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GIRO HACIA EL REALISMO


VOXPRESS.CL.- Así como la PSU de fines del 2018 tuvo desenlaces terribles paras las mujeres en general y para algunas comunas en particular, las postulaciones a la Educación Superior dieron señales de una corrección de los rumbos estudiantes hacia un realismo laboral y un giro hacia un mejor futuro: descendieron las inscripciones en las carreras tradicionales de las universidades y aumentaron en las de Institutos Técnicos y Profesionales.

Hace, al menos, una década que se venía alertando acerca de la saturación de un buen número de profesiones universitarias, y, pese a ello, persistía el interés de los jóvenes -y de sus familias- en estudiarlas.

Esta vez, al fin se revirtió la tendencia y las postulaciones a Institutos Profesionales (IP) y Centros de Formación Técnica (CFT) aumentaron en forma considerable y se dispararon algunos oficios ofrecidos por ellos, como Técnico en Enfermería, Gastronomía, Ecoturismo y Animación Digital.

Hace dos años, la Organización Mundial del Trabajo (OMT) alertó que por la arrasadora arremetida de la automatización, fruto de tecnologías revolucionarias, más de 40 actividades laborales de hoy ya no serán necesarias dentro de 20 años, o quizás menos.

Con el veloz incremento de las universidades privadas, en Chile se adelantó el fenómeno de la saturación: se estima en un 16% los profesionales que no encuentran cupo en el marco de la profesión que estudiaron y hay otro 20% de ellos que en la actualidad se desempeña en una actividad distinta.

A este negativo escenario hay que sumar el importante número de deserción universitaria en primer año, ello consecuencia de la precaria preparación recibida en la Educación Media.

Por una cuestión de crecimiento humano y social, muchos padres no vacilaron en endeudarse más allá de lo posible para lograr tener "a un primer profesional en la familia", pero esa natural aspiración se estrelló cada vez más fuerte con la asimetría de una exigente educación superior y una pobrísima educación media, en especial la brindada por colegios subvencionados y municipalizados.

Prueba irrefutable de esta falla nunca enmendada es el número record, el 2018, de alumnos -en su mayoría mujeres- que no accedieron a los mínimos 450 puntos en la PSU.

154.486 postulaciones fueron oficialmente presentadas para el actual proceso, casi 5.000 menos que el año anterior. Algo dice eso…

A este feliz convencimiento de que un gran número de carreras universitarias conducen a la nada -mejor dicho, a la cesantía-, hay que agregar dos factores trascendentales: la toma de conciencia de que hay más espacio y requerimientos en el ámbito técnico y el oxígeno económico que significa la decisión de este Gobierno -no del anterior- de extender la gratuidad a los IP y CFT. La respuesta fue inmediata.

En algunos establecimientos, las postulaciones, por ejemplo, a Técnico en Enfermería y Preparación Física se coparon de inmediato. El fenómeno de la web llevó a lo más alto, por primera vez, a la carrera de Animación Digital; el movimiento animalista indujo a muchos a inscribirse en servicios del ramo y el deseo de emprender impulsó el interés por la gastronomía.

La salud, un campo todavía con carencias, es el gran atractivo para jovencitas que llenaron las postulaciones a Técnico de Enfermería. Un dato sugerente: el 2008 había 0,6 auxiliares con formación por cada 1.000 habitantes y hoy son 4,8. El promedio de los países de la OCDE es de 8.8.

Este giro al realismo que reflejan las postulaciones actuales tiene mucho que ver con la toma de conciencia de los propios jóvenes, quienes, antes, pese a sus bajos puntajes, se inscribían en cualquiera carrera universitaria, sólo por ser.. universitaria.

Obviamente, las principales víctimas de esta nueva realidad son las universidades. En al menos diez de ellas, hay carreras con cero postulantes o con una cantidad menor a 8%, lo que, automáticamente, implica su cierre para esta temporada. El lucrativo negocio que por años les dio pleno éxito, el de vender cesantía, entró en su ciclo terminal.

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