente comprometido, sus justificativos de que las acciones violentistas son autoría de “descolgados”, “desconocidos”, “encapuchados” o “terroristas”, para así no vincularlos a quienes los orientan y apadrinan. La hipocresía circulante en torno al vandalismo extremista quedó asquerosamente en evidencias, tras las reacciones de quienes lo fomentan, impulsan y lo consideran un medio válido “de lucha”.
“Con saqueos y con incendios, no se cambia Chile", ‘reclamó’ la ex candidata presidencial del Frente Amplio, Beatriz Sánchez, refiriéndose a la quema de dos templos católicos y robos a locales comerciales ocurrido al atardecer del domingo 18 de octubre; otros ‘próceres’ del extremismo bombardearon las redes sociales, condenando tanta barbarie: "esto es absolutamente inaceptable; quienes hemos defendido públicamente las movilizaciones no debemos titubear en rechazar incendios provocados", tuiteó Gabriel Boric, de Convergencia Social, en tanto el diputado de Revolución Democrática, Giorgio Jackson, escribió “estar impactado” por "terribles imágenes”, y condenó los destrozos e incendios. Por su parte, el PC, a través de su alcalde y presidenciable Daniel Jadue, también censuró el nivel de aniquilamiento: "rechazo tajantemente y sin medias tintas la violencia en las calles. No permitamos que se empañe el despertar de Chile con acciones que no representan a las grandes mayorías". Él estuvo en Plaza Baquedano ese día.
Sin embargo, trece días después de emitir tan llorosas expresiones, ocurrió lo siguiente: por 92 votos a favor, 17 abstenciones y 38 EN CONTRA, la Cámara de Diputados aprobó un proyecto para exigir a los partidos renunciar expresamente a toda forma de violencia. Los rechazos provinieron del FA, del PC, 3 PPD, 9 PS, y por el oficialismo sólo lo hizo Ximena Ossandón (RN).
Su artículo único establece que “los partidos deberán renunciar expresamente al uso, propugnación o incitación a la violencia en cualquiera de sus formas como método de acción política". Queda claro que los mismos que dicen condenarla están detrás de los extremistas, los financian y los utilizan.
En el caso, inaudito por cierto, de Ximena Ossandón, ella en su paso por la administración pública, calificó de “reguleque” su sueldo de 4 millones; entregó a un hijo en una comisaría por golpear a un compañero de curso; es integrante de un puñado RN que impulsa una nueva “derecha social” (?) y se ubica en el incoherente y extraviado bando que postula a Mario Desbordes como candidato presidencial.
Dejando a esta señora al margen por razones más que comprensibles, si se repara en el mapa de quienes votaron a favor de la violencia, corresponden todos al sector de la izquierda más dura, distribuida en bloque cerrado en los casos del Frente y del PC y en 9 casos específicos al interior del PS –lo que se entiende perfectamente- y 3 en el PPD, curiosamente un partido que hace ostentación de un progresismo moderado y ceñido a las reglas de la democracia.
Esta revelación, que jamás se soñó que llegaría a producirse, llega en el peor momento para las aspiraciones del alcalde comunista de Recoleta, quien ya había consumado el apoyo del Frente Amplio, lo que podía garantizarle una primaria presidencial tranquila. Pero con la caída de este misil votado por su partido, los embrujados o engatusados por él, van a pensar dos veces acerca de su anunciada adhesión a las pretensiones presidenciales de Jadue, y ello fruto del progresivo y enérgico repudio de la ciudadana a la violencia extremista. El agotamiento existente en la comunidad nacional por la larga e incontrolada ola de saqueos, terrorismo y destrucción, alguien lo terminará pagando, y eso será en las urnas.
Hasta el miércoles 28 de octubre, no había testimonios claros y rotundos para conocer a los instigadores y financistas del vandalismo extremista: a partir de esa fecha, se les conoce e individualiza con nombres y apellidos. Hay que memorizarlos.