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DECRETO DE SALVACIÓN


VOXPRESS.CL.-No hay forma de comprobarlo por la no existencia de sus biógrafos, pero se cuenta que el Presidente Carlos Ibáñez del Campo, en alguna oportunidad afirmó que “si se trata de ayudar a alguien, yo parto por mis parientes y, después, sigo con mis amigos”. A la vista de sus sucesores contemporáneos, parece ser que tan espontánea sinceridad la han replicado, porque de vez en cuando saltan al primer plano ciertos vínculos de intereses entre el Mandatario de turno y sus familiares y/o amigos.

Hoy se halla en la cresta de la ola un controversial episodio que compromete al Presidente y que está siendo investigado, además de la Comisión de Hacienda de la Cámara de Diputados, por la Contraloría General de la República, la que solicitó múltiples informes e investigaciones. Se trata de la ‘paleteada’ que le hizo el Mandatario a la empresa de casinos Enjoy, al firmar un decreto de extensión de operaciones justo el día antes de que se le ejecutaran Boletas de Garantías por millones de dólares, y para las cuales no tenía fondos para responder.

La ‘incomodidad’ para el Jefe de Estado es que no sólo fue ‘un decreto rescate’ para amigos muy cercanos, sino para no arriesgar sus propios fondos de su fideicomiso ciego, pues las entidades de inversiones involucradas en la controladora de casinos son las mismas en que se hallan sus fortunas personales, BTG Pactual y Moneda Asset.

Enjoy fue formada luego de que la Municipalidad de Viña del Mar decidiera licitar su casino. Quienes se adjudicaron el concurso fueron Antonio Martínez Ruiz (QEPD), y Juan Cueto Sierra, amigos de infancia del barrio Matta y socios, además en el casino, de negocios inmobiliarios, de la aerolínea Fast Air, de Sabimet, de Minera Michilla, de Seguros Continental, de Gucci y en la representación del boxeador Martín Vargas. Ambos venían de purgar una pena en Capuchinos por la quiebra fraudulenta del Banco Concepción. Cueto Sierra –financista de la DC- y sus hijos serían, más tarde, socios con el actual Presidente en la propiedad de la aerolínea LAN.

El negocio del casino, a cargo de Martínez Ruiz, se transformó en una cadena con recintos de juego en el norte y en el sur, pero, ya en manos de su hijo Antonio Martínez Segui como controlador, el elástico no dio para más y el dorado sueño familiar se redujo a una mínima participación en la sociedad actual, ahora dominada por el fondo norteamericano Advent International. El vínculo del Mandatario en este caso va más allá de las buenas relaciones con sus amigos, pues los fondos de inversiones que administran su fortuna, están comprometidas con Enjoy, ya sea por boletas de garantía o porque están avalando su deuda, pues la cadena está virtualmente en quiebra desde 2017.

En 2018, Enjoy se adjudicó cuatro licitaciones para casinos municipales y tenía hasta el 30 de enero de 2021 para responder por las Boletas de Garantía por más de 100 millones de dólares que había entregado a la Superintendencia de Casinos. De haberse materializado, su quiebra habría afectado directamente a los intereses económicos del Mandatario y de su familia, ya que dos de las entidades administradoras de su fideicomiso ciego, BTG Pactual y Moneda Asset, están involucradas en la operación de Enjoy: la primera, con una participación del 7% en la propiedad de la cadena de juegos, y la segunda, garantizando el 50% de su deuda en dólares.

También hay una relaciones de tipo personal del Presidente: uno de los directores de Enjoy, Ignacio Guerrero Gutiérrez, es muy cercano al Mandatario en su faceta empresarial y fue uno de los siete mayores financistas de su campaña electoral. Con otras siete personas financiaron el 95% de los recursos que reunió para su candidatura.

En el decreto de salvación de Enjoy firmado por el Presidente en enero pasado, se argumenta que se da este beneficio “por causa de la pandemia y de la revuelta de octubre de 2019”. Al tanto de esta revelación,

la Contraloría General de la República, procedió a realizar la “revisión absoluta” del fideicomiso ciego del Presidente: ofició a la Comisión para el Mercado Financiero y a tres administradoras de fondos de inversión con el objetivo de fiscalizar el cumplimiento de las normas que regulan el mandato especial de administración de cartera de valores.

Mientras los informes –ceñidos a la realidad, se espera- no lleguen a las manos del Contralor, lo único debatible es lo concerniente a las interpretaciones que origina este caso. La gran interrogante por estos días corresponde a las no pocas empresas que se hallan en la misma o peor situación financiera que Enjoy, en cuanto a la ejecución de un exclusivo privilegio. Las explicaciones para ello hay que buscarlas en los intereses personales del Presidente que, al menos por primera vez, se atreve a calificar de “revuelta” el Golpe extremista del 18/O. Hasta hoy, lo denominaba “protesta social”.


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