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CHACAO, EL PUENTE DE LAS SOSPECHAS


VOXPRESS.CL.- Ésta vez fue cierto: efectivamente, Michelle Bachelet, hallándose en su sede de Alta Comisionada de la ONNU en Ginebra, se informó por la prensa de que había recibido $101.6 millones de aporte a su campaña presidencial de 2013 por parte de la transnacional brasileña OAS.

El periódico Fohla de Sao Paulo publicó una entrevista al ex presidente del consejo de la constructora, Leo Pinheiro, quien cumple condena con arresto domiciliario acusado de corrupción.

En esta oportunidad, Bachelet sí se informó por la prensa, y no como cuando mintió en febrero de 2015, al estallar el escándalo Caval, estando ella de vacaciones en Caburgua. En ese largo juicio, aún inconcluso, en contra de su nuera y su hijo, éste, Sebastián Dávalos fue sobreseído por artilugio de dos de los tres ministros exonerados de la Corte de Rancagua, uno de ellos suicidado.

Apenas conocida esta revelación del aporte a su campaña, el inefable Fiscal Nacional anunció que solicitará “dichas declaraciones” a su par de Brasil para agregarlas al vasto expediente, aún abierto, sobre las “inversiones” de OAS en la política chilena. Quien continúa indagado por el mismo caso es Marco Enríquez Gumucio, ya que su despliegue electoral del 2013 lo hizo en un jet proporcionado gratuitamente por aquella empresa.

Dicha corporación transnacional brasileña se dedicó a sobornar a futuros Presidentes o en ejercicio para que en sus respectivos países pudiese construir obras viales de envergadura. Una de éstas fue el puente colgante sobre el canal de Chaco, en Chiloé.

En sus declaraciones pos entrevista a Pinheiro en Fohla, Bachelet desmintió “cualquier vínculo con esa empresa”, y todo apunta a que ella no fue tentada por una coima que la comprometiera a ejecutar el viaducto. La razón: al asumir su primer período, ella se negó a seguir adelante con el proyecto, idea de su antecesor Ricardo Lagos. Esa decisión de la ex Presidenta originó la molestia pública del ex Mandatario “por estar desconociendo mi obra” y “por negarse a satisfacer una urgente necesidad de progreso para los chilotas gracias a una mejor conexión con el continente”.

Quien puso en ejecución el puente Chacao fue Sebastián Piñera en su primer Gobierno, entregando la concesión de las obras al consorcio Hyundai/OAS. Esta circunstancia del otorgamiento de la licitación a la empresa brasileña fue la que puso nervioso al actual Gobierno, saliendo sus autoridades casi en fila a aclarar que “de estos nuevos antecedentes debe hacerse cargo el Ministerio Público”, advirtiendo la vocera Cecilia Pérez que “hay que respetar la presunción de inocencia y no se puede juzgar a las personas antes de que lo haga la Justicia”…

Resulta llamativo y curioso que el Gobierno, hoy en descarnada pugna con la izquierda, no se haya aprovechado de este regalito caído del cielo para reventar a la conspicua militante socialista.

De seguir avanzándose en esta reciente develación de Leo Pinheiro -lo que merece muchas dudas-, necesariamente tendrá que hurgarse en el otorgamiento de esas concesiones, en especial en cuanto a cómo llegó y se asoció OAS al consorcio.

En el marco de este escenario, ¿por qué Pinheiro habría de aportar a la campaña presidencial de Bachelet? Llegada a su segundo Gobierno (2014), a poco andar su construcción, se paralizaron las obras de construcción del puente, porque Hyundai quedó sola y le solicitó al MOP una nueva licitación para encontrar a otro socio: ¡OAS había quebrado!... y abandonó las obras.

Es a partir de este episodio que Bachelet sí se informa de OAS, conoce de su existencia y se ve enfrentada a la obligación de ayudar a dicha transnacional en bancarrota. Su ministro de OO.PP., Alberto Undurraga, se aprestaba al cobro de la boleta de garantía contra la empresa brasileña, pero fue frenado por una expresa y personal solicitud de Wilma Roussef, quien le anunció a Bachelet una “visita de Estado” de 24 horas, el 20 de febrero de 2016. Se argumentó que su viaje relámpago a Santiago fue parta ofrecer una conferencia en la CEPAL, pero lo cierto fue un encuentro privado entre ambas Mandatarias.

Rousseff le solicitó a Bachelet que su Ministerio de OO.PP. no hiciera efectiva la boleta de garantía a OAS, primero porque no tenía recursos para responder, y, segundo, debía devolverle la mano a una empresa que por años financio al Partido de los Trabajadores (PT) y con sus aportes hizo posible los triunfos presidenciales de Lula da Silva y el de ella.

Hasta la fecha es un enigma quién hizo la pérdida por el abandono de OAS de la construcción del puente Chacao, lo que significa que el viaducto que debía entregarse el 2020, ello ahora ocurrirá el 2023. Las obras pudieron seguir adelante porque Hyundai le compró a la quebrada OAS su participación, ya que ninguna otra corporación quiso invertir en un proyecto aún en pleno Gobierno socialista.

Aunque efectivamente en esta oportunidad, Bachelet sí se informó por la prensa, no será fácil averiguar los destinos de esos dineros revelados por Pihneiro, porque el recaudador oficial de su campaña, Giorgio Martelli, goza de libertad decretada por la Justicia y rehúsa recordar detalles de las “colaboraciones” para su candidata y, para peor, proviniendo desde el extranjero, lo que está prohibido por ley. Tanto o más difícil será meterse en los recónditos misterios del MOP para encontrar alguna pista acaso hubo irregularidades en el otorgamiento de las concesiones para la construcción del puente durante el primer Gobierno de Piñera, el puente de los misterios.

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