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LA DESCONFIANZA ESTÁ AQUÍ


VOXPRESS.CL.- Cuentan que dos camaradas coincidieron en un viaje ordenado por el partido. Uno le comenta al otro: “¿te has dado cuenta de que todo lo que le cargaban al comunismo era mentira?”. Y el otro le responde: “pero peor es que todo lo siniestro que nos contaban del capitalismo también era mentira”.

Vale esta introducción para graficar el punto de partida de un nuevo enfrentamiento entre dos modelos de convivencia humana, dos formas de vida, donde la libertad está en juego. Según el izquierdista fundador del republicanismo español, Manuel Azaña, “la libertad no hace más felices a los hombres, sino simplemente los hace más hombres”. Sin embargo, ello se traduce en tal fortalecimiento sólo en los moldes capitalistas, ya que en los regímenes totalitarios socialistas, el ser es reducido y aplastado, acaso no eliminado.

Sin que la ciudadanía lo sugiriese siquiera, este enfrentamiento entre valores genuinos y trastocados, ya se está dando con las campañas para un nuevo proceso constituyente, frente al cual el comunismo llamó a “rodearlo” con movilizaciones sociales para forzar una buena elección -para ellos- de consejeros constitucionales (7 de mayo) y, de paso, “presionar” –textual-- a los ideologizados expertos que ya trabajan en redactar un pre proyecto acorde a sus intereses.

Con mucha anticipación, La Moneda se encargó de imprimir un libro guía de instrucción y vocabulario común para sus ministros, parlamentarios y funcionarios. Idéntica intromisión e involucramiento presidencial a lo ocurrido con el proyecto rechazado a la Convención.

La ciudadanía, libremente, expresó su voluntad de rechazar una nueva Constitución el 4 de septiembre, pero el Gobierno --que aún no reconoce su derrota de aquella oportunidad-- y un grupo reducido de políticos voluntaristas y supuestamente opositores al actual régimen, terminaron metiendo a la población en un nuevo y obligatorio acto electoral que no quería ni lo pidió. Una reciente encuesta de CADEM reveló que un 60% no está “ni ahí” con el proceso constituyente.

El presidente del PC, Guillermo Teillier, según los sondeos de opinión el personaje más aborrecido en el país, llamó, el 2020, a “rodear” el plebiscito de entrada para asegurarse el montaje de una Convención constituyente a la pinta del comunismo y, después, convocó a movilizaciones para “reforzar” el día de instalación de aquélla y, finalmente, antes de conocerse el desenlace, invitó a sus camaradas a salir a la calle “a defender el triunfo del Apruebo”, el 4 de septiembre.

Teillier es el mismo que se negó a sumarse al movimiento democrático que, en el plebiscito de octubre de 1998, selló el futuro de Augusto Pinochet. Escogió el camino propio de la guerra civil, a través del Frente Manuel Rodríguez, el brazo armado del PC, del cual fue su líder para la internación ilegal de arsenal en Carrizal Bajo, dirigiendo las operaciones con la chapa de ‘Guillermo Larraín’. Se peleó con Ricardo Lagos, artífice del triunfo en las urnas que puso fin al régimen militar, y su odiosidad personal hacia él, lo llevó a forzar su bajada como candidato presidencial a la reelección, el 2017.

Desde la realización del plebiscito de entrada –25 de octubre del 2020- hasta el 4 de septiembre de 2022, el PC actuó como vencedor en su objetivo de instalar institucionalmente en Chile un sistema totalitario socialista, y utilizó como gran instrumento para ello a la Convención.

Gabriel Boric, en lo personal y el PC en lo corporativo, fueron los únicos que eludieron confesar el impacto del rechazo ciudadano del 4 de septiembre -8 millones de votos en contra de ellos-, y hasta la fecha rehúsan hablar del tema y, menos, reconocer y hacer un mea culpa por tan apabullante fracaso. Más prepotentes aún y sobre la marcha, con la ayuda de pánfilos colaboracionistas de Chile Vamos, inventaron una última oportunidad para imponer su sistema político de Estado social.

Los agudos problemas cotidianos de la población para sobrevivir en medio de una inédita crisis económica que no cederá hasta mediados de año, le impiden a un 40% de ésta tomar real conciencia de los peligros que la acechan por la gigantesca influencia del PC en el Gobierno y por la constante presión que ejerce sobre el Presidente de la República, cuando éste se sale de libreto y, para mejorar en las encuestas, se las da de demócrata y, engañosamente, de receptivo.

