ÉSTOS NO LANZAN PIEDRAS

VOXPRESS.CL.- A la misma hora en que comunistas, frenteamplistas y socialistas, al unísono, coreaban “el pueblo unido, jamás será vencido” en medio del hemiciclo de la Cámara de Diputados, tras “derrotar al Gobierno” por el retiro de fondos desde las AFP’s, varios juzgados de Garantía se pronunciaban sobre un hecho inédito: se les presentaron 168 detenidos la noche anterior por Carabineros. Ni durante ni después del Golpe extremista del 18/O, nunca la policía uniformada había apresado a tal cantidad de violentistas por desórdenes en la vía pública, agresión a sus funcionarios, asaltos a comisarías, saqueos y barricadas.
Esta inédita cifra revela el candente estado de sublevación que se está preparando para cuando se levanten las cuarentenas, ello en medio de una especie de indiferencia general. Hay quienes, con un tipo de percepción muy peculiar, aseguran que “no se repetirá lo de octubre, porque la gente está cansada de ser víctima del vandalismo”, obviando el estado de ruina social de buena parte de la población, caldo de cultivo para aguardar, incluso, una ofensiva extremista mayor, y peor todavía si a Carabineros, que, si ya estaba atado de manos, ahora se le anudaron los pies, gracias a un protocolo de Interior más limitante y más inhibidor.
Si este escenario por sí es amenazante, se conoció un anuncio oficial del reorganizado Frente Patriótico Manuel Rodríguez/Autónomo (FPMR), en cuanto a que “saldremos a la calle y llamamos a que lo hagan todas las fuerzas populares”. En una proclama ampliamente difundida por uno de sus ‘Comandantes’, rodeado de cuatro guerrilleros, avisó que “vamos a luchar por una Asamblea Constituyente electa directamente por el pueblo, por el fin del modelo neoliberal, por el término de las AFP’s y de las ISAPRES y por una salud, educación y vivienda gratuitas”, rematando que su objetivo es “la expulsión del país de los capitales extranjeros, para que estos dineros sean la base de la creación de industrias nacionales propiedad de todos los chilenos”. Exige la inmediata liberación de los “presos políticos”, en alusión a los “compañeros” condenados y en prisión preventiva por el vandalismo del ‘octubrazo’.
Tales expresiones están en total sintonía con los propósitos del extremismo, el anarquismo, el frenteamplismo, las feministas, la Mesa de Unidad Nacional, la presidenta del Colegio Médico y los dirigentes del PC y de un amplio sector del PS.
Hizo mucha, y muy mala historia, en las décadas de los 80 y 90, y el Departamento de Estado de EE.UU: lo eliminó de su lista de organizaciones terroristas mundiales en 1999, pero se reorganizó el 27 de octubre de 2006 cuando la entonces Presidenta (PS), Michelle Bachelet, autorizó que se realizase en Santiago un encuentro internacional de movimientos guerrilleros de Latinoamérica. La ex Mandataria fue pareja de un líder frentista y fue ayudista en las casas de seguridad por sus cursos de Medicina.
El FPMR en las calles, por muy renovado de brigadistas que esté, es una amenaza adicional para las autoridades y un desafío respecto a quiénes serán los encargados de oponérseles, porque –ya está dicho-, coartado y a mano pelada, Carabineros no será capaz de combatir, y menos neutralizar, a un movimiento paramilitar, con escalafón tipo militar, con armamento militar y con una formación militar en las escuelas de guerrillas de Cuba y Nicaragua. Su organización jerárquica y disciplinada le permiten una acción que excluye piedras, perdigones, botellas incendiarias, hondas y rayos láser: éstos secuestran, tienen armamento de guerra, cohetería liviana, utilizan explosivos, derriban instalaciones estratégicas y hacen estallar coches bombas.
El rodriguismo fue fundado en 1974 por el PC como su brazo armado y con el financiamiento logístico y económico de Cuba, la Unión Soviética, Bulgaria y la entonces Alemania Comunista—, con el objetivo de combatir, y derrocar, al régimen de Augusto Pinochet, pero se estrenó recién el 14 de diciembre de 1984, tras una asamblea en Curicó y que concluyó con un largo apagón en toda la zona central.
El actual presidente del PC, Guillermo Teillier, fue, entonces, designado jefe de la comisión militar y supervisor de sus acciones subversivas, utilizando como chapa ‘Guillermo Larraín’. Con él a su cargo, el Frente introdujo modalidades de guerrilla desconocidas en Chile, como secuestros y coches bomba. Contaba con una rígida estructura compuesta por asesores militantes, jefes de destacamento, jefes zonales y comandantes, la mayoría de ellos cuadros selectos de las JJ.CC. e hijos de militantes de izquierda en el exilio. De entre ellos surgió Raúl Pellegrin, el ‘Comandante José Miguel’, quien, formado militarmente en Cuba y con práctica en la guerrilla de Nicaragua, entró clandestinamente al país a mediados de 1983 para convertirse en el principal cerebro político y militar del movimiento. Su muerte, luego de asaltar un retén en Los Queñes, tiene en suspenso la nominación de Raúl Mera como nuevo ministro de la Corte Suprema, porque la izquierda opositora no le perdona no haber condenado a los carabineros supuestos autores.
Entre las más recordadas operaciones militares del FPMR están la internación de tres partidas de armas de guerra enviadas por Cuba y cuyo desembarco en Carrizal Bajo (Huasco) alcanzó a ser frustrado; el atentado a Pinochet en el Cajón del Maipo; el asesinato del Intendente de Santiago; la fuga masiva de guerrilleros presos en la cárcel pública en 1990; el baleo y muerte al senador Jaime Guzmán; el secuestro de un hijo de un empresario periodístico y la huida en helicóptero de cuatro de sus miembros desde la Cárcel de Alta Seguridad.
El informe de la Comisión Rettig, convocada por Patricio Aylwin, para hacer honor a los derechos humanos “en la medida de lo posible”, concluyó que el FPMR fue una “organización criminal”.
Sin vínculos ‘oficiales’ con el PC desde comienzo de la década de los 90, el FPMR/Autónomo sale otra vez a la cancha para reforzar al extremismo que, pese a sus esfuerzos a partir de octubre, no ha podido exterminar la institucionalidad vigente, y ello pese al empeño de muchos de quienes, hoy, viven, disfrutan y enriquecen a costa de una democracia auténtica, sin apellidos, financiada por todos los chilenos.
Es este sistema de vida garantista absoluto de las libertades personales el que está peligrosamente en juego a partir de octubre del año pasado y que, ahora, según propio anuncio de los protagonistas, recibirá el más terrorista y devastador de los refuerzos.