LA ÚLTIMA TRAICIÓN

VOXPRESS.CL.- La insaciable voracidad del Presidente por incumplir el programa de gobierno de Chile Vamos, tuvo no su broche de oro, sino su broche de fango, con motivo de su última Cuenta Pública a la nación: sin previo aviso y sin estar considerado en el mensaje, anunció la puesta de urgencia para la ley sobre el matrimonio igualitario.
La reacción de la coalición oficialista fue inmediata, llegando algunos a calificar de traición el anuncio presidencial, porque al igual que muchos otros, nunca estuvo considerado en el plan de acciones legislativas para el actual periodo.
La actitud sorprendente del mandatario fue una torpe astucia destinada a sacar aplausos de la galería ya que logró lo que propuso: que no se debatiera la pobreza de su Mensaje sino que el énfasis se pusiera en la conveniencia o inconveniencia de elevar a matrimonio la relación entre homosexuales.
De partida los homosexuales tienen, por ley, un vínculo civil, y resulta etimológicamente imposible elevar una relación del mismo sexo a la condición de matrimonio, cuya génesis en latín es “matriz” o “madre”, situación que es impracticable entre dos personas gay.
Para peor el anuncio presidencial corresponde a un proyecto de ley de su antecesora socialista Michelle Bachelet por lo cual es un agravio para su coalición apropiarse como suyo un proyecto de un adversario político.
Al final de su discurso, el mandatario pidió perdón a todos a quienes no pudo ayudar a raíz del costo social causado por la epidemia. Ese perdón debió hacerlo extensivo a su gente y a quienes votaron por él, por haberlos engañado en este episodio y en muchos otros anteriores durante su gestión.
Si dicho proyecto ha estado años paralizado es porque carece de interés general para la ciudadanía, y ello lo refuerza el hecho de que la casi totalidad de los postulantes a convencionales constituyentes homosexuales o representantes de Fundaciones afines, no resultaron electos.
La población tiene decenas, quizás centenares de materias que priorizar, antes de estar pensando en una tema, de verdad, irrelevante, porque los gay en sus uniones de parejas son debidamente reconocidos como tales por el Registro Civil.
Al margen del efecto inmediato de la urgencia demandada por el Presidente para esta ley, rápidamente echada a correr por la oposición, consultado qué lo motivó a tomar una decisión no consultada ni conocida por su coalición, dijo, sin inmutarse que “uno puede cambiar de opinión respecto a lo que piensa”…
Cuando un Presidente de la República cambia de opinión no es acerca de un problema o de un dilema personal, sino detrás suyo hay millones de quienes confiaron, y en un momento, lo respaldaron.