EL FRENTE DE HOY ES EL FRENTE DE AYER

VOXPRESS.CL.- Se ha sobredimensionado, casi con características de escándalo, la entrevista que dos diputados del Frente Amplio (FA) sostuvieron en París con el asesino del senador Jaime Guzmán, dos meses antes de que Francia le otorgara asilo.
Ricardo Palma Salamanca, al momento de ejecutar su crimen, era miembro del brazo armado del Partido Comunista, el Frente Manuel Rodríguez, y por consiguiente, de la misma semilla extremista de quienes hoy conforman el FA. Entonces, no hay que rasgar vestiduras por la gran sintonía ideológica, aunque ahora sin armas, de los frentistas de ayer y de hoy. Gabriel Boric (Autonomista) y Maite Orsini (Revolución Democrática), al reunirse con el criminal el 3 de septiembre en París, no hicieron más que un acto de fe.
El FA está drásticamente dividido, pero no por culpa de estos dos diputados, sino por el fraccionamiento interno. Muchos de sus aliados exigen mayor izquierdización y políticas radicalizadas para que "la opinión pública no se siga confundiendo" y, así, ser fieles a sus bases.
Éste es el real problema que tiene el FA y no lo origina la cita de Boric y Orsini con Palma, pese al rechazo oficial del Congreso chileno por el otorgamiento de asilo francés al extremista.
El FA nació a fines de 2016 con 14 aliados: 7 movimientos y 7 partidos legalmente inscritos. Ahora, cuatro de aquéllos iniciaron un proceso para fusionarse y dar origen a un nuevo partido: Movimiento Autonomista (MA), Nueva Democracia (ND), Izquierda Libertaria (IL) y Socialismo y Libertad (SOL). Las cabezas visibles de este nuevo referente son Boric, Jorge Sharp, alcalde de Valparaíso, y el diputado Diego Ibáñez, todos autonomistas.
La otra fusión es de Poder Ciudadano (PC) e Izquierda Autónoma (IA). De momento, la vocera oficial de esta naciente colectividad es Javiera Toro, de la IA, colectivo que 'la lleva' en esta fusión.
Ambos partidos en ciernes se crearon para poner fin a la transición del FA y frenar el crecimiento de la derecha", pero en rigor, dichas creaciones son en respuesta a la hegemonía de Revolución Democrática (RD), que con Rodrigo Echecopar, Beatriz Sánchez, Giorgio Jackson y ahora Maite Orsini, han esterilizado las acciones de sus socios.
Con esta nueva composición, el FA reducirá su montonera a sólo dos movimientos y a siete partidos legalmente inscritos.
Visto su nuevo mapa, el FA continúa sufriendo de una crisis de identidad global, porque en su interior permanece una diversidad de enfoques y visiones, y ello lo confirma el surgimiento de dos agrupaciones en busca de más peso y gravitación, pero siempre con espacios para conductas autónomas.
Un ensayo general de ello fue brindado por el dúo Boric/Orsini, al entrevistarse, sin informarle a nadie, con el extremista Palma Salamanca, condenado a perpetua en Chile por el crimen de un senador.
El formal enojo de algunos de los aliados frentistas no pasa más allá de un show, porque, en el fondo de sus corazones, todos -históricamente- han mantenido un pensamiento común sobre el desenlace, aunque 'para la exportación' han condenado el asesinato de Guzmán. De hecho, ni Boric ni Orsini fueron llevados a un Tribunal Supremo por faltar a la disciplina partidista.
El problema real que enfrenta esta pareja es exclusivamente de orden ético y legal, ya que ambos se aprovecharon de una invitación oficial financiada por la Organización para la Liberación de Palestina para quedarse un día extra en París, y porque su acción obedeció a una expresa solicitud que les fue planteada en la Cámara por el 'Comité de Solidaridad con Palma Salamanca' y que no fue informada, pese a caer en el ámbito de la Ley del Lobby.
Todos lo saben: el Frente de hoy es solidario con el Frente de ayer, porque piensan igual. Cualquier signo de colaboracionismo que hayan exhibido Boric y Sharpe con sus adversarios -Comisiones convocadas por La Moneda- no responde a su corazón, sino a un pasajero cálculo y oportunismo político. Específicamente en el caso del diputado magallánico, los temores de que su encuentro con el asesino Palma puede significarle un costo político, ello queda descartado, no sólo por el incondicional apoyo del FA, sino porque toda su clientela electoral tiene entre sus grandes odios a la UDI y a todo lo que huela a ella.