VARADA EN EL PARAÍSO

VOXPRESS.CL.- “He llorado a mares” fue la explicación que le dio a sus camaradas comunistas, al telefonearla a La Habana para reprocharle por dejar por los suelos al régimen cubano, en un telereportaje a un grupo de ‘turistas’ varados en la isla caribeña, a raíz de la prohibición de la dictadura castrista a vuelos comerciales por causa de la pandemia.
La joven comunista, llamada Carolina Cox Gatica, imposibilitada de salir desde La Habana, clamó para que alguna línea –capitalista, desde luego- la fuese a rescatar con urgencia a ella y al resto del grupo, porque “nos estamos alimentando mal, no tenemos jabón para evitar el virus, el aire acondicionado funciona muy bajo y nos hallamos rodeadas de ratones”. Fue, literalmente, destrozada en las redes sociales por su inconsecuencia ideológica y, para evitar seguir llorando, tuvo que cerrar su cuenta de twitter.
Carolina Cox estudió Actuación en la Universidad Finis Terrae -propiedad de los Legionarios- , donde fue la mejor de su promoción, y, luego realizó un curso de cine y TV en un instituto particular: tiene más apariciones en cortos publicitarios que en actuaciones teatrales. Se hallaba en La Habana, participando de un taller en la Escuela Internacional San Antonio de los Baños, cuando no consiguió regresar a Chile porque la aerolínea panameña Copa canceló todos sus vuelos debido a la expansión del virus en ese país.
Cox Gatica llamó al Gobierno ‘fascista’ de su país, a que “me saquen” desde Cuba: “estamos en un centro de foco infeccioso, donde entran y salen extranjeros, hay plaga de ratones, no es un hotel que esté habilitado".
Al describir su situación en La Habana, reveló que "es súper angustioso estar en un país donde escasea el jabón, el papel higiénico, tenemos las cuentas bloqueadas porque es muy difícil acceder a internet y acá no funcionan las tarjetas. (...) Somos gente que necesita medicinas, hay niños, tercera edad y familias".
La actriz fue una protagónica activista en favor de las violentas protestas contra el Gobierno de Sebastián Piñera y, según sus propios tuiteos, se declara admiradora de los regímenes de Cuba y Venezuela, “hacia donde –dice- debe apuntar nuestra causa”. Es partidaria de que “nuestros combatientes de la primera línea obtengan una remuneración como justo sustento por su entrega”.
Debido a la expansión del coronavirus, la dictadura comunista decidió que los turistas debían ir a algunos hoteles específicos y correr con sus gastos de estadía. El valor de una noche de hospedaje es de $30 mil (pesos chilenos), lo que equivale al salario mensual de un trabajador cubano. Cox, en su solicitud de ayuda, asegura que “tuvimos que pedir pañales porque aquí ya no hay nada”.
En diciembre pasado, la dictadura cubana anunció a su población que “al menos, hasta abril no habrá distribución de artículos de higiene, porque se acabó el stock de productos de aseo personal”.
Aunque los defensores del régimen comunista lo publicitan como una sociedad ideal para formar parte de ella, desde diciembre, en medio de todas las carencias, la población no ha tenido acceso ni siquiera a las elementales toallas higiénicas para el ciclo menstrual, además de jabón, crema dental, algodones, desodorantes, shampú y cepillos para dientes.
Aunque, ahora, la cuenta de twitter de Cox está suspendida, fueron recuperados tuits de 2019 donde acusa al Presidente Piñera de “terrorista”, siendo parte de la campaña montada por el PC y el Frente Amplio, cuando once diputados de extrema izquierda lo acusaron constitucionalmente por supuestas violaciones a los derechos humanos. Un avión de la chilena Lan y no de la panameña Copa, gestionado por la Cancillería, voló al Caribe para ‘rescatar’ a los chilenos que le exigieron al Gobierno su inmediata evacuación, pero de todos los inscritos para ser embarcados, sólo la mitad se subió al vuelo hacia Santiago.
Dos millones de cubanos escaparon de la isla, incluso en balsas; y los venezolanos ya superan los cinco millones. La experiencia de Carolina Cox en lo que ella consideraba un paraíso del socialismo, además del mal rato que le significó frente a sus propios camaradas, ha sido tremendamente útil para que miles de chilenos, engañados por inocencia o candidez por la izquierda, abran de una vez sus ojos en cuanto a la real dimensión de lo que es vivir en un dominio socialista. Nuestros compatriotas no huyen en manada desde el modelo neoliberal que los rige, pero sí lo hacen quienes no resisten su existencia bajo la tiranía del PC cubano y del siniestro Nicolás Maduro. Llega a generar impotencia que tantos ‘ciegos’ no quieran darse cuenta de algo tan simple, como que la frustración y la impotencia y la de este grupo de extremistas en La Habana es, precisamente, hacia donde llevará al país una eventual nueva Constitución, idea inventada por la izquierda como su alternativa única para apoderarse del pode