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EL PS Y SU COJERA IRREVERSIBLE


VOXPRESS.CL.- Tras cuarenta días de denuncias, acusaciones y gravísimos cargos en su contra, el senador Álvaro Elizalde logró ser ungido, por dos años más, como presidente del Partido Socialista (PS).

Consciente de lo que se vendría por la gran cantidad de irregularidades conscientemente cometida, Elizalde, la misma noche de la elección interna del PS, se autoproclamó presidente. Su red de soplones y cómplices le dieron el adelanto de que sus candidatos a consejeros (Comité Central) eran mayoría. Él no: lo había superado rotundamente Maya Fernández. Ante la extraña demora del conteo de los votos -tres veces-, inusual en un sistema online, se inició un período de cuestionamientos por un cúmulo de irregularidades tan graves, que la lista perdedora con la más alta votación individual, la de Maya Fernández, rehusó cualquier tipo de acuerdo para no mezclarse con un grupo probada y definitivamente corrupto.

El 2017, por un episodio puntual en la municipalidad de San Ramón, bastión del PS, se descubrió que el Comité Central estaba penetrado por el narcotráfico. La directiva de Elizalde creyó haber limpiado el partido, al expulsar a algunos militantes, entre ellos al "patrón" de la comuna, el alcalde Miguel Ángel Aguilera, el mismo que ahora se apresuró en felicitarlo públicamente por su triunfo.

En un estéril intento por destrabar la división, la directiva convocó a una reunión del nuevo Comité Central en el salón de honor del Congreso Nacional en Santiago, con una finalidad: oficializar la mesa con Elizalde en la testera, pero con dos cupos para la disidencia. Su tía Isabel Allende, personalmente le ofreció a su sobrina Maya que ocupase la primera vicepresidencia. Sin embargo, los consejeros opositores electos para el Comité Central no asumieron sus cargos y se retiraron del lugar. En total, un tercio menos de dirigentes y militantes del PS, de este PS.

Marcelo Díaz, el diputado vocero de los disidentes, manifestó de modo tajante que "no nos podemos sentar a una misma mesa con quienes han conducido al partido a uno de los peores momentos de su historia". Para refrescar la memoria hay que recordar que quedó en nada el envío del senador Juan Pablo Letelier al Tribunal Supremo por su activa participación en la trenza corrupta de la Corte de Rancagua. Es Tercerista…como Elizalde.

Quienes estuvieron detrás de la lista de Maya Fernández solicitaron anular la votación, luego de que el Tribunal Supremo decidiera anular los votos de la comuna de San Ramón y de varias otras por la anómala situación de ex militantes (expulsados) que no sólo estaban en el padrón, sino hicieron campaña y fueron verdaderos celadores en las mesas garantizadas para Elizalde en los respectivos locales.

Hubo no pocas voces al interior del PS que llamaron a Elizalde y Fernández a dar un paso al costado -como Óscar Landerretche- y que, por un tiempo acotado, asumiera una directiva de transición. Ninguna alternativa fue acogida por la "dictadura" de Elizalde, atado de manos por su clientelismo de muy dudosa reputación. Tampoco tuvo eco en Maya Fernández, cuyo objetivo fue siempre limpiar el padrón electoral y, luego, repetir la votación. "Es cada vez más fuerte la presencia delictual" denunció.

Por años, han sido evidentes y manifestadas a través de diversas expresiones, las diferencias internas en casi todos los partidos, los existentes y los extinguidos. Pero no era, ni es, un episodio como éste, en que un tercio del componente del PS se manda a cambiar, disparando todo tipo de crítica y anunciando que recorrerá el país para denunciar las malas prácticas de sus dirigentes de ayer y de hoy, la poca transparencia del presidente, sus lazos con el narcotráfico y la pérdida de gravitación política, en momentos en que se acercan las definiciones frente a un año electoral.

El PS, consecuencia de la crisis generada por una sucia elección, no tiene ahora la dimensión de antes, tanto en cuanto a imagen y número, al haber perdido diputados al servicio incondicional del partido. Además, la escisión trae nueva mañas noticias para la ansiada articulación opositora a que convocó el PPD Jaime Quintana. En el (mal) llamado "cónclave de senadores de centroizquierda" -no estuvo Elizalde por razones obvias- ni siquiera hubo acercamiento para votar todos iguales las reformas del Gobierno. Menos lo habrá para el gran sueño del presidente del Senado de presentarle al país "un proyecto anti-neoliberal" de Gobierno.

Los disidentes, que representan a cuatro tendencia al interior del PS, no dejarán de ser socialistas ni miran a otros horizontes. Ello hay que descartarlo de plano, pero sí ejercerán una independencia respecto a las iniciativas de su partido y hasta se sienten en libertad de negociar con sensibilidades ajenas al sentir de Elizalde.

La cojera de la directiva de Elizalde, que ya no representa a todos los socialistas, tiene a partir de ahora un contrapeso no menor: la figura de Maya Fernández, que fue la militante más votada y, en consecuencia, su voz tendrá más incidencia en la militancia que la del presidente. Por lo mismo, desde ya está en duda la reelección del "patrón" de San Ramón para las municipales del próximo año.

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