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LA ALAMEDA NO SERÁ DE LAS DELICIAS


VOXPRESS.CL.- Como si no fueran suficientes todos los encontrones entre Gobierno y oposición hasta "porque me miraste feo", acaba de producirse un nuevo roce, esta vez con el ex Intendente y jefes de Obras de la pasada administración de Michelle Bachelet.

Tal como lo expresara la titular de Educación, Marcela Cubillos, "es imposible no hablar de ella cuando se revisan o se mejoran sus proyectos y leyes". Eso es, precisamente, lo que irrita a la oposición y enardece al PS y al PC.

La Moneda, días atrás, anunció que cancelaba el proyecto de remodelación del eje Alameda/Providencia, que incluía, prácticamente, hacer de nuevo ambas vías, desde Pajaritos por el poniente hasta Tobalaba, por el oriente. En Plaza Baquedano habría un túnel para descongestionar el flujo vehicular. El tramo de 12 kilómetros sería reforestado e involucraba dos obras que nunca lograron consenso: un corredor central para los buses y el achicamiento de las veredas.

El Gobierno descartó su ejecución, aduciendo una serie de problemas relacionados con la viabilidad económica y la rentabilidad social, entre otros. Muy clarificadora, la Intendenta Metropolitana, Karla Rubilar lo resumió así: "en estricto rigor, del proyecto no había nada listo para poder ejecutar; se trataba de una iniciativa lo más parecido al humo…. Y detalla: "no había presupuesto, no existía la ingeniería de detalle ni una justificación social para poder invertir tantos millones". Remodelar el eje tenía un costo de $38.000 millones, de los cuales los únicos oficialmente comprometidos eran $ 3.000 que iban a ser aportados por la Intendencia Metropolitana, en ese entonces en manos de Claudio Orrego (DC). Ni el MOP ni Transportes garantizaron su colaboración, pese a que el ex jefe regional se los solicitó.

Entre los fondos "comprometidos" por el ex Intendente Orrego para financiar el proyecto, figuraba una deuda impaga de la Municipalidad de Las Condes con el MOP. O sea, un contribuyente no recibiría dividendos por no ser una de las comunas beneficiadas. El trayecto incluía a Lo Prado, Estación Central, Santiago y Providencia.

Sólo los alcaldes de Lo Prado y Estación Central consideraron "bueno" el proyecto.

Al conocer su cancelación, Claudio Orrego reclamó que "nunca se pensó en que un solo Gobierno (Nueva Mayoría) iba a responder por todo el proyecto, sino que éste se haría por tramos y, así, dos o tres administraciones se irían haciendo cargo…Además, si existían problemas, pudieron solucionarlos ¿no?".

No obstante, para el ex jefe regional de Bachelet no fue ésta la única mala noticia que recibió: la Contraloría General de la República abrió un sumario contra tres entidades que participaron y recibieron $3.602 millones en la etapa preliminar del anulado proyecto.

El ente fiscalizador busca determinar responsabilidades por los desembolsos originados por tres contratos correspondientes al diseño, por parte de la empresa Duap, a la que se le pagaron $2.657 millones; al proceso de "participación ciudadana", a cargo de Fundación Casa de la Paz, a la cual se le entregaron $208 millones, y el plan comunicacional, elaborado por el Estudio Racimo, que recibió $49.517.667.

El director de Fundación Casa de la Paz es el economista democratacristiano José Pablo Arellano, correligionario de Orrego.

La Contraloría detectó incumplimientos de la empresa Duap, por atrasos en la entrega de una “microsimulación de tramos”. La tardanza llegó a ser de 295 días y no recibió multa, como lo establecía el contrato. El director de Análisis de la Intendencia Metropolitana de ese entonces alertó sobre dicha anomalía, pero Orrego no le dio importancia.

La Contraloría detectó que el gobierno regional tampoco aplicó las multas por los atrasos de entrega de análisis comprometidos por la Fundación Casa de la Paz, con un costo de $230 millones.

No es algo menor que un proyecto vial anunciado con bombos y platillos por el Gobierno de la Nueva Mayoría quede al desnudo por su improvisación y por la cesión de fondos fiscales a 'empresas relacionadas' al ex Intendente. En ninguna de las instancias de estudio se estableció clara y categóricamente el modo de financiamiento de $38 mil millones.

Independiente de que la Alameda y Providencia no constituyen problemas de solución inmediata, esos $38.000 millones son requeridos en otros lados y con real urgencia. Más allá de ello, la oposición, en lugar de protestar, debería ruborizarse por la desprolijidad del proyecto y por la desvergüenza de cancelar millones a entidades que, en definitiva, nada aportaron y que terminaron siendo las únicas beneficiadas.

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