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EL ANZUELO QUE HACE PICAR AL MUNDO


VOXPRESS.CL.- “Parece una joven muy feliz, con un futuro brillante y maravilloso por delante. ¡Ha sido muy agradable verla!". Éste fue el sarcástico tuit con que el Presidente de Estados Unidos respondió los ataques que le dirigió la activista sueca de 16 años Greta Thunberg Enman (en la foto, con su madre), durante la Cumbre Climática de la ONU. Por primera vez en su historia, una niña ocupa el estrado correspondiente a los dignatarios del mundo para emitir un apocalíptico mensaje sobre el fin del planeta Tierra.

Desde su irrupción en la escena internacional parada frente al Parlamento sueco para exigir “acción” a sus autoridades, la joven logró un arrastre calculado en 2.3 millones de seguidores en twitter y un número similar de jovencitos y niños en todo el mundo, que salen a manifestarse a las calles todos los viernes. Fue el día escogido por ella para “hacer la cimarra” y dedicarse a protestar por la renuencia de los Gobiernos del orbe a asumir medidas en contra del cambio climático.

Su fulminante fenómeno mediático y los intereses económicos que están detrás, tentaron a la ONU para morder el anzuelo y generar un Gobierno Global que dirija políticas universales sobre políticas ambientalistas. Otro que se tragó el cebo fue el Presidente de Chile, quien se rindió ante el estudiado dramatismo de Greta Thunberg, y la invitó formalmente a la Cumbre de la COP25 de diciembre, en Parque Los Cerrillos. A dicho encuentro concurrirán 120 científicos y… 250 activistas, la mayoría de ellos, si no la totalidad, ideológicos.

Prueba de ello es que para la más masiva marcha de los viernes en Santiago, la totalidad de los manifestantes entrevistados para “explicar” su presencia, criticó ácidamente a “este Gobierno de derecha” que se dedica a “proteger los intereses de los empresarios”. En sus proclamas pidieron “el inmediato cierre” de las generadoras de energía…

Poquísimos de sus seguidores saben que en su propio país no le dan mayor relevancia, porque Suecia es uno de los más desarrollados del mundo. Con un ingreso per cápita de US$54.000, dispone de recursos suficientes para hacer frente a las adversidades climáticas y proteger a sus habitantes de cualquiera devastación.

La primera vez en que Thunberg se ganó las sospechas de una fracción no menor del mundo fue cuando en el Foro Económico de Davos selló su condición de catastrofista: "no quiero que tengas esperanza, quiero que entres en pánico", dijo la activista.

Como "una niña rica", la definen sus compatriotas suecos, y ponen como ejemplo que llegó a la reunión de la ONU en un yate de lujo, extremadamente caro, que produce cero emisiones de carbono…,pero que le fue facilitado por el magnate monegasco Pierre Casiraghi, hijo de la princesa Carolina de Mónaco y propietario de una gigantesca empresa inmobiliaria.

Comentaristas europeos la han tildado de "histérica", "enferma mental" y "marioneta de otros". En Alemania, hasta su cabello rubio y sus trenzas se han vinculado a la estética "nazi", lo que, en rigor, no corresponde, ya que sus abuelos paternos y maternos fueron judíos que emigraron a Suecia, huyendo de las persecuciones de Hitler.

Se le atribuye a Thunberg ser “instrumento de otros” y, específicamente, de servir a los intereses de grupos mediáticos y económicos. Por su condición de haber estado un año con una severa depresión y por ser portadora del síndrome de Asperger, “no está en condiciones de discurrir todo lo que se le atribuye a ella”. Sus críticos, que no son pocos, le impugnan que “carece de conocimientos científicos” para ser, por estos días, un referente universal. Oficialmente, cuenta sólo con el apoyo de una asesora, una socialista alemana, Luoise Marie Abenauer.

Una investigación de The Times de Londres reveló que detrás de Thunberg opera una serie de empresas, principalmente de lobby, académicos y hasta un think tank, creado por un ex ministro socialista de Suecia, ligado a corporaciones de energía no convencionales.

The Times publicó que "estas compañías se están preparando para la mayor bonanza de contratos gubernamentales de la historia: la ecologización de las economías occidentales. Greta es la cara de su estrategia política". Según su investigación, “detrás hay unos potentes intereses económicos y ciertas empresas, cuyo modelo de negocio es producir energía sin combustibles fósiles, recogiendo por el camino millones de subvenciones de los Gobiernos”.

Según el matutino londinense, hasta las marchas de los viernes no son idea de Thunberg, sino de Ingmar Rentzhog, el fundador de la plataforma social We Don't Have Time (No tenemos tiempo). La misma ha servido, también, para acallar la voz de millares de etnias indígenas que “jamás podrán prescindir del fuego”.

El de Greta Thunberg no es un camino pavimentado para el futuro, porque el cúmulo de investigaciones que se realizan en torno a su aparente misión mesiánica, continuarán dando pistas, y hasta pruebas, de que no se trata, la suya, de una mera toma de conciencia sobre las amenazas respecto a la subsistencia del planeta Tierra.

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