SALIÓ GENTE AL CAMINO EN RN

VOXPRESS.CL.-El elástico parecía no resistir más, y terminó cortándose. Se preveía el final inevitable para el confusionismo ideológico del presidente de RN, el diputado Mario Desbordes: la disidencia le dijo basta a su gestión directiva y le levantará una lista opositora a su intención de reelegirse en el cargo, en las internas partidistas de noviembre.
Desbordes, un ex oficial de breve paso por Carabineros que, luego, fue funcionario de Gendarmería por varios años en Gobiernos de la Concertación, debería, por su formación policial, ser poseedor de un temperamento menos zigzagueante que el exhibido en su vida política. De joven se unió a RN y su olfato policial lo llevó a husmear hasta en los más mínimos detalles y rincones de su partido, llegando a dominar la intimidad de la antigua casona de Antonio Varas. Allí conoció al actual Presidente, quien para la campaña electoral de su primer Gobierno, lo eligió como el jefe del equipo de adelanto, o sea, el supervisor de los lugares que él visitaría o en los que hablaría. Ese vínculo le resultó útil para casi por unanimidad ser proclamado a cargo de la colectividad.
Como diputado, tras fracasar en un primer intento, llegó al Congreso, representando un sector donde se crió y estudió: un distrito del sur poniente del Gran Santiago. Precisamente fue esa vivencia social, en un medio típico de clase media/media, el que le dio el sello populista de que hace gala. La única vez que se le observó defendiendo una causa de élite fue cuando la izquierda se negó a autorizar la excarcelación de los moribundos de Punta Peuco: “el Informe Rettig –les dijo a los diputados opositores- estableció que los guerrilleros, posteriormente indultados, del MIR, del Lautaro y del Frente Manuel Rodríguez cometieron crímenes, y por ello son asesinos”. Pero, por lo general, Desbordes suele estar de acuerdo con la oposición: es partidario del Apruebo para la nueva Constitución, fue el gesticulador del plebiscito –“gracias al cual derrotamos a los violentistas”, dijo erróneamente-, pidió al Presidente que incluyera la impagable deuda del CAE en el Plan de Emergencia y, ahora, coincide con los seis proyectos presentados por la oposición para que los afiliados retiren un 10% de sus ahorros en las AFP’s, fondos que para el Gobierno son intocables. Por esta misma causa, tuvo un fuerte encontrón con el presidente de EVOPOLI, al cual le criticó formar parte de “la élite de los colegios del barrio alto”. De pasada, se le apunta a Desbordes de haber influido en el Presidente –tiene tráfico libre en La Moneda- para que excluyera del gabinete a uno de los ministros mejor evaluados, Sebastián Sichel, ex titular de Desarrollo Social.
Gran dialogante con la izquierda, ésta ha empujado a fondo su nombre para que sea el precandidato de Chile Vamos a la presidencia, y llega a ser grotesco el casi cotidiano volumen de elogios que recibe de quienes, en rigor, deberían ser sus adversarios políticos directos. Tienen plena conciencia de que Desborde desune más que une.
El último episodio que activó al máximo al sector disidente de RN fue su “recomendación pública” al poder detrás del trono, el jefe de asesores del Presidente, el economista UDI y Chicago Boy Cristián Larroulet, en cuanto a que “éste es el mejor momento para abrir un diálogo con el Congreso”, justo en momentos en que La Moneda y el Legislativo llegaron a la cima de sus malas relaciones. Los disidentes, cansados de las críticas y censuras públicas de su presidente al Gobierno que, se supone, él sustenta, tomaron el toro por las astas: de inmediato se articuló el vasto grupo de diputados que lo contrarió duramente cuando, a partir de noviembre de 2019, Desbordes proclamó que su partido está a favor del Apruebo, siendo que la inmensa mayoría de la militancia está a favor del Rechazo.
Se trata de un grupo de diputados de ‘línea dura´ y que no sólo le han otorgado aire fresco a la colectividad –uno de ellos es presidente de la Cámara-, sino constituyen una especie de ‘iluminados’ intelectuales, con un fuerte protagonismo en la legislatura y en las decisiones del partido, y que difieren sustancialmente del populismo de Desbordes, quien –se dice- busca paralelamente la reelección interna y una candidatura senatorial. Se comunican y se coordinan privadamente a través de WhatsApp. Y sostienen reuniones reservadas en casas de algunos de ellos. Tienen un sello común: son duramente confrontacionales con la izquierda, al punto de que no han sido pocos los opositores que rehúyen foros con ellos, dada su preparación y don de la palabra. Se conocen de episodios en que han dejado atomizados a peces gordos de la izquierda, incluyendo a señeros senadores socialistas. Su eje central es “no perder de vista nunca” la doctrina original de Renovación Nacional, a la cual ellos la ubican, categóricamente, en la derecha. Todo hace prever que el debate presidencialista interno que se viene no sólo será desde una perspectiva doctrinaria, sino –quizás, como nunca, en esta oportunidad- de capacidades de liderazgo.
El ‘tapado’ que tiene la disidencia a Desbordes debe ser, hoy por hoy, uno de los militantes más brillantes de RN: Diego Schalper. Este diputado fue quien inició la campaña por el Rechazo a una nueva Constitución, “porque hay que decir no para, luego, poder reformarla y mejorarla; en cambio, si se la aprueba, partirá todo de cero, en una hoja en blanco, y el papel resiste cualquier cosa”.
Diego Schalper Sepúlveda (Santiago, 1985), es abogado por la Pontificia Universidad Católica de Chile, Máster en Derecho, Público por la Universidad Libre de Berlín y Doctor en Derechos Económicos Sociales y Culturales por la Universidad de Marburgo, Alemania. Es profesor de dos universidades e inició sus actividades como dirigente social en la UC, donde llegó a ser consejero de sus estudiantes (FEUC) y fue delegado ante la CONFECh.
Diputado independiente en la lista de RN, el 2017 fue electo por un distrito de la Región de O’Higgins y es integrante del Movimiento Generación por la Vida y uno de los ocho miembros del Observatorio de la Juventud del Vaticano. Gran orador, de carácter reflexivo, estudioso pero frontal en todas sus actuaciones parlamentarias, el diputado Schalper integra varias comisiones regulares de la Cámara y también forma parte de otras tantas investigadoras. A propia confesión, odia el populismo y las contradicciones.
Así, a simple vista, pareciera ser que se le puso el camino pesado a este controvertido ‘reyecito’ Mario Desbordes, que le diseñó una ruta a su partido que no es del gusto de todos, ni menos de sus seguidores.