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¿‘NANAS’ ONLINE?


VOXPRESS.CL.- Transcribiendo textualmente la definición oficial, la Subsecretaría de Prevención del Delito, a cargo de la abogada Katherine Martorell, es ser “responsable de elaborar, coordinar, ejecutar y evaluar las políticas públicas destinadas a prevenir la delincuencia, rehabilitar y reinsertar socialmente a los infractores de la ley”.

Hace más de un año que ella no está abocada a su función específica, pues funciona como miembro y vocera del Comité de Crisis del MINSAL formado expresamente para evaluar y resolver sobre las medidas restrictivas impuestas a la población a causa del virus chino.


Ello, en medio del vendaval delictivo que azota al país, respecto al que, para frenarlo y, ojalá, extinguirlo, no se conoce de política pública alguna.


Si se repara en la definición de su cargo, éste se remite a la prevención de infractores de la ley, y resulta que ninguna de las decisiones tomadas por la mesa ad hoc del MINSAL es consecuencia de alguna legislación, sino sólo se trata de reglas asumidas en el momento y en función de los vaivenes de la epidemia en el marco de un Estado de Excepción. En buenas palabras, ella nunca debió estar donde está, pero sí, en el día a día, de una, hasta ahora, estéril lucha contra la delincuencia desatada, donde brilla por su ausencia.


Esta funcionaria, deslumbrada por sus periódicas apariciones en televisión, ostentando de su vistoso vestuario, dejó fuera de los ‘permisos especiales’ de desplazamiento a las asesoras del hogar. Dijo: "no está permitido y no es esencial este trabajo de las asesoras del hogar". El 70% de l@s trabajadores del país puede sustituir su presencia física en su sitio laboral por las comunicaciones online, pero las ‘nanas’, al igual que los de la construcción, no. Un alto porcentaje de ellas carece de contrato, por lo cual simplemente dejan de tener ingresos y ninguna ley las protege.


La subsecretaria precisó que los salvoconductos sólo son para "el personal de la Salud. Además de ningunear a un amplio sector de la población más requirente que se desempeña en el servicio doméstico, Martorell no dudó en sostener una falsedad, al asegurar que “los únicos” con acceso a plena libertad de desplazamiento son los funcionarios de la Salud, y ello no es así. La desmiente una fuerte polémica surgida al interior del Poder Judicial, precisamente por la discriminación en los permisos para…asesoras del hogar.


Las Asociaciones de Funcionarios del Poder Judicial le pidieron a la Corte Suprema salvoconductos para sus asesoras del hogar durante la cuarentena, argumentando que el documento se les ha otorgado "a funcionarios de la Salud, Carabineros y PDI”.

En la misiva, se pide al máximo tribunal que “se otorgue salvoconducto para asesoras del hogar, de todo el personal que tenga a su cargo niños y que les corresponda atender los turnos rotativos de trabajo presencial” La Asociación de Magistradas, por su parte, manifestó que "la labor de cuidados de niños, enfermos y adultos mayores reposa casi exclusivamente en las mujeres", aludiendo a que el 50% de los tribunales está en manos femeninas.


De los 34 países que conforman la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Chile sobresale porque menos del 50% de las mujeres en edad activa participa en el mundo del trabajo, y aquéllas que lo hacen, tienen mayor presencia en ocupaciones vinculadas al sector comercio y al área de los servicios, entre ellas, el doméstico’, con un 9% de ocupación, esto es 250 mil mujeres, según la última Encuesta de Caracterización Socioeconómica Nacional (CASEN).

La investigación "El mercado laboral del servicio doméstico en Chile", realizado por David Bravo y Claudia Ordenes, del Centro de Encuestas y Estudios Longitudinales de la Universidad Católica (CEEL), detalla que hace dos décadas, las asesoras del hogar llegaron a constituir el 20% de la fuerza laboral femenina. La investigación demuestra que esta labor es altamente feminizada (97% son mujeres) y revela que se trata de una importante fuente de trabajo, "particularmente para aquéllas que tienen menores opciones de insertarse en otras áreas más calificadas".

Hace dos décadas, el servicio doméstico llegó a constituir el 20% de toda la fuerza laboral femenina. Pese a que ha tenido una notoria disminución, el mejor estándar de vida de las familias ha permitido que este tipo de prestación siga muy vivo, vigente, y fundamentalmente necesario para muchas madres, adultos mayores y por el incremento de las crianzas monoparentales. La misma investigación rescató, a título de ejemplo, que el promedio de ingresos por este tipo de prestaciones oscila entre los $ 500 y $ 400 mil al mes, según sea la característica del trabajo: puertas adentro, por día o por horas.

La del servicio doméstico, si no la primera, es una labor que en Chile data de la época de la Colonia. En las décadas de los 70 y de los 90 surgieron leyes que fijaron reglas para una labor que hasta los 60 fue discrecional. El 98% de quienes prestan estos servicios son mujeres solas y/o emparejadas que requieren del trabajo para incrementar los precarios ingresos de sus familias, todas asociadas a la clase trabajadora con más bajas rentas.


El daño económico que se le genera arbitrariamente a un sector de aporte indispensable, es total. Para conocimiento de las autoridades, ésta es una de las poquísimas labores que no se pueden ejecutar a distancia. Aunque estas mujeres dispongan de un acceso elemental a la tecnología, sí o sí, su prestación tiene que ser presencial, y es esto los que se les ha negado gracias a los oscilantes criterios de las autoridades a cargo de las cuarentenas.


Dado todos estos antecedentes, se da por descontado que la subsecretaria Martorell no tiene servicio doméstico.


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