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UN FANTASMA QUE HUELE A PELIGRO


VOXPRESS.CL.- De "sobredimensionada" o de "tormenta en un vaso de agua" habría que calificar la recia actitud asumida por la directiva de RN frente a algunos de sus diputados que "se han acercado más de la cuenta" al entorno de José Antonio Kast, el líder de Acción Republicana.

La autoridad máxima de RN, Mario Desbordes, los llamó a decidirse "por él o por el partido", en tanto, ministros del círculo de hierro del Presidente Piñera, simplemente hicieron presente al partido que "es de mal gusto y desleal ser de Chile Vamos y no estar con el Mandatario".

José Antonio Kast hace tiempo que tomó su camino propio y en esa condición se presentó directamente a la primera vuelta presidencial del 2017, obteniendo un 10%. Más que a la entonces oposición aspirante a La Moneda, ese porcentaje alarmó a la izquierda: lo percibió como "un peligro a futuro por ser exponente de una derecha tradicional y conservadora". Lo hizo blanco favorito de las agresiones de parte de sus brazos callejeros y universitarios y lo calificó ácidamente por viajar a reunirse con el electo Jair Bolsonaro, considerado por el mundo socialista como "un fascista peligroso para la democracia…".

Kast, a la cabeza de Acción Republicana, ha realizado lo que, estérilmente, el Presidente Piñera no ha conseguido con los suyos: dejar los pies en la calle, difundiendo lo positivo de su Gobierno.

El ex UDI y hoy republicanista fue acrisolado en el gremialismo concebido por Jaime Guzmán, ése del contacto directo con los pobladores y de una labor tan silenciosa como eficaz. Convencido de los buenos resultados de aquella experiencia, no se ha obsesionado por las cámaras ni por convocar a puntos de prensa: difunde sus ideas por las redes sociales y, calladamente, recorre hasta los más modestos rincones del país transmitiendo sus convicciones. Cada vez que lo siente, sale a criticar algunas decisiones presidenciales, como su rechazo al apoyo gubernamental a la Ley de Identidad de Género y su crítica a la determinación de pedirle la renuncia al ex Director General de Carabineros. Su más fuerte censura al Jefe de Estado fue que "cada vez más se acerca a la centroizquierda"-

Es curioso el fenómeno que origina José Antonio Kast. Un analista llegó a decir que "tiene de cabeza al resto de la derecha chilena", pero parece algo precipitado aseverarlo, dado, fundamentalmente, por el fuerte crecimiento de la diversidad al interior de dicho sector. En él se percibe una mayor abundancia de "libres pensadores" que de fieles a valores que para el ex diputado "no pueden ser motivo de transacciones políticas".

Católico 'a la antigua', es férreo defensor del "único matrimonio que existe", el heterosexual, del concepto de familia tradicional y de la moralidad en el más amplio sentido, y, por lo mismo, enemigo declarado de cualquiera relación "antinatura". Desde siempre y hasta la fecha, cree "inevitable e indispensable" declarar zona de emergencia a La Araucanía para exterminar de una vez al terrorismo extremista, tal vez, su idea más apreciada al interior de Chile Vamos.

Es su apego irrenunciable a "valores del alma" lo que lo distanció del resto de la derecha. No estuvo con la Ley de Aborto en tres causales ni con la de Identidad de Género. Cual Quijote moderno desafía al "discurso renovado" y desconfía de lo "políticamente correcto".

Sus adversarios de la derecha le critican su olor a naftalina y aseguran que su aventura de renacer la "derecha conservadora" no tiene futuro. ¿Constituye realmente una amenaza? Lo es en cuanto representa a un buen número de ciudadanos que claman, y hasta le exigen, al Gobierno ejercer su autoridad como se lo demanda la Constitución, pero, indudablemente, adolece de un déficit de identidad por sus visiones valóricas, muchas de las cuales no calzan con las conductas de la cada vez más frívola sociedad chilena.

Kast ha establecido lazos con derechas conservadoras en Argentina, Brasil, Colombia y Paraguay, y hace poco participó en una Cumbre Internacional que, es posible, próximamente se realice en Chile con su personal aporte organizativo.

Sospechosamente -nada de extraño, en todo caso-, Kast no aparece en las primeras encuestas de tanteo para las próximas presidenciales, aunque, desde ya, se sabe que sí o sí será candidato. El primer termómetro para Acción Republicana serán los comicios municipales, porque le darán un diagnóstico de la anchura de su cuadro de adherentes. Ésa será una real oportunidad para despejar las dudas de RN y UDI en cuanto a que se trata de una amenaza real o si es sólo un fantasma en las sombras. Dicha instancia electoral evaluará acaso su derecha conservadora ha logrado calar en otros ámbitos de la comunidad nacional.

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