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LA MINI ACTIVISTA SUECA QUE VIENE A COP25


VOXPRESS.CL.- El fanatismo es un “apasionamiento desmedido”, según la definición de la Real Academia Española de la Lengua. Esta aclaración es indispensable para abordar el sorprendente caso de la niña sueca de 16 años, Greta Thunberg, por estos días la activista más popular del mundo. En su Estocolmo natal creó el movimiento ‘Viernes por el Futuro’, en que, partiendo por ella misma, insta a todos los niños a no asistir a sus escuelas dicho día, dedicándolo a combatir el cambio climático.

De una chica introvertida, depresiva, solitaria que no hablaba ni con sus padres, pasó a ser un ícono de la lucha por el medio ambiente, luego de observar, una y otra vez por televisión, documentales sobre la contracción de glaciares del Ártico y la consiguiente muerte de los osos polares.

Participó ya de una Cumbre del Medio Ambiente de la ONU en Nueva York, se entrevistó con Jorge Bergoglio en el Vaticano y concurrió al Foro Mundial Económico, en Davos, donde fustigó a los empresarios “por el inaceptable costo que ha debido pagar el planeta por su culpa”. Acaba de anunciar que viajará en diciembre a Chile para participar en la Conferencia de las Partes (COP25) de las Naciones Unidas sobre el cambio climático más, y que lo hará a bordo de un yate deportivo.

Ella no utiliza transporte motorizado “por contaminante” e incluso convenció a su madre, una cantante de ópera, de que sus constantes viajes no los hiciera por vía aérea.

La niña llegará a Chile como tripulante de un velero de 18 metros de eslora (largo) bautizado Malizia II.

Su anuncio fue considerado “una provocación” para el más del centenar de personalidades de todo el planeta que concurrirán a la Cumbre, que tendrá como sede Parque Los Cerrillos, dado que todos, absolutamente todos, llegarán a Santiago vía aérea, siendo tan devotos, como Greta, de cualquiera iniciativa dedicada al combate contra el calentamiento global.

Gobernantes europeos la han criticado por considerar que en lugar de ser un ejemplo para la juventud es un modelo que no se debe seguir por sustituir su asistencia a clases por interminables protestas callejeras que congregan a centenares de niños. Ha permanecido hasta siete horas consecutivas de pie en una plaza tapizada de nieve, portando un cartel y recibiendo de su padre una frugal merienda, porque también es vegana. Convenció a sus progenitores de no comer carne.

Cada vez que algún adulto alude a ella como “salvadora del futuro”, los recrimina sin levantar jamás un tono de voz apenas perceptible, porque aspira a ser escuchada “por los mayores” y no sólo por niños que se congregan en torno suyo y la colman de regalos.

Tras recuperarse de una depresión que por meses la sumió en el silencio más profundo (“yo era un ser invisible”, recuerda) y de conversar apenas con su profesora, hoy es un personaje conocido en todo el mundo, desde que un viernes dejó de asistir a clases para instalarse frente a la sede del Gobierno sueco, portando un cartel con la frase “termine con las emanaciones de carbono”.

“A veces –dice- resulta molesto que la gente diga ‘oh, niños, ustedes son la esperanza y salvarán al mundo’, siendo que los mayores tienen que comprometerse un poco en no contaminar”. Al término de las manifestaciones públicas, la joven Thunberg confiesa que “sueña con estar sobre la alfombra en casa”, abrazada a su perro labrador.

Greta es la mayor de dos hermanas y creció en Estocolmo, donde estudió piano, ballet y teatro, tomándose en la actualidad un año sabático para dedicarse al activismo, que lo considera una revancha a su pasado, “cuando nadie me escuchaba”. Fuerte de carácter, le prohibió a su célebre madre asistir a las manifestaciones “para que no vayan a creer que la estoy utilizando gracias a su fama artística”. Enfática, asegura que su ‘Viernes por el Futuro’ no acepta dinero de nadie ni ningún tipo de aportes. Vivió un mal rato cuando una naciente empresa sueca utilizó su nombre y se enfrentó a un ministro alemán que la acusó de doble estándar por comer sandwich en bolsas plásticas.

Su anunciada asistencia a la CO25 en Santiago es una escopeta de dos cañones. A partir de ahora, todo lo que diga y haga Thunberg hasta diciembre, será marketing mundial gratuito para la Cumbre en Chile. No obstante, desde ya hay que ir evaluando el costo que pagarán la organización y la conferencia en sí por la presencia de la joven sueca, quien, a no dudarlo, será el centro de la atención general, desplazará a importes hombres de ciencia que se harán presentes y sacará el foco del contenido del encuentro mundial.

Greta, de momento, no es más que un producto en bruto que no optó por el activismo por conocimientos previos, sino por un acto compulsivo que se le grabó en la memoria fruto de documentales de televisión que la conmovieron siendo muy niña. Impactada, como todo menor, por imágenes fuertes de deterioro en el polo norte, se hizo una fanática de la preservación de la naturaleza y de los animales. No será un aporte real a la COP25, pero significa, a partir de ahora mismo, una feroz propaganda para la Cumbre y, por cierto, para Chile.

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