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EL PEQUEÑO LÍDER INVENTADO


VOXPRESS.CL.- Lamentablemente, trágicamente diríamos, este país ha rebajado tanto sus estándares, que la superficialidad lo domina todo, llegando al extremo de que el chascarreo y el chismorreo copan hoy la escena nacional y, por tanto, las aventuras y desventuras del Presidente de la República.

Su primera gran prueba de fuego a nivel internacional fue su participación en la Cumbre de las América, en Los Ángeles, California, y la evaluación que se hizo de ella fue tan barata y miope que, poco menos, se lo presentó ante la opinión pública de Chile como “el nuevo líder latinoamericano”.

Su ministra de Relaciones, Antonia Urrejola Noriega proveniente de una familia aristócrata de izquierda dura, vulneró todos los límites de una mínima mesura, al revelar que “le he dicho (al Presidente) que no le toma el peso al tremendo liderazgo que origina en el exterior”…


Su debut en este plano no refleja, precisamente, tan desorbitante elogio, pues varios Mandatarios latinoamericanos presentes en la Cumbre ni siquiera lo ‘pescaron´, y el mismísimo Secretario General de la OEA le ‘paró el carro’ por haber lamentado las ausencias, por no invitación, de los dictadores comunistas de Cuba, Venezuela y Nicaragua.


Su radio de acción se limitó a los “progresistas” del cono sur y a una charla, con risas incluidas, de 30 minutos con Joe Biden, un lapso que, en el mundo diplomático, se considera suficiente para disfrutar de un café express. No daba el encuentro bilateral para tomar en serio a un ‘socio comercial’ que pretende reventar a impuestos a las grandes empresas, entre ellas varias macro compañías estadounidenses.


Gabriel Boric es el más novel de la pandilla socialista de Latinoamérica y, por lo mismo, solidario con Cuba y Venezuela, sus dos modelos con los cuales creció y de los cuales se prendó.


Su cancillera Urrejola Noriega, como ex jueza de la CIDH, sostiene que en Cuba y en Venezuela no se vulneran los derechos humanos… En su discurso ante la asamblea, al típico estilo de los líderes marxistas de antaño, fustigó a Estados Unidos, el anfitrión, por haber discriminado a sus compinches dictadores, y arropándose con un falso coraje, dijo que “se perdió la oportunidad de tener aquí y preguntarle al Presidente de Nicaragua por sus presos políticos”…Acerca de Cuba y Venezuela omitió qué tipo de interrogatorio les hubiera hecho, una evidencia irrefutable de su adhesión a dos regímenes criminales que encarcelan a sus ciudadanos no sólo por pensar distinto, sino los fusilan.


Luis Almagro, Secretario General de la OEA, le respondió que “estuvo bien no invitarlos”, porque tampoco -dirigiéndose a Boric- “no nos hubiese gustado que estuvieran aquí Pinochet y Videla”.


Dicho paralelo pasó inadvertido, porque así procede el periodismo de hoy, que en la bilateral con el desprestigiado kirchnerista Alberto Fernández, si bien destacó que éste accediese, después de 20 años, a vender gas natural a Chile -aunque sea sólo para la Octava Región-, omitió referirse a la arbitraria medida argentina de alzar al doble el precio de la gasolina para vehículos con placas de países fronterizos, entre ellos, Chile.


Los Mandatarios de democracias aún vigentes, como Brasil, Uruguay, Paraguay y Colombia, “no lo pescaron”, pero sí este floreciente y pequeño líder americano consideró “muy emotivo” su encuentro con la Presidenta de Bermudas…


Más que una osadía, tuvo el mal gusto de discursear en tierra norteamericana que “la Convención Constituyente está profundizando la democracia en mi país”, siendo que el proyecto de nueva Constitución regula en extremo el libre mercado y restringe las inversiones extranjeras.


No sólo Estados Unidos, sino el mundo, son habituales testigos de las falsedades históricas de la izquierda, al punto de que traduce como libertad una dictadura. Este embaucador rompió todos los record de impudicia, al asumir la representación de “todos los pueblos americanos” para casi exigirle a Estados Unidos que “nos trate de igual a igual, como pares” y que se meta la mano al bolsillo “para ayudarnos a salir de la crisis económica y de la inflación común a todos”. La desubicación de Boric no tiene rebalse, porque Estados Unidos, como nunca, es indiferente a su patio trasero, hoy plagado de gobiernos revolucionarios declaradamente enemigos suyos, y, para más abundancia, hoy se encuentra abocado a problemas realmente de envergadura, como Rusia y su invasión a Ucrania y la amenaza China de recuperar Taiwán.


Debe haber sido muy repugnante para la izquierda ortodoxa escuchar a este cadete de la política pedirle al otrora odiado “imperialismo” que le pase dinero para paliar la aguda crisis económica que él mismo profundizó con el “estallido delictual” de octubre del 2019, y sigue agravándola, al empujar todos los despojos e inequidades aprobadas por la Convención Constituyente.


Cualquier supuesto liderazgo se ejerce, primero, en la propia casa, y cuando ello se refleja en un 32% de aprobación en tres meses de Gobierno (encuesta CEP), dicha definición le queda desmesuradamente grande.


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