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A CHILE NO LO DESPERTARON, LO SUBLEVARON CON DESPERTADOR


VOXPRESS.CL.- Las organizaciones sociales, hasta hace pocos llamados “actores sociales”, esto es, la fracción poblacional manipulada e instruida por las cúpulas de la diversidad izquierdista, han impuesto el eslogan “¡despertó Chile!”, que el resto de la ciudadanía tendrá que soportar con paciencia por un buen tiempo.

Ése es uno más de los tantos engaños nacidos del socialismo criollo para atribuir antiguas penurias de la población a éste, un Gobierno de derecha.

La gran clase trabajadora del país, ésa que paga cuentas y no dispone de ocho horas seguidas para hacer ruido con tapas de ollas, hace muchos años que está plenamente despierta y, también, hace muchos años que viene aguardando que el Congreso Nacional legisle sobre sus angustiantes necesidades y no llene su ocio, haciendo leyes para los perros callejeros, para que no se paguen los estacionamientos en los malls, para que la brisca y el taca taca sean reconocidos como deporte nacional y para que si una dama lo desea, denuncie por acoso sexual al maestro pintor que la piropeó.

El Congreso Nacional, mal llamado Parlamento porque allí nadie parlamenta, desde 1990 a la fecha se ha transformado en una fuente de lucrativo empleo de holgazanes, en un ring de ‘gallitos’ políticos y en un núcleo de dominio ideológico de grupos de poder.

Por vergüenza y por pudor, es el Congreso el menos llamado a apropiarse de la agenda social, y debería, silenciosamente, dedicarse a sacar adelante a la brevedad los no pocos proyectos atascados intencionalmente allí y que promueven un mejor bienestar de las personas.

La última vez en que la clase trabajadora pudo hacer gala de tener muchos billetes en sus bolsillos fue durante la Unidad Popular, ello a causa de la gigantesca inflación (100%) y con el inconveniente de no poder gastarlos porque no había en qué. Desde el régimen militar a la fecha, la población laborante ha tenido siempre un vivir similar, pero con una diferencia notable: la subsistencia del modelo de libre mercado, ha hecho posible el alto número de compatriotas que salió desde bajo la línea de pobreza. Es más, lo que antes resultaba un lujo elitista, en la actualidad es de uso cotidiano por el ciudadano medio y medio/bajo: el automóvil. Son los “fachos pobres”, según la comunista Camila Vallejo.

El ciudadano común y corriente –y no sólo los más vulnerables- coinciden en las bajísimas pensiones, en el costo en las prestaciones de salud, en los altos precios de los fármacos y del transporte público. Además, no sólo ahora, sino desde siempre, ha existido una gigantesca brecha en los salarios, y no ha habido Gobierno alguno, de la ideología que sea, que haya asumido el desafío de aumentarlos.

La mayor violencia de las desenfrenadas protestas por la insurrección política del 18/O fueron gatilladas, según la izquierda, por las alzas de las tarifas eléctricas y por el aumento del precio del transporte público. Ambos sistemas de cobranza están regulados por una ley, a la que los hoy vociferantes legisladores, contribuyeron con su voto en su oportunidad. Los saqueos apuntaron con particular ensañamiento a las instalaciones de compañías extranjeras que ganaron las concesiones públicas de servicios básicos y de obras públicas, como el tag. Al asumir el Gobierno “de derecha” estaban todas licitadas.

Lo que más indigna de las declaraciones destempladas del ‘pueblo socialista es su ignorancia, al culpar a Chile Vamos de todas las dificultades ideadas y aplicadas en el pasado.

Las AFP’s, responsables de la ruina de la inmensa clase pasiva, ningún Gobierno de la (ex) Concertación y de la (ex) Nueva Mayoría fue capaz de eliminarlas. Todavía más, una de las promesas de campaña de la socialista Michelle Bachelet, en su segundo período (2914/2018), fue terminar con ellas, pero el compromiso murió junto con una comisión ad hoc a la que convocó.

Uno de los grandes motivos de rebeldía de los adultos jóvenes es su endeudamiento por el CAE para financiar sus estudios, el cual fue creado por Ricardo Lagos en su Presidencia y Bachelet se negó a eliminar el endeudamiento fiscal de quienes accedieron a él "porque el Fisco no tiene fondos para responder a esa inmensa suma" .

En Salud, otro factor aludido en el sinfín de ‘marchas pacíficas’ de la izquierda, Bachelet prometió solucionarlo siendo ministra del ramo del entonces Presidente Ricardo Lagos. Más grave aún, en su segundo Gobierno reconoció su fracaso en la meta de construcciones de hospitales, y por lo mismo -¡qué paradoja!- admitió su equivocación de desechar el sistema de concesiones…Fue su titular de Energía, Máximo Pacheco, quien pactó el cálculo de tarifas que le rebotaron hoy a la población.

El mentor de las licitaciones en Obras Públicas fue Ricardo Lagos, pero nadie le pasó la cuenta ni lo recordó como autor del tag. Fue él, también, quien implementó el TranSantiago y Bachelet lo echó a andar.

Durante el mandato de Eduardo Frei Ruiz-Tagle y con el respaldo de la (ex) Concertación se privatizó parte de CODELCO: más de 300 mil hectáreas de yacimientos menores fueron traspasadas a empresas extranjeras. También pasaron a manos particulares el Puerto de Ventanas, la termoeléctrica Tocopilla y las generadoras de Colbún, Edelnor y Edelaysen, en total, un 40% de la producción eléctrica del país. Su gobierno comenzó la privatización de las empresas abastecedoras de agua potable: Esval, la metropolitana Emos, (Aguas Andinas), Essbio y la de los Lagos, Essal.

No existe registro de alguna manifestación pública en contra de decisiones político/económicas de Gobiernos centroizquierdistas, de las cuales hoy se demoniza y se ataca al actual.

La sublevación política, que no es una sublevación del pueblo trabajador, fue consecuencia de la impotencia de la izquierda, la que tomó debida nota de que le iba a ser imposible recuperar el poder. Esta mixtura de angustia y desesperación por su futuro inmediato la llevó a ejecutar un plan, organizado en Venezuela y ejecutado por expertos terroristas que, se cree, podrían hasta no ser chilenos.

Es una infamia endilgar al “pueblo dormido” por 30 años la autoría de esta insurrección: ese pueblo estaba, y está, trabajando. El criminal operativo extremista lo único que hizo fue perjudicarlo, al dañar o destruir sus fuentes de empleo, encarecerles aún más el ya costoso abastecimiento diario dejarlo sin transporte. La sublevación política fue llevada a cabo con la finalidad de que el país sufriera el mayor número de perjuicios con una larga paralización.

Se planificó ponerlo en marcha en la semana previa a una cortísima –por dos días feriados-, con lo cual el severísimo impacto en el IMACEC va a ser brutal, responsabilizando de ello al Gobierno “de derecha”.

Cuando se obra con un cálculo tan frío y diabólico es más que una necedad, es una gran mentira, proclamar que Chile ha despertado. No, lo despertaron, y destruyendo uno de sus bienes más indispensables y motivo de real orgullo, incluso internacional.

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