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BACHELET, ABAJO DEL ESCENARIO


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VOXPRESS.CL.-

Los ranking no obedecen a mediciones científicas ni matemáticas, sino al gusto y sentimiento de quien o quienes lo elaboran. En el mundo, este tipo de categorizaciones son pan de cada día y, por lo mismo, hay que asumirlas con las reservas del caso.

Puede decirse con toda propiedad que el de los millonarios es el único certero, porque se remite a la persona que públicamente acredita la posesión de más capital.

Los más discutibles, sin duda alguna, son los ranking políticos, ello consecuencia de la sensibilidad ideológica de quien los confecciona. De ahí que nunca nadie, al menos en Chile, asumió con seriedad el hecho de que la ex Presidenta Michelle Bachelet llegara a aparecer en el número 17 de las mujeres más influyentes del orbe. La ex Mandataria socialista no cumplía algún requisito para tanta distinción: sin dotes de estadista, sin influencia ni siquiera sobre sus propios partidos aliados, resultó presuntuoso que un país cayéndose del mapa podía tener una mínima gravitación en las decisiones de los líderes del mundo.

Casi inconscientemente, él o los elaboradores de ranking de influencia no pueden sustraerse del hecho de que una mujer llegue a ser Jefe de Estado. Así como hasta el 2017 figuró Bachelet, ninguna mandataria ocasional dejó de aparecer entre el centenar de mujeres influyentes del orbe. La ex Presidenta de Liberia, Ellen Johnson-Sirleaf y la ex Primera Ministra de Corea del Sur, Han Myung-sook, destituida por corrupción, fueron ubicadas a la par de la poderosísima canciller alemana Ángela Merkel, ésta, efectivamente, determinante en el presente de Europa.

Así como no fue digno de crédito el que Bachelet figurase entre las más influyentes del mundo, igualmente llama la atención que, ahora, siendo Alto Comisionada de los Derechos Humanos de la ONU haya desaparecido de la nómina de las 100 más poderosas en el ranking anual elaborado por la BBC de Londres.

Entre las 100 "más inspiradoras" del mundo, la influyente cadena británica dejó al margen a Bachelet, con lo que no sólo la omisión la golpea a ella en su ego, sino subordina, también, a la ONU, al no valorar en su debida dimensión el cargo de Alto Comisionado de los Derechos Humanos, cuya importancia equivale a una Subsecretaría General del organismo mundial.

En este ranking, anteriormente figuró otra chilena, la astrónoma María Teresa Ruiz González, y esta vez, en la versión 2018, aparece nuevamente otra compatriota, la escritora Isabel Allende. La lista incluye a mujeres de 60 países, 12 de ellas latinoamericanas.

Según los elaboradores del ranking 2018, "Isabel Allende es la autora en lengua española más leída en el mundo. Ha vendido más de 72 millones de libros, traducidos a 42 idiomas". Es la primera escritora en lengua española en recibir la medalla de honor del National Book Award (Premio Nacional de Literatura de EE.UU.), "por su "contribución al mundo de las letras estadounidenses". ¿Cuál es su influencia?...Más parece haber sido considerada por su caricaturesco y acendrado antimachismo, que ella, con gran dominio del marketing, se encarga de difundir.

No resulta fácil de asumir que una escritora, por el solo hecho de ser reconocida en Estados Unidos, tenga mayor preponderancia que otra que ejerce un cargo a nivel mundial y dedicada a un tema hipersensible y 'de moda', como son los derechos humanos.

Bachelet es la segunda mujer en la historia de la ONU en ejercer la función de Alto Comisionado, y un antecedente de esa índole no puede subordinarse, a no ser que, ahora, con más visibilidad desde Europa, le estén pasando la cuenta por su acendrado partidismo político y que ése es el motivo de haber llegado al cargo que detenta.

Ser Alto Comisionado implica una obligación que está permanentemente bajo la lupa de todo el mundo, y en especial de los países en que no se violan sistemáticamente, para evaluar cuál es su accionar frente a crueles trasgresores como Corea del Norte, Cuba, Siria, Irán, Arabia Saudita y Venezuela, hoy entre los más nombrados.

A las tres semanas de asumir, el Secretario General de la ONU, el portugués Antonio Guterres, le encomendó a su Alto Comisionada viajar a Caracas para que le entregase un completo informe acerca de las violaciones a las libertades individuales en Venezuela. No lo ha hecho, pese a que Maduró anunció que "la recibiré con los brazos abiertos" y, recientemente, ella acaba de confirma que está "elaborando un informe" que recién será dado a conocer en junio de 2019 con motivo de la 41ª asamblea del Consejo de DD.HH. de la ONU.

Siendo aún Presidenta de Chile obraban en su poder todos los antecedentes en detalles de violaciones, asesinatos, represiones, despojos y presos políticos en dicho país.

Es posible asumir que ésta, su parcialidad ideológica, sea una de las causas por las cuales la BBC la dejó al margen de las 100 mujeres más influyentes del mundo. Apenas asumió, las emprendió contra Italia, Egipto, Polonia y Austria, recibiendo de vuelta crudas y duras respuestas, como, por ejemplo, ser calificada de "agente del socialismo".

Lo relevante es que parece ser que, al fin, algunos observadores internacionales descubrieron lo que realmente es Bachelet y la situaron donde se merece. El golpe asestado devalúa un cargo mundial, pero es, también, el precio que deben pagar quienes, por solidaridad ideológica, la colocaron allí.

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