Hace ya un tiempo, un visionario lector de la realidad hizo una diferencia: “el socialismo busca imponerse por los votos, en cambio, el comunismo lo hace a través de la violencia”. Fue el PC el que organizó el Golpe del 11/O, con US$ 3.500 millones de pérdidas para el Estado; fue el que obligó a Boric a indultar a delincuentes en momentos en que la criminalidad arde en el país y fue el que designó a Marcos Barraza para que controlara y dirigiera a la Convención para que, en su texto constitucional, incluyera la coerción de libertades, expropiaciones a granel, impuestos descomunales a los “capitalistas”, el reinado absoluto del Estado, la extinción del Poder Judicial y la no persecución a los delincuentes políticos, objetivo en pleno desarrollo.

En un arrebato de mal disimulado optimismo, el ministro de Hacienda, Mario Marcel, alentado por un IMACEC “sorpresivamente bueno” del 0.4, instó a los empresarios a que “éste es el momento preciso para que se decidan a invertir”, presenciando de reojo el aumento a más de un 8% del desempleo, precisamente porque es suicida invertir o iniciar proyectos, teniendo al frente del Gobierno a un comunismo desfachatado que sólo se importa a sí mismo y que se da el lujo de manejar, para infiltrar, “infraestructuras críticas”, como lo son las Fuerzas Armadas.

Ninguna revolución marxista parte sin conquistar para sí a los cuadros castrenses, y eso fue lo que se propuso el PC al pedir para sí el dominio del Ministerio de Defensa de Chile, con militantes suyos ocupando los más importantes y diversos cargos.

Si bien su ministra Maya Fernández pertenece al PS, su padre, Luis Fernández Oña, era cubano y Director de la Agencia Nacional de Inteligencia de Fidel Castro. Su subsecretario es Galo Eidelstein, quien intentó modificar el sistema de educación militar sustituyéndolo por otro político, pero su proyecto fue frenado por la Contraloría General de la República; Roberto Campos es asesor; al igual que Pablo Moyano, Patricio Palma y Manuel Da Carte; Carlos Chong es jefe de Finanzas; Juan Carlos Valdivia, lo es de la División Jurídica; Erick Layana, de Asuntos Institucionales; Tania Sáez, es la encargada de la División Administrativa; Jaime Insunza es el ¡asesor gremial! del ministerio y Luis Lobos es el jefe de gabinete, todos militantes comunistas.

En la última encuesta del CEP, las Fuerzas Armadas están en el tercer lugar de mejor percepción por parte de la ciudadanía y, en otra reciente, se disparó el número de chilenos que quiere que militares se desplieguen por todo el país con la finalidad de amortiguar la indiferencia del Gobierno en cuanto a seguridad. Se ignora acaso hay querellas o prisión para el medio centenar de apresados por su autoría en los incendios forestales, en tanto se conoció que 50 vándalos del 11/O son beneficiados con pensiones de gracia por el Estado. El Gobierno, eso sí, hizo reserva de sus identidades.

El comité comunista del Senado se opuso a que el Presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, diera una conferencia online a la sala, y la diputada PC, Karol Cariola, firmó una carta del Grupo de Puebla (asociación latinoamericana de países progresistas) en contra del Poder Judicial chileno.

Hablar de pacto de Gobierno es una gran falsedad y una ignorancia: el PC actúa en La Moneda “a su pinta” y ceñido a sus propios intereses u objetivos. Las últimas pruebas de ello están en una carta que desde su lecho de enfermo, Teillier envió al Comité Central del partido; en el largo texto, pone énfasis en tres puntos: “hay que organizar a nuestras fuerzas sociales para que se movilicen (salgan a la calle) a presionar a los expertos constitucionales; compañeros militantes tienen que trasladarse donde las víctimas de los incendios forestales para ‘conversar’ con ellas y se debe aumentar la tensión al Presidente para que otorgue más beneficios a la población más vulnerable”.

Este protagonismo agresivo y prepotente del PC agudizan la contradicción histórica de que la expresión más dura del totalitarismo marxista sea la que mande y domine en una democracia genuina y auténtica, como la chilena, aunque temblorosa por la misma razón. Por ello, resulta fácil entender la desconfianza generalizada de la gente en cuanto a todo lo que dice, hace y convoca el Gobierno y, muy en particular, el desinterés de los empresarios de invertir para reactivar, pues ni ellos ni nadie saben cuál será el destino del país en manos de esta lacra.


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