EL LLANERO SOLITARIO DE LA CORRUPCIÓN

VOXPRESS.CL.- Qué distinta sería la situación actual de la política chilena si la Justicia hubiese actuado con varios personajes emblemáticos de la Concertación y de la Nueva Mayoría con la misma rigurosidad y minuciosidad con que lo ha hecho con el ex candidato presidencial del PRO, Marco Enríquez Gumucio.
Ningún fiscal que "investigó" los innumerables casos de corrupción de personeros o adherentes de los Gobiernos socialistas pudo llegar a las conclusiones a que pudo hacerlo la jefe de Alta Complejidad Centro Norte, Ximena Chong, quien pidió al Séptimo Juzgado de Garantía de Santiago, condenar a nueve años de presidio a Enríquez por haber abultado con facturas y boletas falsas sus gastos de campaña de 2013 y, por ello, haber recibido una devolución indebida del SERVEL.
En su escrito, la fiscal pide una pena de cuatro años por delitos tributarios y cinco años por fraude al Fisco.
Cuando estalló el caso SQM por financiamiento irregular de la política, Marco Enríquez se desmarcó de los ilícitos, al asegurar públicamente que "le pregunté al tesorero de mi campaña, Cristián Warner, acaso había una sola boleta o factura irregular y descartó cualquier posibilidad de ello". Poco después, la propia empresa hizo público un e-mail en el que su ex padrastro, Carlos Ominani, le agradecía al entonces gerente Patricio Contesse "la buena acogida a Marco".
El ex senador PS, también imputado por emisión de boletas falsas a SQM, fue sobreseído…por prescripción del delito.
Consciente de su situación, Enríquez asumió, primero, una actitud desafiante, para después desaparecer "por hallarse en el extranjero, produciendo un cortometraje". Volvió y, aunque tibiamente, reconoció "haber cometido errores", entre los cuales -sin mencionarlos- incluye la irregularidad en el financiamiento de su campaña.
La fiscal también acusó a su asesor publicitario y tesorero de campaña, Cristián Warner, para quien pidió una pena de cuatro años.
Según el escrito, en enero y febrero de 2013 Conosur Research -empresa de Warner- emitió dos facturas por $11.798.000 y $42.273.000 a la constructora brasileña OAS, investigada en su país por corrupción en la Operación Lava Jato.
La acusación recogió los testimonios de 125 testigos, entre ellos, Augusto Cesar Ferreira e Uzeda, exdirector del Área Internacional de OAS, y Augusto Cezar De Sousa Fonseca, ex director de Operaciones para el Cono Sur. La persecutora Chong consigna la existencia de "innumerables proveedores" que figuran como tales y que no vendieron servicios a esa campaña, y consigna la facilitación de un avión privado por parte de ejecutivos de OAS.
OAS tuvo una presencia en Chile más allá de ser soporte financiero de Marco Enríquez. Para ayudarla a salir de su atribulada situación financiera, "ganó" la licitación del MOP para ser parte de la construcción del puente sobre el canal Chacao. Al quebrar, abandonó las obras y el entonces ministro de OO.PP., Alberto Undurraga, anunció que haría efectiva la boleta de garantía, ante lo cual la mismísima Wilma Rousseff viajó a Santiago para solicitarle a su amiga Michelle Bachelet que no lo hiciera, en gratitud a todos los aportes hechos por la gigante constructora brasileña al Partido de los Trabajadores.
El texto de la acusación dice que "las facturas pagadas por la constructora OAS Chile no responden a la prestación de servicio alguno".
Aunque se duda de ello, por la izquierdización de la Justicia, Enríquez puede pagar un alto precio por no haberse jugado, en su momento, por la Concertación y, luego, por la Nueva Mayoría. Todavía se le culpa de la derrota de Frei Ruiz-Tagle ante Sebastián Piñera.
Enríquez careció de la protección corporativa de quienes, en su oportunidad, anudaron trenza con la Justicia para proteger a los suyos. En ambos Gobiernos socialistas de Bachelet hubo escandalosos actos de corrupción que, si bien trascendieron y tuvieron gran impacto socio/político, carecieron de la respuesta neutral del Poder Judicial. Por carecer de ese paraguas mafioso y cabalgar por su cuenta, como el Llanero Solitario, Marco Enríquez tendría que pagar la cuenta.