LOS DERECHOS VULNERADOS DE LOS DEMÁS

VOXPRESS.CL.- Vergonzoso e impúdico ha sido el rol que ha jugado el Instituto Nacional de Derechos Humanos (INDH) en la insurrección extremista y en sus coletazos. El monumento al odio y la venganza, engendrado por el comunismo para ayudar a sostener su “ni perdón ni olvido”, volvió, una vez más, a demostrar su desnaturalización.
El INDH interpreta a la perfección el sectarismo y la arbitrariedad, pues contraviene la carta del Consejo Mundial ONU en esta materia, que, aunque también discriminatorio y parcial, al menos se atrevió a denunciar las horribles violaciones acontecidas en la dictadura socialista de Venezuela.
Los derechos universales protegidos son los humanos y no los exclusivamente ideológicos, como lo ha hecho sistemáticamente desde su creación el criollo y bien financiado INDH.
Los derechos políticos están a igual nivel de todas las otras libertades, y en similar proporción deben cautelarse y protegerse las necesidades elementales de una persona, como es el acceso al agua potable, al alimento básico, a una vivienda mínimamente digna y a los accesos de soportes para su salud.
Debe saberlo, pero intencionalmente el INDH lo omite, que puestos en la misma balanza, las libertades personales son más y de mucha más envergadura que los derechos políticos que defiende con frenesí, hasta debajo de los hongos, pero siempre que afecte a la izquierda.
A raíz de este estallido de rebeldía extremista, gran parte del periodismo, especialmente el televisivo, ofreció el más grotesco espectáculo brindado en cuatro décadas. Quienes desempeñan este oficio, al margen de su progresiva y cada vez mayor ignorancia, no tuvieron pudor en excederse en su subjetividad, en actuar tendenciosamente e incluso impertinente, asumiendo como propia la sublevación de quienes, a su juicio, se manifiestan “en paz”, siendo que los telespectadores observaban en pantalla todo lo contrario. Eso se llama mentir, y bien lo saben los que hasta no hace mucho trabajaron en esta actividad por pasión y cariño, y no por mero aprovechamiento ideológico.
Este tipo de prensa frívolamente comprometida es uno de los principales, si no el principal, bastones del INDH, no sólo porque facilita las acciones excluyentes de éste, sino las infla y contribuye a distorsionarlas.
Algunos periodistas increparon a las autoridades el hecho de que los militares, durante el toque de queda, impidiesen la fiscalización a sus acciones por parte de funcionarios del INDH. Ello refleja la prepotencia de éste, al sentirse con más poder que la Constitución.
La Carta Fundamental establece precisamente un Estado de Excepción o de Emergencia para aplacar cualquiera contravención a la normalidad y a la paz social. Es realmente deplorable que los encargados de informar verazmente a la población la engañen, consecuencia de su propia desinformación, puesto que la propia Constitución ordena que en este tipo de situaciones extraordinarias se prohíbe el derecho de reunión, y, por ende, las manifestaciones públicas. Es simple concluir que quienes subordinan esa obligatoriedad legal violan, ni más ni menos que la mismísima Carta Fundamental.
La insurrección extremista alteró por completo la normalidad de varias ciudades capitales regionales, y particularmente, por su densidad, a Santiago. El aniquilamiento del Metro, el ataque a sedes municipales, la quema de buses del transporte terrestre y los saqueos con incendio de establecimientos comerciales, todas acciones políticas, forzaron una paralización total. El dejar a la población sin poder movilizarse, sin acceso a alimentos y remedios ¿no es acaso un derecho vulnerado? ¿No es una violación obligar a inocentes pasar varias noches en vela cuidando su vivienda y a su familia?
Todas, absolutamente todas, las alteraciones a las vidas de las personas, sus incomodidades, su pérdida de ingresos por no poder salir de casa, la desaparición de sus fuentes de trabajo y hasta las muertes provocadas en el marco de los disturbios, son atribuibles a los responsables de la insurrección. Los mismos que fueron alentados y defendidos por el INDH.