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LA MANO NEGRA ONU


VOXPRESS.CL.- “La promoción de la participación y representación política de las mujeres, es una línea de trabajo central para avanzar, tanto en el fortalecimiento de la democracia… como en igualdad de género".


Dicha expresión corresponde a Marcela Ríos (en la foto), representante para Chile del Programa de Desarrollo Humano de la ONU (PNUD), tratando de explicar el “aporte” de su entidad a las elecciones de convencionales, al organizar talleres y un programa de “capacitación” a las candidatas a constituyentes. Aclaró, y por algo lo hizo, que dicha asesoría “es para todas las interesadas”, pero, claramente, las aspirantes independientes y de Chile Vamos se abstuvieron de participar, dado el color de los organizadores y de las dos responsables de las charlas, una argentina y otra ecuatoriana.


Este programa de adoctrinamiento que se extiende durante la víspera de la elección, es coorganizado por el PNUD local y ONU Mujeres, cuyas titulares, se sabe, han sido siempre pertenecientes al socialismo internacional, como Michelle Bachelet. Antes de que la ex Presidenta personalmente la nominara como la precandidata del PS a las presidenciales, su amiga y ahijada Paula Narváez oficiaba de agente para el Caribe y Latinoamérica de dicha Subsecretaría General.


Esta “preparación gratuita” para todas las candidatas, fue la culminación, muy bien maquillada, del ciclo de cabildos y conversatorios vecinales realizados por el PC y el FA a partir de pocas horas después del ficticio Acuerdo de Paz del 15 de noviembre de 2019. El tutti frutti de la izquierda, Alejandro Guillier, reconoció que la Convención Constituyente será “una pérdida de tiempo”, porque “los contenidos de la nueva Constitución ya fueron resueltos por el pueblo en los diálogos vecinales”.


Recientemente, una dirigente feminista aseguró que “así como la base de la Constitución del 80 fue la libertad de mercado, la piedra angular de la nueva serán las mujeres y su empoderamiento”.


La declaración oficial de las filiales chilenas de ONU/M y del PNUD sobre este adoctrinamiento electoral, hablan por sí solas. Dice: “con el objetivo de promover la participación política de las mujeres, factor considerado clave para el fortalecimiento de las democracias, ONU Mujeres y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, realizan un inédito programa de capacitación dirigido exclusivamente a todas las mujeres candidatas a la Convención Constitucional”. Agrega que “en la instancia se compartirán herramientas para fortalecer su participación durante el período de campaña electoral, destacando la incorporación de una perspectiva de género en todas las materias de interés para las electoras”.


Marzo, hay que tenerlo presente, es el período elegido por el PC y el FA para presionar al electorado con potentes y masivas manifestaciones callejeras. La ONU, a través de dos de sus filiales, se hace parte, sin descaro, de este peculiar estilo “democrático” de la izquierda de preparar actos electorales.


“La experiencia de otros países muestra que el rol de las mujeres es clave para asegurar procesos constitucionales inclusivos", dice la representante del PNUD, Marcela Ríos. Los tres ejes temáticos del programa son estrategia de campaña, relación mujeres/nueva Constitución e igualdad e inclusión. Según María Inés Salamanca, coordinadora de ONU/M en Chile, la idea es "promover la participación de las mujeres en los espacios públicos y apoyarlas para que tengan buenos resultados electorales”.


Las principales instructoras, vía Zoom, fueron Virginia García Beaudoux, de Argentina, y Wendy Reyes Chiriboga, de Ecuador. La primera es una feminista y experta en Comunicaciones de la Universidad de Buenos Aires, y la segunda es una experta electoral.


En la campaña de adoctrinamiento de las candidatas, el concepto que impera es el pensamiento de ONU en cuanto a “la autonomía y empoderamiento de las mujeres".


Marcela Ríos, del PNUD, dice que “las mujeres en Chile han mostrado que están muy empoderadas”, pero hay que reforzarlas en conceptos como “el principio de paridad, la discusión respecto del catálogo de derechos, el concepto de igualdad, de no discriminación, las discusiones sobre la protección social de las mujeres y la mirada de género en las estructuras de las instituciones”.


De la lectura del pensamiento de la ONU a través de sus representantes oficiales en Chile, se concluye una visión tan miope como reductiva. Cualquier y cualquiera Convencional Constituyente debe, por espíritu y obligación, tener una generosa óptica de país, porque una Carta Magna no es el espejo de los apetitos femeninos ni de otro género en particular, y es digno de lamentos que este impúdico intervencionismo de la ONU sea el eco de los coros de las criollas libertinas que suelen salir a las calles para actuaciones, a veces muy censurables, y que constituyen la cara opuesta de la institucionalidad nacional.


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