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EL VIAJE DE LOS HIJOS DE PAPÁ


VOXPRESS.CL.- Quien aún tenía alguna duda sobre la baja estopa de la política chilena, debe haber despejado su interrogante gracias al grotesco episodio "hijos del Presidente", que se tomó la agenda y fue pan caliente para los comprometidos medios de comunicación.

La alharaca y el escándalo generados por la izquierda y el periodismo, dejó definitivamente al desnudo la ordinariez, la vileza, la estupidez y la mala fe de la politiquería chilena.

No cualquiera es recibido con honores y se entrevista con Xi, el Mandatario del gigante asiático y segunda economía mundial. No todos los países tienen el privilegio de Chile de comercializar con China 45 mil millones de dólares al año.

Fue un acto de soberanía del Presidente de viajar a China, pese a las amenazas del Secretario de Estado norteamericano, quien viajó especialmente a Santiago casi a pedirle que no lo hiciera.

Frente a esta visita oficial, la izquierda quedó muda por tratarse de China, con el Partido Comunista más grande del orbe. Sebastián Piñera viajó a un viejo bastión revolucionario, donde no existen la democracia ni elecciones, donde manda un partido único que designa a dedo a sus gobernantes. Es el mayor productor del planeta y en este año de vacas flacas crecerá, apenitas, ¡un 6.7%! Se halla embarcado en una guerra con EE.UU. sobre la futura inteligencia artificial que dominará al mundo.

Como se advierte, un imperialismo puro, digno de ser censurado por nuestra izquierda. Pero como en China rige la censura a las comunicaciones y están vigentes campos de reeducación, que son un símil moderno de los antiguos campos de concentración, eso le suena familiar y hasta sentimental.

A nuestros progresistas y extremistas les provoca tanto júbilo el tremendo éxito de una nación comunista, al punto que no les importa que haya sido China el único país marxista que nunca rompió relaciones diplomáticas con el régimen militar de Pinochet.

Sin flanco que atacar para mantener viva su entretención obstructiva al Gobierno, la izquierda no encontró algo mejor que denunciar ante la Contraloría General de la República la "presencia indebida" por "conflicto de intereses" de dos hijos del Presidente en la delegación. ¿No hay temas más interesantes y urgentes de que preocuparse que los hijos de papá?

Cristóbal y Sebastián Jr. están a cargo de las empresas de su padre y en un futuro que se percibe fascinante, tendrán que afrontar con ellas los desafíos de la ciencia y la tecnología. Pero es una gran imbecilidad suponer que aprovecharon este viaje oficial para "aprender y conocer de primera mano" alguna innovación tecnológica china. Tan rústica presunción podría aplicarse, también, al viajero Andrónico Luksic, atribuyéndole que en una de las reuniones oficiales vendió cobre de Los Pelambres. Por esta misma razón, el socialista vicepresidente ejecutivo de CODELCO, Nelson Pizarro, debió tragarse sus palabras, luego que mal imaginara que incluyéndolo a él en la delegación, podría haber aprovechado de hacer un negocio.

Si incluir a sus hijos en un viaje oficial muy atractivo al paladar de los empresarios fue otro de los muchos errores no forzados del Presidente, ello no incide absolutamente en nada y carece de la más mínima importancia para el progreso y desarrollo del país.

Se trató de una tontería, y punto, la misma en la que incurrieron Presidentes anteriores, y frente a las cuales nadie abrió la boca, precisamente por su insignificancia. La Moneda, siempre lista para "meter las patas" comunicacionalmente, apeló a esas experiencias similares de "los Presidentes de la Concertación" para defenderse de los ataques, explicando, además, que "los niños se pagaron su pasaje y estuvieron sólo de oyentes en las reuniones oficiales".

Casi, casi, digno de una reunión de apoderados de Básica.

Para rematar tanta niñería, ni siquiera digna de un tercermundista, a su regreso, el Presidente anunció haberle solicitado al Contralor de la República que redactase un protocolo sobre los viajes oficiales, la composición de las delegaciones y los invitados especiales. ¡Qué burocracia!

Hay que estar poseídos de una gran mala fe para andar buscándole una sexta pata al gato, poner el grito en el cielo y elevar una nimiedad a niveles de escándalo. Durante el Gobierno de Frei Ruiz- Tagle, durante un viaje oficial, en la cabina del avión y a la vista del resto de la delegación, un fotógrafo y una periodista tuvieron relaciones sexuales. Ambos fueron marginados de sus respectivos periódicos, y asunto concluido.

Nunca lo supo el país, como ocurrió, ahora, con este histérico cacareo por el viaje de los hijos de papá.

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