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EL PC LE BOTÓ EL MANTEL A LA IZQUIERDA


VOXPRESS.CL.- Como para no creer en la enfermiza e ingenua política del diálogo en un país cada vez más fraccionado e intolerante, la oposición en su conjunto –inclúyase, también, a la DC- había anunciado, al fin, un punto de entendimiento: la coordinación por el Apruebo, lo que incluiría una sola vocería y un Comando, pero como homenaje al gran fraccionamiento existente en el conglomerado, ninguna de estas herramientas pasó la prueba de fuego. Cada uno seguirá en lo suyo.

Esta frágil, o mejor dicho nulo entendimiento, quedó en evidencia, luego de que el recién asumido presidente de Comunes, uno de los aliados del Frente Amplio, Jorge Ramírez, declarara que “no hay posibilidad alguna de entendimiento con las oligarquías de la ex Concertación y de la ex Nueva Mayoría”.

El baldazo de agua helada congeló aún más a los viejos estandartes de la izquierda mal llamada moderada, quienes estaban molestos con ‘Donatello’ Jackson, manejador de los hilos en Revolución Democrática, el cual aseveró que “la gente no nos perdonará que el poder se siga perdiendo por culpa de las fuerzas cupulares de siempre”.

El frenteamplismo, consecuencia de triunfos legislativos en los que llevó el pandero, se niega a aceptar que en la oposición continúe el padrinaje de los partidos tradicionales, en particular del PS, con el cual separó aguas después de algunos tenues acercamientos. Incluye entre “los cúpulas de siempre” al PC, al que reprocha haberse acoplado a la clase acomodada de la política chilena. En todo caso, el recelo es mutuo, porque el comunismo no le perdona al Frente haberse apropiado de todas las fuerzas juveniles que le eran históricamente suyas agrupadas en las antiguas y combativas JJ.CC.

Pareciera increíble, pero es así: de acuerdo al actual escenario, resulta más fácil unir a la derecha que a la izquierda. En ésta, quien hace tiempo ‘la lleva’ es el frenteamplismo, el que se ha negado a cualquier aproximación a los “conservadores” der PC, PS y PPD para no contaminarse”. A su vez, dentro de éstos, como la DC nada quiere con el PC, se ha acercado “por una natural identificación ideológica” al PPD, en tanto el PS se siente más cómodo con el PC y el PR, trío que se ha dedicado en las últimas semanas a actuar en conjunto con diversas declaraciones en contra del Gobierno.

No existiendo afinidad ni sensibilidades sintónicas, cualquier asomo de visión común está dada por su exclusivo objetivo de expulsar a la derecha del poder y sepultar en breve el modelo neoliberal. Para ello, no obstante, requiere ponerse de acuerdo en algo tan elemental como decisivo: es tener en los próximos meses un candidato presidencial que represente a todos. Ello parece imposible, más ahora en que el PC se adelantó para proclamar internamente la candidatura de Daniel Jadue Jadue (54), el alcalde de Recoleta, aprovechando el momento de éste en las encuestas, donde aparece como el político de la izquierda, lejos, mejor evaluado (12%).

La reacción de los ‘socios’ fue casi de indignación. El presidente del PS, Álvaro Elizalde, expresó que “es una insolencia para el país estar hablando de las elecciones presidenciales en estos momentos de profunda crisis social”, olvidando que él mismo se auto proclamó como precandidato a los pocos meses de iniciado este Gobierno. El otro indignado con el surgimiento del dirigente comunista fue José Miguel Insulza, quien sabe que en sus antiguos sueños por llegar a La Moneda le queda una última pesadilla.

El PPD sólo sigue preocupado del plebiscito constitucional, ahora que su presidente Heraldo Muñoz desapareció para siempre de las menciones y la pasajera irrupción de su carta más seria y sólida, Felipe Harboe, también se la llevó el viento.

El mayor y real afectado con la todavía proclamación interna de Jadue, es el Frente Amplio, por su convicción de representar a “las auténticas generaciones renovadoras” que pelean por cambiar de raíz la institucionalidad. El frenteamplismo siente que interpreta los intereses del “nuevo chileno”, gente dispuesta a jugarse entera en una elección y, por lo mismo, entiende que es el resto de la izquierda el que tiene que alinearse tras una candidatura suya.

Convertida en heroína del covid 19 por hacerle la guerra a Jaime Mañalic, el Frente trata de convencer a su allegada y ex JJ.CC., Izkia Siches, que se embarque en la aventura. De momento, no tiene más que mostrar en su vitrina, luego del cuestionamiento a Gabriel Boric y del ‘numerito’ de Giorgio Jackson con sus falsas donaciones. A la olvidada Beatriz Sánchez, la considera una etapa superada.

La irrupción de Jadue no puede sorprender a nadie, y menos al resto del extremismo, porque hace meses, el presidente comunista anunció que “sí o sí”, el partido tendrá su carta en la papeleta de las primarias sectoriales. Su ‘destape’ no fue fácil: primero debió superar el no haber sido combatiente contra la dictadura –ingresó al partido en 1996- y, después, tuvo que superar un odioso rechazo interno de carácter étnico por ser de origen palestino. Él, desde muy joven, se hizo a la política dura como dirigente internacional de la OLP, y fue la influyente Comisión Política que le propuso al Comité Central impulsar su candidatura.

En el actual escenario de los políticos de la izquierda, no debe haber otro miembro mejor preparado e intelectualmente tan capaz como Jadue: con dos títulos profesionales en la Universidad de Chile, dos magísteres y una impresionante carrera laboral en proyectos arquitectónicos, sin duda que se trata de un individuo apto para una instancia de esta naturaleza.

No obstante, el PC con Jadue a la cabeza tendrán que enfrentar no sólo la proa de los otros sectores de la oposición, sino de su propio minibloque compuesto, además, por el PRO de Marco Enriquez y por la Federación Regionalista Verde Social (FREVS), de Jaime Mulet. Éstos no quieren cumplir el deseo del PC de que la primaria sea sólo entre ellos tres, sino que se amplíe a toda la izquierda opositora, lo que, sin duda, complicaría la opción del actual alcalde.

El frenteamplismo y el sector conservador de la izquierda consideran que una candidatura de Jadue es “pérdida de tiempo”, porque, se lo dicen en su cara, “la gente no vota por los comunistas”, recordándole que la mismísima Gladys Marín no superó el 7% de adhesión. Además, en lo personal, le impugnan al alcalde recoletano que nunca ganó elecciones para diputado, a las cuales se presentó en dos oportunidades (2004 y 2008) y que perdió dos comicios municipales antes de ser electo en Recoleta, el 2012.

De momento, este tipo de reacciones hay que asumirlas como las de (aparentes) socios sorprendidos por quienes les ganaron el quien vive, y ello coincidentemente en medio de (supuestos) entendimientos para lograr una unidad que, por lo visto, se ve cada vez más distante.

Lo que hizo el comunismo con la proclamación interna de Daniel Jadue fue tirar al suelo el mantel siempre rojo de la izquierda. De momento, no pasa de ser más que ello, a la larga espera de que se cumpla el vaticinio del presidente del partido de que, el 2020, sí o sí, un candidato suyo estará en la lista de las primarias. Ese aspirante tiene nombre y apellido y es nieto de inmigrantes de Palestina, y que ha hecho toda su vida en Recoleta.

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