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EL DOCTOR MORTIS A CARGO DE LA OMS


VOXPRESS.CL.- No hay que tener una especial competencia para darse cuenta, una vez más, del grotesco contubernio entre la ONU y el socialismo internacional, siendo que buena parte de los países que la componen, y la financian, son precisamente lo contrario: democráticos y libertarios. Es de lamentar que, así como la Alta Comisionada de Derechos Humanos, casi a diario se dedica a juzgar a las democracias omitiendo las violaciones en los totalitarismos de izquierda, la Organización Mundial de la Salud (OMS) se haya abanderizado con la dictadura capitalista/comunista china.

La máxima autoridad de la Salud mundial desnudó su arbitrariedad, justo en momentos en que el caos universal provocado por el coronavirus lo obliga a actuar al instante con independencia y frialdad. Con motivo de la 73° Asamblea Mundial de la Salud, en Ginebra, el Director General de la OMS, el etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus, recién ahora “se compromete” a realizar una “investigación neutral” sobre la pandemia.

Al presidir la reciente asamblea anual de su organismo, la primera por teleconferencia en su historia, el médico etíope accedió a llevar a cabo una “investigación independiente” de la infección y se comprometió a entregar, a la brevedad, “un informe neutral”, ello en respuesta a una solicitud oficial de los países miembros de la Comunidad Europea que le pidieron -exigieron, más bien- “aclarar definitivamente” el origen del virus y su manejo.

Entre algunos de los participantes en la asamblea, se instaló la sensación de que el doctor Ghebreyesus “ha dado palos de ciego” y cayó en la “irresponsabilidad”, al hacer recomendaciones al resto del mundo, tomando en cuenta exclusivamente las opiniones de China.

Experto en el combate contra el paludismo y el VIH/sida en África, el doctor Ghebreyesus fue ministro de Relaciones y de Salud de Etiopía antes de ser designado Director General de la OMS hasta el 2022. De confesada tendencia socialista, en su país implantó un sistema único de salud universal, eliminando la atención e internación privadas.

Con su solicitud de un “informe independiente”, la Comunidad Europea dejó en evidencia el malestar existente en su contra por impartir recomendaciones sanitarias al resto del mundo, “de acuerdo a las pautas provenientes de China”. Se le imputa al dejarse tentar por Beijing que le ofreció sustancial financiamiento inmediato, tras el anuncio de Estados Unidos, su principal sostén económico, de que recortaría su aporte o hasta, quizás, lo eliminaría, ello, precisamente, por la influencia de China en la OMS. Incluso, el representante de este país se opuso a que un delegado de Taiwán participara como “observador” en la asamblea virtual. El Gobierno de Tai Pei, que tuvo durante un tiempo el estatus de observador, fue excluido de la OMS en 2016, cuando llegó al poder la presidenta Tsai Ing-wen, quien se niega a reconocer el principio de “unidad de la isla y de China continental” dentro de un mismo país.

Estados Unidos criticó duramente el “fracaso” de la OMS frente a la pandemia, denunciando que el organismo se dejó guiar “por los engaños” de quien es el causante de este desastre sanitario”. Mientras la asamblea se realizaba en Ginebra, despachos hechos llegar desde Wuhan, ciudad donde se incubó el virus esparcido por el mundo, dan cuenta del montaje de habitantes nadando en ríos y piscinas en una demostración de que todo ha retomado a la normalidad. Falso: fuentes confiables dan cuenta de que en dicho lugar surgió un segundo brote y se proyecta que pueden aparecer tres y hasta cuatro más.

Estados Unidos y otros quince delegados participantes en este Asamblea Mundial de la Salud, acusaron a Beijing de “haber encubierto el alcance de la epidemia” y reprocharon a la OMS su “equivocación en la gestión de la crisis, al seguir la engañosa posición china”.

El secretario de Salud norteamericano Alex Azar, denunció que el “fracaso” de la OMS frente a la pandemia ha costado “millares de vidas”. Le exigió a su Director General que “sea más transparente” y que lo menos que puede hacer es “dar explicaciones”. Aunque casi como anécdota, se le recordó a Ghebreyesus que notificó al mundo de la obligatoriedad del uso de guantes y días más tarde recomendó no utilizarlos “porque constituyen más riesgos de contagio”…

La ONU no demoró en cuadrarse en el acto con el titular de la OMS, brindándole un respaldo total y censurando la “indiferencia” de algunos Estados miembros que, en boca de su Secretario General, el socialista Antonio Guterres, “desoyeron y restaron valor a las medidas sugeridas por su Director General”. El anti-norteamericarismo afloró de inmediato en la asamblea, cuando una mayoría, especialmente de africanos, respaldó lo obrado por Ghebreyser, pero, en señal de velada crítica, reconoció que “hay que reforzar a la organización”…

Lo más decidor fue el anuncio de su propio Director General, quien, luego de auto elogiar “la oportuna alarma que dimos al mundo”, reveló que elaborará “una evaluación independiente lo más pronto posible y en el momento apropiado (?), para examinar las experiencias y lecciones aprendidas, y formular recomendaciones con vistas a mejorar el estado de preparación”.

Luego de esta confesión, ni más ni menos, del propio Director General de la OMS, la máxima autoridad de Salud en el mundo, algo de rubor debería sentir la hilera de izquierdistas que se han solazado criticando las actuaciones de la autoridad sanitaria de Chile, porque, según ellos, “no se anticipó a los hechos y ha errado en sus acciones”. Deben sentirse con su pudor herido, al imponerse que la autoridad médica mundial, y socialista, confiesa que nada ha hecho y que, recién ahora, lanzará, “y en el momento oportuno”, las recomendaciones para enfrentar la pandemia.

Tras sus propias revelaciones, el experto epidemiólogo africano Ghebreyesus no parecer ser el Director General de la OMS, sino más bien el recordado y temible doctor Mortis, personaje de un antiguo radioteatro criollo.

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