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CON BERGOGLIO, TODO ES POSIBLE


VOXPRESS.CL.- Si una virtud tiene Jorge Bergoglio, es que es impredecible: con él, la capacidad de asombro no existe.

Justo en la fecha en que convocó a una Cumbre de Conferencias Episcopales (21 al 24) para conocer la marcha de sus instructivos sobre abusos sexuales al interior de la Iglesia Católica, se conoce públicamente que es partidario de que continúen en el ministerio los sacerdotes afectados "por un momento de pasión", pero deben dejarlo quienes conciben un hijo…"para que se dediquen a su cuidado".

Tan compasivos conceptos del jefe de la Iglesia Católica fueron escritos de puño y letra por él en 2010, cuando se desempeñó como arzobispo de la diócesis de Buenos Aires. Pese a no ser actuales, fueron refrescados ante el reconocimiento de Alessandro Gisotti, vocero oficial del Vaticano, de que "existen documentos privados" para regular la paternidad de los sacerdotes, ya sea con monjas o con laicas. Sobre el particular, Bergoglio escribió que "el derecho natural" está por encima del eclesiástico", de tal forma que "el padre debe dedicarse exclusivamente al cuidado de su hijo".

Hasta la fecha, en forma oficial por parte del Vaticano, se conocía un caso: el de Marcial Maciel, el mexicano fundador de los Legionarios de Cristo, quien compartía el ejercicio ministerial con esposa e hija. Benedicto XVI lo expulsó.

En Chile trascendió la experiencia de un joven cura que, tras ser padre con una jovencita de su parroquia en Las Condes, fue enviado a 'rehabilitación' al extranjero. A su regreso fue denunciado por tener relaciones, aunque consentidas, con una menor.

La comunidad católica chilena fue brutalmente impactada cuando, luego de la visita investigativa de Charles Scicluna, se abrió una Caja de Pandora por abusos sexuales que desembocó en la salida, suspensión y condena civil de un buen número de obispos y párrocos. El escándalo escaló a tanta altura, que Bergoglio, en esta Cumbre de Conferencias Episcopales, puso énfasis en "el caso chileno" como modelo de depuración.

No obstante, aún medio atontada por el asombroso descubrimiento de obispos encubridores y párrocos abusadores, la feligresía ha vuelto a ser golpeada con el reconocimiento oficial a la existencia de sacerdotes que han sido padres en ejercicio de su ministerio, y, peor todavía, con la misericordia del propio Papa para quienes "sólo tienen un arrebato de pasión": pueden continuar en la Iglesia.

Hay que poner énfasis en que no pocos sacerdotes fueron marginados por guardar silencio (encubridores) y otros por el grave delito de "abuso de poder y de conciencia", ambas, faltas menos graves que violar el celibato por "una pasión pasajera

Apenas asumido su pontificado, Bergoglio comentó que "lo del celibato es conversable por no ser un dogma de fe", pero desde la curia italiana -su gran adversario- le replicaron que la castidad es "un voto que se hace ante Dios al momento de la ordenación".

Vincent Doyle, cuyo padre fue sacerdote católico norteamericano, reveló haber visto el documento privado en poder del Vaticano y aseguró que "hay hijos de curas por todas partes". El vocero del Vaticano lo confirmó: "puedo asegurar que estas directrices existen", y se tomó el tiempo para informar que "el 2017 se elaboró un documento complementario que sintetiza los procedimientos y que tiene como principio fundamental la protección del niño". Gosatti refuerza los conceptos escritos por Bergoglio en 2010 en su libro 'Cielo y Tierra' y "solicita" que el padre abandone el sacerdocio para "asumir sus responsabilidades y dedicarse exclusivamente al hijo".

Se ignora el número de hijos de religiosos, pero tienen varios orígenes: fruto de relaciones entre sacerdotes y laicas o monjas, pero otros provienen de violaciones.

Con Bergoglio todo es posible. Con una mano golpea ferozmente cualquier tipo de abuso por parte de sus ministros, mientras, con la otra, ayuda a quienes tienen "arrebatos de pasión". Si fuera poco, recién deja al descubierto que hace años estaba en dominio de la existencia de curas con hijos, toda una traición a la razón de ser del sacerdocio, y tan sólo se limita a "solicitar" el retiro, casi como pidiendo un favor.

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