LA RAZÓN POR SOBRE LA IRRACIONALIDAD

VOXPRESS.CL.- Qué distinto sería este país y que destino esperanzador le aguardaría acaso los políticos actuasen con racionalidad y no con el odio –sí, odio- con que se habituaron a resolver sus diferencias. Esta reflexión, que es obviamente surrealista, fluye espontánea luego de la votación de la Cámara de Diputados en que se rechazó la acusación constitucional para destituir a la ministra de Educación, Marcela Cubillos.
Esta quizás ilusa esperanza, iluminadora de un Parlamento en tinieblas, seguramente será pasajera, dado el clima de efervescencia y de extrema tensión imperante en el ámbito ideológico. De ahí que tenga aún más valor la conducta de un pequeñito número de diputados opositores que se hicieron fuertes ante las presiones y actuaron fríamente ceñidos al razonamiento.
La acusación a la ministra fue rechazada por 77 votos contra 73 y 2 abstenciones. Es en estos números, porque los 4 que marcaron la diferencia y los 2 que se inhibieron corresponden a parlamentarios de la oposición.
Sobre ellos se desató una despiadada campaña de presiones para que votasen a favor del libelo o, en caso contrario, amenazarían seriamente la posibilidad de unidad (política) de la centroizquierda. No por casualidad, tras la votación, el presidente del Senado, Jaime Quintana (PPD) concluyó que “nos queda claro que hay un sector opositor con el cual no podemos contar para acuerdos o pactos”…Para mayor abundancia de este imperialismo ideológico, el PS le pidió a José Auth –votó en contra- que renunciara a la vicepresidencia de la Cámara “por dejar de ser afín a quienes lo eligimos”.
Para medir precisamente las fidelidades opositoras, en vez de hacerlo alguien de su partido, el articulador de la acusación, el PS, desafió a que quien defendiera el libelo en la Cámara fuera un DC: la directiva comisionó a Mario Venegas.
La propia ministra, su abogado defensor y cuatro de los cinco miembros de la Comisión Revisora no hallaron un solo acápite que se pudiera considerar “violación a la Constitución y a las leyes” de su parte. El PS, autor del libelo, sólo quería castigar a Cubillos por cumplir, o intentar hacerlo, el programa del Gobierno de Chile Vamos en Educación y no remitirse a lo que esa colectividad, en particular, y la izquierda, en general, querían: que se ciñera a las normas que dejó Michelle Bachelet. La ex Mandataria oficializó que el ingreso a la enseñanza pública fuese mediante sorteo, en tanto el proyecto de este Gobierno es hacerlo por méritos del postulante, mérito que, por lo demás, se le exige a mujeres y hombres en todas las instancias de su vida.
Pese a que a ella le voltearon el cambio propuesto en el Congreso, dada la mayoría opositora, igual la desprecian por su coraje, carácter y fortaleza que la llevan a enfrentar con gran entereza todos los embates ideológicos y personales.
Al límite del simplismo, el parlamentario acusador, Mario Venegas (DC), apeló al voto de aprobación para “salvar a la educación pública”, siendo al revés, hay que rescatarla de la postración en que la dejó Bachelet. Es un hecho histórico el que en estos momentos hay más interesados en ingresar a ortos liceos en lugar de hacerlo al (ex) emblemático Instituto Nacional…
Comprobado fehacientemente que la acusación era infundada, la izquierda puso el foco en “la gran oportunidad de alinear a la oposición”, mientras el astuto presidente de la DC dejaba en libertad de voto a sus diputados, pero advirtiendo que “el libelo tiene más sustentación que el que sacó del cargo a Yasna Provoste”. Ésta, hoy senadora por Atacama, fue defenestrada del MINEDUC en el primer Gobierno de Bachelet y una de las promotoras de aquella acusación fue…Marcela Cubillos.
Visto así, no era fácil el trance que le esperaba a la ministra para la jornada del 1 de octubre, fecha en que se votó la acusación en su contra. Se enfrentaría a un convoy político con tres vagones cargados de resentimiento y revancha –PS, PC y FA- y con otros dos de cola –PPD y PR- que igual sumaban votos; y a ése había que agregar a la DC, sedienta de venganza para reivindicar el antiguo agravio a la ‘Quintrala de Vallenar’, una de las voces fuertes de la disidencia del partido.
Nunca el viento es favorable cuando se opone el razonamiento a la pasión desbordada. Por ello, es aquí cuando aparece la joya en medio del basural: la gravitante incidencia de diputados opositores que sí leyeron, y entendieron, el libelo acusatorio. Es más, dos de ellos provocaron que terminase en empate la Cuestión Previa, o sea, la sustentación jurídica de la defensa que solicitó que, por no ceñirse a las condiciones para constituir una acusación, ésta quedase en nada: con75 a 75, estuvo a un voto que se concretara.
Los opositores que votaron por el rechazo fueron Matías Walker y Jorge Sabag (DC) y los independientes José Auth (ex PPD) y Pedro Velásquez (ex DC). Se abstuvieron René Alinco (ex PPD) y Patricio Rojas (ex PS). Los dos primeros, abogados, anunciaron con anticipación que no compartían la acusación por no cumplir con los requisitos, lo mismo que Auth, técnico agrícola y uno de los vicepresidentes de la Cámara, quien admitió que “jamás le he tenido simpatías a Piñera y si tuviera que acusarlo por el puro gusto de hacerlo, no lo haría”. Alinco, un ex obrero metalúrgico y de la construcción, confesó que “a partir de ahora, tomé la decisión de no propiciar ningún reparo constitucional, salvo que se trate de algún atentado a la institucionalidad”.
Este puñado de expresiones imita a esa joya encontrada en la basura, porque ello no es usual, como tampoco lo es que estos rayos de inteligencia y racionalidad aparezcan en un Parlamento preñado de odiosidad y resentimientos.