AFP’S: TODOS PIERDEN, MENOS EL FRENTE AMPLIO

VOXPRESS.CL.- Fue un día histórico para la vida del Legislativo: no se recuerda de un debate, ni menos de una aprobación, de un proyecto que no beneficia a nadie. Las iniciativas parlamentarias suelen tener vencedores y vencidos y, también, conformidades por una especie de empate y de equilibrio.
No obstante, la jornada de la Cámara de Diputados del 8 de julio quedará en el recuerdo como en la que todos –o casi todos- perdieron. Se aprobó por amplia mayoría un proyecto -y he aquí lo asombroso- que no beneficia a nadie: la opción voluntaria de los cotizantes de las AFP´s de retirar hasta un 10% de sus ahorros, con límites de mínimos y máximos, para aliviar sus urgencias económicas provocadas por la crisis social derivada del virus.
Fueron 95 los diputados que la aprobaron, 25 la rechazaron y 31 se abstuvieron. Este resultado refleja un dato relevante: apenas una veintena y media de parlamentarios estuvo por evitar que, los de por sí, endeudados cesantes a causa de la crisis, hipotecaran automáticamente su futuro, al auto disminuir sus ahorros previsionales y, con ello, el monto final de sus jubilaciones en el futuro.
Los 95 votos favorables -14 de ellos del oficialismo- y las 31 abstenciones, también del oficialismo, representan un sentimiento generalizado en la población en cuanto a lo cruel del sistema de pensiones –algo muy explicable- pero refleja una insensibilidad monumental frente a gente desesperada, a la que, maliciosamente, se le instó a retirar parte de sus ahorros, aminorando sus fondos de jubilación.
En el debate, entre una diversidad de argumentos, se tocó el derecho de propiedad, aludiendo a que los fondos acumulados por los cotizantes son de ellos, pueden retirarlos, una visión muy peregrina que nada tiene que ver con los daños originados por una catástrofe.
Responsabilidad superior tiene el Estado frente a sus ciudadanos ante la ocurrencia de desastres, como maremotos, erupciones volcánicas, aluviones y epidemias de alto ritmo de contagio. Existen reservas permanentes para paliar las penurias de afectados, damnificados y víctimas, y nadie puede ser tan perverso como para recomendar lo positivo que significa que los propios perjudicados echen mano a su única plataforma de subsistencia en la vejez.
Engañados vilmente, los primeros perdedores con este acuerdo de la Cámara de Diputados son los propios cotizantes: se proyecta que un número aproximado a los 3 millones de ellos quedarán con sus cuentas casi en cero, o sea, pan para hoy y hambre para mañana.
Independiente del monto total de los retiros del 10%, el impacto adverso no sólo lo sufrirán a futuro quienes hagan eso, sino afectará a absolutamente todos los cotizantes y trabajadores a quienes se les descuenta mensualmente un monto para las AFP’s, al rentar menos los multifondos y al subir automáticamente las tasas de interés, sin duda, una mala noticia para todos, ya que la rentabilidad de las cuentas dependen de los vaivenes de aquéllos.
El argumento más socorrido en el debate cameral fue la “urgencia” de la gente por acceder a sus dineros, no obstante ello no será rápido ni en las próximas horas: la idea de legislar volvió a la Comisión de Constitución, esta resolverá sobre las indicaciones que se le hicieron al proyecto, después volverá a la sala y de ahí pasará al Senado. A ello, habrá que sumar el tiempo que se tomen las administradoras para implementar los pagos, ya que por la forma en que proceden en sus inversiones, no tienen liquidez inmediata.
Consecuencialmente vinculado a lo anterior, lo aprobado por la Cámara es una pésima señal para las AFP’s, al quedar demasiado en evidencia que lo que realmente se pretendió en el Parlamento fue perforar el blindaje con el cual fueron creadas. Éste es el primer gran impulso –porque se trata de una reforma constitucional- para abrirles las puertas y acceder a su intimidad, acentuando el interés de una gran mayoría en un nuevo sistema previsional, y en el que no sólo ganen las administradoras con sus comisiones –algunas usureras- y sus fabulosas utilidades.
En la víspera del debate legislativo, el presidente de la CPC, Juan Sutil, declaró enérgicamente que “los fondos de las AFP’s son sagrados: no se tocan”. De aprobarse los retiros en el Senado, las administradoras tendrán un antes y un después. Probablemente, un anticipo de su fin.
El otro que salió aporreado, y medio atontado, fue el Gobierno, el que sufrió más de un golpe por el resultado, uno de los tantos a los que está habituado.
Uno de ellos fue directo al ADN del Presidente y de su ministro de Hacienda, conscientes que el sistema de inversiones de las administradoras es clave para el ciclo de financiamiento y utilidades de las grandes empresas. La estabilidad financiera de éstas se da por el oxígeno de los fondos de los futuros pensionados. Lo aprobado pone en jaque este rentable circuito, la baja accionaria de los componentes de la trenza fue instantánea y aumentan las sospechas de que tanta puja por rechazar el proyecto se deba a intereses (y beneficios) por participaciones de autoridades en la industria previsional.
Desde esta perspectiva, ésta es la primera derrota del Gobierno. La otra, es decididamente vergonzosa, porque a última hora, en un esfuerzo desesperado por evitar el voto favorable en la Cámara, encontró que el Fisco sí tenía todavía recursos líquidos para entregárselos a la clase media y que, así, no gastara sus ahorros previsionales. Es muy poco pudoroso haberle ofrecido al sector socioeconómico más gravitante del país unos “créditos blandos” para, después, ante la angustia de una derrota, anunciarle que le tiene a su disposición plata fresca y casi en el acto.
Con este mañoso recurso, el ministro de Hacienda, en pleno debate, trató de convencer a los parlamentarios oficialistas que votasen en bloque en contra del proyecto. No lo logró, y 4 diputados UDI y 9 de RN se unieron al bloque opositor izquierdista y, lo que no es menor como para ignorarlo, otros 31 oficialistas se abstuvieron.
El que 45 diputados le dieran la espalda al Presidente y sólo 25 lo respaldasen, tiene un motivo de fondo que va mucho más allá de una votación ocasional: el aburrimiento definitivo de que La Moneda, permeable y tolerante a las presiones del adversario, ceda ante la izquierda por cuenta propia presidencial y sólo recurre a sus propias fuerzas cuando no se pone de acuerdo con ella. Los parlamentarios se cansaron de este juego entreguista y poco leal a su sector por parte del Presidente.
En esta pasada, perdieron todos, los afiliados a las AFP’s, las propias administradoras y el que salió más mal parado fue el Gobierno. Los únicos que pudieron cantar victoria, y lo hicieron saltando de alegría en la sala de la Cámara, fueron los diputados, especialmente diputadas, del Frente Amplio, el alma mater del movimiento ‘No+AFP´s”, que, en rigor, digámoslo, fue el gran objetivo político que tuvo esta singular votación.