ASILO EN LA FARÁNDULA

VOXPRESS.CL.- Su causa despertó espontánea simpatía, por implicar un llamado de atención para “limpiar la política” local. Molesto por el cúmulo de irregularidades descubiertas en la última elección interna del PS, el diputado Marcelo Díaz terminó por renunciar a su militancia en el PS, y tiempo más tarde, fundar un movimiento que, se suponía, convocaría a toda la disidencia interna, también asqueada de los vínculos de su partido con el narcotráfico.
El diputado Díaz, impulsor de la campaña a la presidencia de su colega Maya Fernández, reclamó que el padrón electoral no estaba “limpio” de los militantes vinculados a las drogas y que éstos, actuaron, y votaron en la elección que le permitió reelegirse a Elizalde.
Sin embargo, el supuesto arrastre que creyó tener por su campaña pro transparencia interna, no era, ni fue ni es tal, al punto que, días atrás, su Movimiento UNIR, creado por él como nido de la disidencia PS, debió buscar asilo en el Frente Amplio.
Su esperanza de instalar una cuña en su (ex) partido le duró poco. La primera en olvidarse de él fue la mismísima Maya Fernández, por cuya candidatura a presidente él se jugó a fondo. La diputada obtuvo más votos que su oponente Álvaro Elizalde, pero al superarla éste en número de consejeros para el Comité Central, no pudo asumir.
Quien fuera presidenta de la Cámara se vio coartada en sus propósitos iniciales de seguir los pasos de su apoderado, luego de que su tía, la influyente senadora Isabel Allende, la llamara al orden. Ésta fue y sigue siendo uno de los pilares de Elizalde en el Comité Central, al igual que José Miguel Insulza. Pese a que aquél lo perjudicó con la no realización de primarias y, después, cambiándolo de circunscripción como candidato a senador, hoy, como vicepresidente, es quien ‘la lleva’ en el partido y mira hacia el lado cuando se le recuerda que su mano derecha, por años, fue el alcalde de San Ramón, Miguel Ángel Aguilera, cuyo municipio y comuna son núcleos de los narcoelectores del actual presidente.
En su aventura separatista, a Marcelo Díaz sólo lo siguieron el diputado Patricio Rosas, el alcalde de Independencia, Gonzalo Durán, y la ex subsecretaria de DD.HH., Lorena Fries. Ésta, antes de abandonar su cargo el 11 de marzo de 2018, dejó listo un proyecto para aumentar los ya contundentes aportes fiscales vitalicios a las familias de los terroristas de la Unidad Popular. Es la coordinadora de UNIR y será la representante del movimiento ante el conglomerado frentista, por lo que se aguarda que, conociendo su carácter, ímpetu y pasión por cazar violadores de derechos humanos, este tema pasaría a integrar la agenda cotidiana de estos extremistas, junto con el Rechazo en el plebiscito y el aniquilamiento del modelo neoliberal.
Al crear UNIR, Díaz subió a la red una plataforma para que se inscribieran socialistas disidentes, como él, pero la cifra nunca pasó de la centena. Desde un principio pareció adivinar el futuro, ya que, tras salir del PS, se unió al comando "Qué Chile Decida”, con miras al plebiscito (irrealizado) del 26 de abril. Antes de que Díaz (hasta ahora, diputado independiente) fuese acogido como Movimiento en la bancada frenteamplista, otro renunciado al PS, también por culpa de la maquinaria y del clientelismo elizaldista, fue Fernando Atria, el ex asesor constitucional de Michelle Bachelet y activo en la lucha contra las AFP’s.
En la bienvenida a UNIR, cuatro de los movimientos que tratan de ponerse de acuerdo al interior del Frente, expresaron su satisfacción por este nuevo integrante: Revolución Democrática, Convergencia Social, Comunes y Partido Liberal. Destacaron que con la suma de UNIR se refuerza “la lucha para establecer en el país un modelo alternativo al neoliberal” y todos hicieron hincapié en que el primer “objetivo común” es fortalecer la campaña del Apruebo en el plebiscito –todavía vigente- del 25 de octubre, y, luego, “hacerse cargo de las demandas de la sociedad después de octubre”…
Esta postura –la del plebiscito- despeja, de plano, la duda que existía en cuanto a que el frenteamplismo está en la misma línea del PC, del anarquismo y del extremismo en general, en cuanto a que el veredicto del referéndum ya existe y fue dado por los diálogos vecinales y conversatorios realizados tras el 18 de octubre del año pasado.
Este sector duro, afín a la “desobediencia civil”, considera que sólo queda un solo paso, y excluyente, que es la inmediata elección directa de una Asamblea Constituyente para que implemente lo que “ya está escrito y resuelto”.
No le será fácil a Marcelo Díaz, un diputado combativo, ideológicamente inflexible, pero serio en sus procedimientos –fue embajador en Argentina-, su convivencia al interior del Frente Amplio por la conducta de, al menos, una veintena de inmaduros figurines que se pelean el protagonismo por ser el más revolucionario ‘del lote’ y el con más virtudes circenses en el hemiciclo de la Cámara de Diputados.