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LOS VENEZOLANOS QUE REGRESAN


VOXPRESS.CL.- Sólo entre enero y noviembre de 2018, según la PDI, 211.747 venezolanos ingresaron a Chile. Ello ubica a nuestro país en el tercer lugar en Sudamérica en cuanto a recepción de ciudadanos que han huido de la dictadura socialista de Nicolás Maduro.

Esta oleada migratoria modificó radicalmente el mapa de extranjeros que han elegido a Chile como "su paraíso de las oportunidades".

Al revés de otras nacionalidades, la inmigración de venezolanos es su preparación la que les ha permitido, en buena medida, ubicarse en trabajos, oficios y empleos a los que los provenientes de otros países no pudieron ni tuvieron acceso.

El gran número de profesionales y técnicos calificados, complementados con un natural buen trato, contribuyeron a una positiva aceptación.

Muchos de ellos no llegaron a Chile como parte de la oleada originada por la hambruna y la escasez general en Venezuela. Precisamente por sus conocimientos, previeron lo que venía con Hugo Chávez y hasta hoy con el déspota Nicolás Maduro, y se dieron el tiempo de explorar oportunidades en Chile y establecer contactos. El resto, el protagonista de estas oleadas que golpearon fuerte también a Colombia y Brasil, son consecuencia natural del impulso de sobrevivencia.

Muchos de ellos todavía no recuperan el estatus que tuvieron en su otrora rico país, pero, al menos, agradecen poder alimentarse y acceder a un alimento básico que en su tierra no hallan ni en la basura callejera. En las zonas rurales, la carne de serpiente, ahora popularizada, permite combatir mínimamente el hambre.

Dentro de esta masiva corriente migratoria que se desplazó desde el mar Caribe al Pacífico Sur, un número muy menor, casi ínfimo, 300, se inscribió en el plan político de Maduro, llamado "Retorno a la Patria" para regresar gratuitamente a su país en avión estatal y recibir allá un subsidio estatal por "su compromiso con Venezuela".

En enero se materializará el tercer vuelo a Santiago de una nave de la estatal Conviasa, enviada por Nicolás Maduro para recoger gratis a compatriotas no sólo desde Chile, sino de otros países de Sudamérica, como Perú, Argentina y Ecuador. El de ellos no es el caso de los inmigrantes que solicitaron ayuda al Gobierno chileno para que les financie un viaje de retorno, como está ocurriendo periódicamente con haitianos y, luego, con colombianos.

Es un plan mix de política y marketing de Maduro, con la finalidad de enviar mensajes de que sus compatriotas están mejor en su propio país que fuera de él. En esta misma dirección, el embajador en Santiago, Arévalo Méndez, manifestó que "es tanto el interés por volver de mis compatriotas que parece que más adelante tendremos que organizar vuelos semanales"…

Como el plan "Retorno a la Patria" incluye, además del transporte, un subsidio económico, la reinserción social y un trabajo estable, su aceptación involucra un compromiso político con la causa socialista venezolana.

De los 83 venezolanos que se embarcaron de regreso en el segundo vuelo de regreso, en diciembre, sólo un matrimonio con una hija nacida acá reconoció que lo hacía "por nostalgia". El resto se trató de inmigrantes sin regularización de residencia en nuestro país y, por ende, ilegales, sin opción alguna a un trabajo estable.

Llamó particularmente la atención el lenguaje agresivo de algunos de ellos, que dijeron regresar "por lo caro de este país", "por lo mal educados que son acá", "porque no nos cumplieron las promesas"…, "porque nos segregan", "porque el trámite para la visa es eterno" y "porque no dan oportunidades a los extranjeros".

Este tipo de hostilidad en su despedida obliga a una interrogante: ¿vinieron realmente como inmigrantes? Se van enojados con Chile y reclutados para un trabajo estatal por el régimen socialista de Maduro.

Venezolanos son en su mayoría los médicos foráneos que se desempeñan en clínicas y laboratorios particulares y también de esa nacionalidad es un contingente importante del personal de soporte y servicio de las empresas de telecomunicaciones.

Casi todos ellos declararon en Extranjería haber salido de Venezuela por "desacuerdo y disconformidad con el régimen", esto en mayor proporción de quienes admiten "buscar una oportunidad de trabajo". Cualesquiera que sean las circunstancias, todo inmigrante debe normalizar su permanencia en el país, y quien no lo hace es por sus malos antecedentes o por falta de interés en echar raíces, aunque temporales.

No pocos inmigrantes son contactados, atraídos

y acogidos por las juventudes de los partidos políticos de izquierda, incluso hasta con avisos en las calles. En el caso de estos venezolanos que se inscribieron en el plan "Retorno a la Patria", lo sugerente es que para Chile se trata de ilegales, en tanto para la dictadura de Maduro se trata de "comprometidos" con su país, el que les ofrece reinsertarse en el régimen socialista con subsidio social y ayuda económica. La mayoría, que se ha afianzado en esta tierra y que no evalúa un pronto regreso, se sabe de qué lado está.

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