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LOS VOTOS DE HOY NO SON LOS DE MAÑANA


VOXPRESS.CL.- Una peligrosa subreacción tuvieron los partidos de oposición, fundamentalmente los de la (ex) Nueva Mayoría frente a la paupérrima convocatoria de Revolución Democrática (RD) a su elección de mesa directiva.

RD es la colectividad ancla del Frente Amplio (FA), colectivo duramente confrontacional, no sólo con el Gobierno, sino con los partidos afines, que lo perciben como la fuerza de más arrastre de la izquierda, incluso por sobre el PC.

Sobándose las manos, fundamentalmente el PS y con especial entusiasmo la DC, 'ningunearon' a RD, tras su elección interna, la que tuvo apenas un miserable 8% de participación. "Tendrán que terminar con su arrogancia y prepotencia" comentó el titular decé, Fuad Chaín.

A la elección de directiva se presentaron tres candidatas, pero sólo dos de ellas con opción a ganar: Catalina Pérez (28) y Javiera Parada (44). La primera es diputada del FA, abogada e hija de exiliados, y la segunda es hija de José Manuel Parada, un profesor comunista degollado en 1985 por "agentes del Estado", que militó desde los 13 años en las JJ.CC., y fue agregada cultural de Bachelet en Estados Unidos -exigiendo como residencia Manhattan y no Washington. Una colisión en estado de ebriedad le cercenó una candidatura al Parlamento.

Se impuso la diputada Pérez (en la foto), gracias al voto de 3.502 militantes de un padrón de 42 mil. De este total, RD admitió antes de la elección que en su base de datos sólo tenía registro de 8 mil afiliados, por lo que hizo un llamado al resto a presentarse a las mesas con su cédula de identidad.

Este dato no es menor y no fue leído correctamente por el resto de la oposición, la que interpretó la elección interna como "una muestra de la sobredimensión" de RD y, consecuencialmente, del FA. Hace tres semanas se divulgó una encuesta digna de crédito que reveló la representatividad de los bloques políticos -no de las colectividades-, y ésta dio como resultado que el FA supera en adhesión popular casi por 3 puntos a la (ex) Nueva Mayoría.

El contentamiento producido en el resto de la oposición por esta "pobreza electoral" interna de RD tiene su explicación en que la triunfadora Catalina Pérez es partidaria de "acelerar los pactos electorales" con miras a los próximos comicios municipales, pero "priorizando a las otras fuerzas del Frente Amplio". Javiera Parada, por el contrario, era partidaria de acuerdos con la (ex) Nueva Mayoría, una postura en sintonía con la de su ex partido -PC-, que fue el de sus padres y de sus conocidos abuelos, Roberto Parada y María Maluenda.

Es riesgoso ridiculizar el escaso número de militantes que votó en la interna de RD, porque el espectro político nacional sabe que la fortaleza electoral del FA no radica en su militancia, sino en la dispersión de movimientos sociales alternativos. Fueron éstos los que le dieron los 20 diputados y el senador.

Ha sido el FA el principal obstáculo para la formalización de un bloque opositor disciplinado que satisfaga el anhelo del PS y el PC de negar la sal y el agua al Gobierno para hacerlo fracasar. Los cabecillas frentistas aseguran que un pacto es imposible "en tanto la DC y el PR voten a favor de proyectos del Ejecutivo". Sus desencuentros han llegado a duros enfrentamiento personales -como el de Auth y Flor Motuda- y se agudizaron a raíz de la crisis en Venezuela.

La potencia electoral del FA, y, por ende, de RD, es desalineada y hasta indisciplinada, ello por las características propias de su componente humano: no iban a interrumpir sus vacaciones para votar por una directiva. En su mayoría se trata de adultos jóvenes, estudiantes, anarquistas e integrantes de movimientos ultra del feminismo, quienes fueron muy bien definidos por Beatriz Sánchez la noche de la primera vuelta presidencial y de las parlamentarias el 2017: "¡éstos son mis cabros!".

Irreverentes, violentos, desfachatados, promiscuos, hinchas de la despenalización de las drogas y del aborto libre, desafían a la institucionalidad y están en contra de toda norma que les imponga algún tipo de obligaciones.

En el país, la cantidad de individuos con estas características no son pocos, y aunque se hallan disgregados y les da 'lata' firmar algún padrón de un partido, corren al llamado de la selva. El FA, pese a la votación en RD, no parece estar dispuesto a arriesgar su cuestionable, controversial pero existente capital humano, firmando convenios, precisamente, con aquéllos que a esa masa amorfa le provoca asco. A no equivocarse: a futuro, esos 3.500 votos de Catalina Pérez nada dicen.

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