PROSUR, UN FANTASMA PARA LA IZQUIERDA

VOXPRESS.CL.- Si sólo en Chile hay 2.500 asociaciones sociales, muchas de ellas de carácter político, es fácil inferir el número de colectivos existentes en el mundo y el monto de acuerdos regionales por afinidad ideológica. Los países están permanentemente buscando acomodos con otros, afines a intereses propios o beneficios mutuos. De allí que no hay que "mirar debajo del agua" para descubrir cuál es el interés -confirmado- de ocho naciones sudamericanas, cuyos Presidentes se reunirán dentro de algunas horas en Santiago para dar vida a una instancia llamada ProSur.
La iniciativa, erróneamente, se atribuye a Sebastián Piñera, en su afán de reforzar su imagen de paladín de la campaña anti-Maduro, junto a Iván Duque, el Mandatario colombiano. Esta iniciativa se empezó a incubar mediante conversaciones informales, luego del desastre del socialismo en Brasil y que puso a Jair Bolsonaro en la Presidencia, tras elecciones libres e informadas.
Después de ese histórico e impensado episodio, por lo abultado de la derrota de la izquierda, ésta prometió revancha, y para comprobarlo no hay que mirar muy lejos: con el falso argumento del 'Día Internacional de la Mujer', en varios países, como en Chile, el extremismo actuó desafiante y prepotente. No hubo noticias de celebraciones en China, Vietnam, NorCorea, Cuba y Nicaragua. En Chile se ordenó a Carabineros "proteger la marcha".
Para el socialismo, Sudamérica es un dolor de cabeza. Su más sangrienta arma de combate en el subcontinente, las FARC, terminaron bajando los brazos en Colombia; en Perú, Alberto Fujimori fue condenado a las penas del infierno por haber exterminado el tenebroso terrorismo de Sendero Luminoso; el Senado paraguayo destituyó al progresista cura renegado del Frente Guasú, Fernando Lugo; Mauricio Macri, en comicios democráticos, desplazó al corrupto socialismo del matrimonio Kirchner; Jair Bolsonaro, en Brasil, puso fin a la izquierda impúdica de Lula da Silva y Vilma Rousseff, y antes lo había hecho Piñera en Chile con su amplia victoria sobre la Nueva Mayoría y el Frente Amplio.
Ecuador se halla en una fase de transición, saliendo del dominio de un corrupto 'artista de los despojos', como Rafael Correa, hoy refugiado lejos de su tierra, quedando solos, los "oficialmente" socialistas regímenes de Evo Morales en Bolivia -que tiene los días contados- y la dictadura atomizada de Nicolás Maduro en Venezuela.
Más que ProSur, lo que le origina repulsa al socialismo es la presencia de Bolsonaro, a quien y pese a haber sido elegido en las urnas, lo califican de "anti-democrático" por la autoridad y determinación con qué persigue a los corruptos, 'casualmente' todos miembros del Partido de los Trabajadores.
El ex Presidente Ricardo Lagos, que a veces se siente por sobre el bien y el mal, se tomó el derecho de telefonear a Piñera para sugerirle que no formase ProSur "por tratarse de una organización ideológica"… Desconcierta esta percepción de un personaje que fue un gran estadista: ¡todas las asociaciones políticas tienen su base en una identidad ideológica! Hugo Chávez en conjunto con Carlos Kirchner, en su momento, formaron una entidad, tan ideológica como ProSur, llamada UNASUR, una asociación de socorro mutuo socialista. Es sintomático que se haya extinguido al compás de la extinción de los regímenes izquierdistas de la región.
Por una reacción natural de todo pueblo, Sudamérica respondió eligiendo a gobiernos de izquierda a la oleada de regímenes autoritarios que se sucedieron, fundamentalmente del Ecuador hacia abajo. Pero -los antecedentes lo revelan-, el socialismo se puso codicioso con el poder y, por inevitables tentaciones y malas prácticas, terminó farreándoselo.
Como la revancha la consideran imprescindible y sus esfuerzos por reconquistar el poder son evidentes, la centroderecha siente la urgencia de aglutinarse para hacer evaluaciones de riesgo y elaborar estrategias conjuntas de contención. El socialismo está ahí, a la vuelta de la esquina y, claramente, no le agrada esta táctica de sus adversarios, hoy en el poder, de intercambio y colaboración.
La centroderecha aspira a mantener a Macri en la Presidencia de Argentina, amagado por Cristina Kirchner con un 30% de adhesión pese a su carrera delictual; Venezuela está al límite de expulsar al socialismo de Maduro y en la elección de octubre, la izquierda boliviana se expone a sucumbir de la mano de Evo Morales.
Ricardo Lagos, desentendiéndose del atomizado e inútil MERCOSUR y de la fenecida UNASUR, símbolos pasajeros del socialismo regional, afirma que "frente al mundo, el real peso lo tiene Latinoamérica y no Sudamérica", en una clara alusión a la presencia de naciones socialistas en el Caribe, Norte y Centroamérica
La automática reacción de la izquierda ante ProSur quedó en evidencia con la formación de un "observatorio sobre política exterior" formado por "rostros" de Gobiernos de la Concertación y de la Nueva Mayoría, una mezcla de ex ministros y ex embajadores, como Carlos Ominami, Adriana Delpiano, José Miguel Insulza, Pedro Felipe Ramírez, Cristián Barros y Jaime Gazmuri, entre otros. Su objetivo, además de fiscalizar al oficialismo en la materia, es "destacar el desarrollo del multilateralismo en la política exterior de Chile".
Es natural esta postura de salir al paso de ProSur, porque reconózcase formalmente o no, su finalidad es bloquear los intentos socialistas de recuperar el poder y afianzar el respaldo de los pueblos que, aburridos y decepcionados de los abusivos y corruptos Gobiernos de la izquierda, escogieron alternativas políticas más esperanzadoras y garantes de la única democracia existente..