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EL GOBIERNO SE DESLIGÓ DE SU AUTORIDAD


VOXPRESS.CL.- “En la tierra de la anarquía no hallaréis aventuras, pero en la de la autoridad, cuantas os plazca”. Qué nostalgias de hace tan poquito tiempo traen esta sabia reflexión del escritor británico Gilbert Chesterton. Hasta el 18/O, con las mismas apreturas y estrecheces de siempre, la población sólo clamaba por una mayor mano dura para combatir la desmadrada delincuencia común, sin embargo hoy comprueba con pavor que las encerronas y los portonazos eran casi la nada respecto del ‘todo vale’ en que se ha convertido el país, debido a que la autoridad nacional está total y definitivamente sometida por el extremismo.

Los grupos sin rostros pero con jefes son quienes hoy mandan sin preguntarle a nadie, y ello porque se percataron de que el Gobierno se doblegó y traspasó su autoridad natural y constitucional al ‘pueblo’. Es éste el que decide qué hacer, cómo, cuándo y dónde, sin consultar ni informar. Incluso, tiene una recargada agenda de manifestaciones no autorizadas, de las cuales, por suerte, el Ejecutivo se impone a través de las redes sociales.

Refugiándose en el derecho a libre expresión, ‘el pueblo’ trastorna ciudades enteras, pero al omitir límites y normas, esa mal supuesta libertad viola otras varias, también consideradas en la Constitución, demostrando, con ello, que todas las manifestaciones son antidemocráticas, y no democráticas, por el hecho elemental de vulnerar la Carta Magna.

Tratándose ésta de una democracia y de un Gobierno electo mayoritaria y democráticamente, tiene la obligación suprema e ineludible de, al menos, neutralizar a quienes burlan la Constitución y las mínimas ordenanzas sobre convivencia comunitaria.

Todas las manifestaciones del día a día alteran drásticamente el orden público, y ello es suficiente para condicionar sus realizaciones.

No obstante, en un gesto de rendición impropia, la autoridad, cada viernes a media tarde, programa el cierre de calles y el desvío del transporte público con la finalidad de que los encapuchados puedan tener espacios más libres para enfrentarse y atacar a Carabineros. Es inaudito que lo anormal se haya hecho normal por decisión de la autoridad oficial, y tanto conductores como pasajeros y peatones, cual animales de costumbre, se deben humillar ante la voluntad de los violentistas subversivos que los obligan a demoras y tardanzas.

A partir de la primera y gran violación al orden público -18/O - no se le respetan a la ciudadanía varias de sus libertades garantizadas en la Constitución, y que al Gobierno no les importan: la de movimiento y desplazamiento, la de vivir en paz, la del respeto a la propiedad privada, la de trabajo –por los saqueos e incendios-, la de obediencia civil y la de respirar un aire limpio, contaminado por el humo de las Molotov y de los fuegos artificiales y el polvo de los extintores utilizados indiscriminadamente por las turbas extremistas.

La Constitución es pulverizada día a día por las manifestaciones, y el Presidente las califica de “democráticas”, ello una auto excusa por haberse inclinado reverencialmente ante la izquierda y la oposición, tras el Golpe del 18/O, y así salvar su propio pellejo. Tal vez no todos, pero abundarían los Presidentes que ante un intento de derrocamiento habrían pensado primero en salvar el país y la democracia antes que mantener intacta la imagen personal

Hoy en el país no existe respeto por nadie, porque la ciudadanía percibió que ni siquiera lo hace valer la máxima autoridad del país.

Poco antes del 18/O, en tres ocasiones la entonces Intendenta de Santiago, Karla Rubilar, negó en la autorización para que el PC realizara una manifestación en horario punta en Plaza Baquedano para celebrar la Ley de 40 Horas Laborales a la Semana. Si hoy alguien intentara oponerse a un pedido de este tipo, sería objeto de una acusación constitucional, como le ocurrió a Felipe Guevara, y no por una negativa, sino por evitar que siguiese la destrucción de dicho lugar y se terminase con un monumento a un héroe derribado desde su pedestal.

La historia esta vez fue distinta: Rubilar, ahora vocera del Gobierno, salió a desmentir a Carabineros y a respaldas a las feministas en cuanto al número de asistentes a su marcha, una marcha para la cual nadie solicitó permiso y se prescindió del ofrecimiento del Ministerio del Interior de aportar la protección exclusivamente de mujeres policías “porque estamos en contra de Carabineros”.

Horas antes de esta marcha no autorizada pero reconocida por el Gobierno, un sargento de Carabineros debó defenderse con un tiro de una masiva y cobarde agresión, tras ser botado de su moto por las pedradas: el agresor, aunque herido en una pierna, quedó totalmente libre, en tanto el funcionario, fue preso a una comisaría. Nadie salió en su defensa, y eso que se limitó a hacer uso de su arma de servicio en cumplimiento de la ley. En este ‘nuevo Chile’, los irracionales, los que violan la Constitución, mandan e imponen respeto por sobre los demás, como incendiar dos carros lanzagua.

Son esos extremistas de izquierda antisistémicos quienes ejercen la autoridad que se las regaló en bandeja dorada el mismísimo Presidente de la República.

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