LOS CONVENIOS QUE NO CONVIENEN

VOXPRESS.CL- Los Convenios, Acuerdos, Pactos y Tratados que firma un Estado lo hace con la certeza que le reportará algún tipo de beneficio.
La nómina de documentos de carácter internacional a los que ha adherido Chile es interminable, y no pocos de ellos le han originado líos a la diplomacia y a los Presidentes de turnos. El controvertido Pacto de Bogotá es uno de ellos.
La moda de los Tratados fue consecuencia del multilateralismo impulsado por la ONU para comprometer en una sola causa a la mayor cantidad de naciones posible. Castrada por las súper potencias toda su autoridad de mando, de un tiempo a esta parte trata de imponer sus cuestionables postulados colectivamente, entregando las decisiones a los países miembros del respectivo Convenio o Acuerdo.
La diversidad de matices en las composiciones de los Pactos hacen imposible su unanimidad, se acentúan cada vez más las diferencias y la cohersión ideológica nunca está exenta. La izquierda de caviar, ésa instalada en las oficinas al borde del Hudson y hábilmente repartida en las ramas sectoriales de la ONU, ha terminado por establecer una filosofía que, a través de los Tratados, subordina y erosiona las normas soberanas de los Estados.
Recuérdese que hace poco, la Corte Suprema de Chile fue denunciada internacionalmente por diputados extremistas chilenos porque, según ellos, "el texto de los Tratados está por encima de la ley del país". Este argumento internacionalista por sobre la legalidad nacional la discurrió la izquierda para obtener mañosamente trofeos políticos donde no ejerce el poder. Esta jugada quiso repetirla con el Pacto Global Migratorio, al que, felizmente, el Gobierno no concurro con su firma.
A raíz del tráfico de haitianos autorizado por la ex Presidenta socialista, la entonces oposición de centroderecha desafió al Gobierno socialista a actualizar una vieja ley migratoria que data de 1974. El ex ministro Peñailillo respondió que "no está dentro de nuestras prioridades" y, después, Mario Fernández contestó que "no hay fondos para implementarla". Con esa tremenda negativa ¿no resulta curioso que esa misma izquierda hoy rasgue vestiduras porque no se firmó el Pacto Global Migratorio?
La nueva Ley Migratoria de Chile recién está en pañales y la oposición ya hubiera hecho un copy paste del Pacto para imponerlo a nivel local..
La izquierda recurrió a los más selectos voceros a los que podía echar mano para defender su causa atentatoria contra la libre determinación del Estado chileno. Coincidentemente, todos ellos son o han sido muy bien rentados funcionarios de la ONU y de sus organismos dependientes.
Un analista norteamericano asegura que el multilateralismo "concede el disfraz de aparentar algo", y advierte que antes de firmar un Pacto hay que determinar con certeza si los otros miembros realmente ayudarán en algo, o en caso contrario la vía es la abstención. "Una vez dentro de un Tratado estás frito -dice- porque no hay vuelta atrás". A ello hay que agregar que ningún Convenio es gratis, porque el país firmante debe contribuir a financiar a sus administradores ejecutivos…obviamente de izquierda.
Esto es lo que, en estos momentos, se encuentra haciendo la Cancillería, y no instada por el Pacto de Marruecos, sino consecuencia de un compromiso de campaña de Chile Vamos, dada la izquierdización en todos los Convenios firmados por Bachelet: "se someterán a revisión y no seguiremos, necesariamente, la línea impuesta en la anterior relación con los organismos multilaterales". No se trata, explican en La Moneda, de un borrón y cuenta nueva, pues hay Acuerdos, y muchos, de gran interés nacional y con beneficios claros para el país. De hecho, ya está garantizada la realización en suelo chileno el 2020 de la próxima Cumbre contra el Cambio Climático, cuya última versión se realizó recientemente en Polonia.
"El multilateralismo no puede significar la obligación de tener que suscribir todos y cada uno de los acuerdos, pactos o declaraciones de estos organismos multilaterales. Es de la esencia del multilateralismo ejercer y respetar el derecho de los Estados de suscribir o no suscribir, libremente, sus acuerdos". Con ello, el Gobierno quiso sellar el debate, más aún tras el respaldo de una encuesta que consigna que el 56% de los chilenos apoya la abstención frente al Pacto Global Migratorio. "La firma de convenios y adhesión a resoluciones estarán supeditados a los intereses del país, y no al revés", remata una declaración de La Moneda.
La Cancillería ha evaluado negativamente el criterio de Bachelet, por la firma de algunos acuerdos con organismos internacionales que, según la evaluación, "giraron hacia la izquierda", ello al margen de que en todos los pactos existe el riesgo de que sean jurídicamente vinculantes. Lo más preocupante es que "estos instrumentos son permanentemente utilizados por instancias internacionales, e incluso por tribunales internacionales, para exigir su cumplimiento o pretender derivar de ellos obligaciones jurídicas de parte de los Estados.
Entre los Acuerdos en revisión "por peligrosos para el interés del país" están el Convenio Mundial de Convalidación de Títulos de la Educación Superior; los aportes de cada nación a las Fuerzas de Paz; el Pacto Global sobre Medio Ambiente; el Marco de cooperación para el desarrollo entre Chile y el Sistema de ONU de cooperación con sus agencias y programas en Chile; la Comisión del Estatus de la Mujer; el Consejo de Derechos Humanos; el Foro Permanente para las Cuestiones Indígenas y el Foro sobre empresas y Derechos Humanos.
Se desprende que hasta el 2017 era llegar y firmar. El interés de Chile y su libre determinación fueron secundarios ante gestos de gratitud por designaciones en cargos a nivel mundial, como ONU Mujer y Alta Comisionado.