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LOS NIÑITOS DE LA DEFENSORA


VOXPRESS.CL.- Se autodefine como “apolítica”, pero el cargo fue creado por Michelle Bachelet y, ella, elegida para ocuparlo por un Congreso mayoritariamente de izquierda; es partidaria del Fiscal Nacional, Jorge Abbott, impulsado hasta ese puesto por Guido Girardi (PPD); se declara adherente de cualquiera que defienda los derechos humanos; critica con dureza todas las iniciativas de este Gobierno de protección a los menores y -lo último descubierto-, rinde honores a los jóvenes protagonistas del mal llamado ‘Estallido Social’, para quienes pidió al Senado y la Cámara una reforma constitucional que permitiese votar en el plebiscito a los de 16 y 17 años.

Este monumento a la independencia política se llama Patricia Muñoz García (42), la primera y, hasta la fecha, única Defensora de la Niñez, una incansable activista del feminismo.

Recién ahora, ella misma reveló que el 26 de mayo envió un oficio al Parlamento, solicitando que menores de edad puedan votar en el próximo plebiscito constitucional. En su petición, Muñoz plantea que también deben hacerlo en las elecciones de constituyentes, el 2021. Hasta la fecha, no ha recibido respuesta.

La Defensora de la Niñez argumenta su solicitud en que “los estudiantes jugaron un rol clave” en el proceso que terminó con el acuerdo para la realización del plebiscito. Contradiciendo su confesada abstinencia ideológica, esta abogada de la UC de Temuco, escribió en su carta/petición: “la semana del 14 de octubre de 2019, estudiantes secundarios llamaron a unirse a evadir el pago de pasaje del Metro de Santiago de Chile, tras anunciarse el alza en su costo, y cuyo llamado masivo se concretó el viernes 18 de octubre de 2019, y dicha movilización propició un sinnúmero de manifestaciones masivas de otros grupos de la sociedad que derivaron en lo que se ha conocido como 'estallido social' y que evidenció la profunda crisis social que afectaba silenciosamente a los habitantes del país".

En el texto, la funcionaria pública se lamenta de que “a pesar del rol crucial que ellas y ellos tuvieron en la movilización social que ha propiciado esta relevante instancia democrática, las y los estudiantes, particularmente las y los adolescentes, no fueron considerados para participar en el proceso constituyente en ninguna de las instancias para el ejercicio del sufragio".

La hasta ahora desconocida irrupción izquierdista de la defensora de los derechos de los niños, deja en evidencia el tipo de rol que está desempeñando, ajena a lo que establecen los estatutos de su entidad: no apoya las política colaborativas de entidades públicas hacia el SENAME, no abrió la boca en el horrendo crimen de Ámbar Cornejo, no se pronunció acerca del baleo terrorista a una menor de 9 años ni el pánico de dos niños mapuches cuyo vehículo paterno fue atacado a tiros, ambos casos en La Araucanía.

La Defensoría de la Niñez fue creada para proteger y defender el derecho de los niños y no para estimular la participación de menores en política. Su conducta, que no mereció el reproche ni la atención de alguien, desborda algunos mínimos, como invadir el campo propio del Instituto Nacional de la Juventud, ya que a los 16 y 17 años se es adolescente y no niño, “período de la vida humana, que se extiende del nacimiento a la pubertad” (RAE).

No deja de asombrar que una funcionaria de jerarquía pública y a cargo de un ente ajeno a la política, se declare a favor de un delito, como fue la destrucción del ferrocarril metropolitano, y apoye un intento de Golpe de Estado.

Tal solicitud no hace más que reforzar la inquietud de la izquierda –angustia más bien dicho- por el riesgo de una alta abstención en el plebiscito, instancia que perjudicaría directamente sus intereses. Qué más prueba de ello fueron los insólitos esfuerzos para que también votasen los enfermos contagiados del virus.

Patricia Muñoz García fue elegida como la primera Defensora de la Niñez, imponiéndose sobre otros 9 postulantes, entre ellos la favorita por lógica y experiencia, la jueza Mónica Jeldres, quien en 2012 encabezó la comisión que esclareció las gravísimas falencias en los hogares del SENAME. Pero no fue suficiente que ese lapidario informe en contra de Javiera Blanco (DC) quedara en la memoria de la opinión pública.

Muñoz regresó al Ministerio Público en 2003, como abogada asistente en la Fiscalía de Puerto Montt. Al año siguiente llegó a Santiago como fiscal adjunta en la jurisdicción La Florida-Macul-Peñalolén, donde se fogueó en la atención de víctimas de delitos violentos, especialmente a niños, niñas y adolescentes. El 2013 fue asignada a la Unidad de Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar de la Fiscalía de Pudahuel.

Dadas las características de su trayectoria, Patricia Muñoz está volando mucho más arriba de lo que le corresponde, y opina, fuera de su órbita, desde un cargo en el cual no cumple su rol natural de proteger los derechos de los niños y estar al lado de ellos en situaciones críticas. Dedica su tiempo a criticar al Gobierno (“no cuida los derechos humanos de los menores como debiera”), a protestar por las estrecheces de su organismo y a defender los destrozos de ‘sus niños’, quienes dejaron sin transporte al Gran Santiago con la quemazón del Metro. Hasta hoy era sólo conocida por su irreverente frontalidad para plantear sus puntos de vistas, pero, a partir de ahora es súper conocida por no distinguir los rangos etarios y por ser partidaria del vandalismo juvenil extremista.

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