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LA OTRA GANADORA DE LA ACUSACIÓN CONSTITUCIONAL


VOXPRESS.CL.- Luego del fracaso de la centroizquierda para unirse a costa del ‘cadáver’ de la ministra de Educación, el gran tema que se tomó la agenda de la coyuntura política fue que la oposición quedó más dispersa que nunca.

El hecho de haber instrumentalizado inútilmente una artificiosa acusación constitucional exclusivamente como banco de prueba para eventuales acuerdos y pactos electorales, muy lejos de marcar una agudización de la fractura de fuerzas, resultó ser un reimpulso de aglutinamiento.

De los arrepentimientos, histerias y ataques mutuos, luego de la votación adversa en la Cámara de Diputados, surgió una toma de conciencia, aunque con un alto contenido de cinismo e hipocresía, que le marcó un solo rumbo al sector: el de su campaña presidencial.

Revolución Democrática (RD), el partido ancla del Frente Amplio (FA) salió por primera vez a revelar que está “en condiciones” de pactar con colectivos que se hallen fuera del bloque. Desde marzo de 2018, los frentistas se autoproclamaron ser los únicos representantes de la genuina izquierda, y anunciaron su ánimo de negociar sólo con movimientos afines. Ni hablar de la ex Nueva Mayoría, considerada por sus cabecillas un ejemplo vivo del conservadurismo.

Con su aviso de ampliar los círculos, en el seno del FA -que la sigue ‘llevando’ en la izquierda-, se produjo la consolidación de un hecho esencial: la búsqueda de adhesiones para Beatriz Sánchez, su futura candidata presidencial, y fundadora de RD.

La periodista adherente del MIR en sus años de estudio en la Universidad de Concepción tomó la decisión irreversible de abocarse, desde ya, a su campaña presidencial, en una primera etapa como vocera del FA y, luego, como el rostro presidencial de toda la izquierda y, ojalá para ella, de la centroizquierda.

Esta estrategia del Frente se urdió después de que la ‘izquierda conservadora’, léase ex Concertación, quedase definitivamente con las manos vacías, tras el anuncio de Michelle Bachelet de que “por ningún motivo” postulará a un tercer período. El titular del PPD, Heraldo Muñoz, reaccionó diciendo que “ya no habrá peregrinajes a Ginebra”, en tanto el senador del mismo partido, Ricardo Lagos, confesó que “ahora sí que nos quedamos sin nada entre las manos”.

El PS, el PPD y el PR mantenían la esperanza, aunque remota, de que otra vez Bachelet llegara a salvarlos. No obstante, con su categórico “no quiero”, selló esa opción, y también la de sus antiguos aliados.

Ninguno de los partidos de la izquierda tradicional tiene un personaje que pueda, siquiera, liderar un proceso electoral, y menos está dispuesta a repetir la traumática experiencia de improvisación con Alejandro Guillier. El único interesado en competir, José Miguel Insulza, continúa sin aparecer en encuesta alguna, pese a su grotesca radicalización ideológica, que lo ha inducido, incluso, a perder su tradicional olfato político, cayendo en conductas propias de un novato: “fui yo quien aconsejé al PS que no podía aparecer en primera línea de la acusación contra Cubillos”…, siendo que fue el promotor del libelo.

Al otro interesado que le pican las manos por estar en una papeleta es el PPD Francisco Vidal, entusiasmado por la ‘popularidad’ alcanzada con sus apariciones en TV. Frente a una eventual candidatura a la Gobernación Metropolitana, confesó derechamente que “si compito con Matthei, ella me gana”, afirmación tras la cual su partido lo llamó al silencio.

Al parecer, Insulza tendrá que resignarse a no poder cumplir su sueño, comprometido con Lagos Escobar en sus tiempos de amigos, cuando éste le vaticinó que iba a ser su sucesor. Y, a su vez, Vidal si se sabe perdedor en una elección regional, es una farsa la suya pensar en una nacional.

Este nuevo escenario está siendo maquillado por el FA como “pactos locales” –elección de alcaldes y gobernadores-, pero es el primer paso para una alianza amplia y con fines presidenciales. Ello es lo que lo obliga a ampliar sus fronteras de aliados más allá de su único socio natural, el PC. A este pertenece Daniel Jadue, alcalde de Recoleta, el otro político mejor evaluado en la izquierda, de acuerdo a las encuestas. Pero al no ser del agrado de Guillermo Teillier, nunca ha podido prender, incluso entre los suyos. Curiosa y sospechosamente, hasta se ha visto involucrado en conflictos de intereses económicos en su comuna.

Beatriz Sánchez requiere más allá del apoyo del FA y del PC, y por ello inició contactos con la mismísima DC, en conocimiento de que al interior de ésta se encuentra en plena campaña personal para ser candidata su senadora por Maule, Ximena Rincón. Pero su propio presidente, Fuad Chaín, hizo trizas todos los moldes de inteligencia política, al afirmar que “tenemos diferencias con el Frente, pero el sistema nos obliga a ponernos de acuerdo”… No hace mucho había asegurado que “estamos en condiciones de firmar pactos, menos con el PC y el Frente Amplio”

Los hechos han vuelto a demostrar la vocación histórica de la izquierda que no necesita ponerse de acuerdo, sino, llegado el momento, siempre actúa de hecho y en bloque, sin dispersiones. Ello ha quedado tajantemente de manifiesto con su obstruccionismo en el Congreso Nacional, que ha ido más allá de un mínimo de pudor. Su comportamiento ha sido odioso, visceral y vengativo, y en la única vez en que algunos de los suyos osaron diferir por ceñirse a las leyes, fueron maltratados, y bien lo sabe el vicepresidente de la Cámara, José Auth.

Para las presidenciales de 2017, Sánchez hasta fue víctima de ironías y burlas por parte de la izquierda tradicional, no obstante, estuvo a punto de desbancar a Alejandro Guillier en primera vuelta. Esta vez, pese a todas sus diferencias de sensibilidades entre modernistas y anticuados, todos se necesitan, en el convencimiento de que no existe ninguna otra posibilidad de recuperar el poder.

Si los ‘conservadores’ tienen que radicalizarse y los extremistas frenar sus programas de chilenizaciones -cobre, agua y el litio-, lo harán sin pudor.

Tanto es así, que, luego del bochornoso traspié de la acusación constitucional, han existido conversaciones muy reservadas para que la centroizquierda ni siquiera realice una primaria presidencial. En política, y especialmente en la chilena, los negocios son negocios, sin importar los montos ni los modos: la cuestión es ganar.

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