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LA OLA LLEGÓ ANTES DE TIEMPO


VOXPRESS.CL:- Parecía el cuento del lobo. Hace una década, aproximadamente, se anunció que "alrededor del 2020", la población de la tercera edad superaría en número a los menores de 15 años.

Por tratarse, ésas, de estadísticas reales y serias, todo apuntaba a que se iban a administrar las acciones preparatorias para cuando llegase ese momento.

Nadie, ningún Gobierno del color que sea, implementó algo realmente práctico e importante, y la ola terminó por llegar antes de lo previsto. Los balbuceos de prolongar legalmente la vida útil de los jubilados, de mejorar solidariamente sus miserables pensiones y los mecanismos para acceder a menores precios en salud, jamás se hicieron realidad.

Los asientos 'reservados' para ellos en el transporte público continúan siendo insignificantes y no respetados, al igual como el las cajas exclusivas pata tercera edad en los supermercados. Los viejos, como los cataloga despreciativamente la juventud, son cada vez más y, también, es más notoria su invisibilidad.

La imagen tan común de un viejito, bastón en mano, transitando por la calle, ya no llama la atención, ni origina un reverencial respeto, como hace medio siglo. Hoy parecen imperceptibles al ojo humano, quizás un mecanismo de defensa a lo que se viene: dentro de poco serán más, incluso, que los menores de 20.

Casi como muletilla se decía que la juventud va tan rápido que carece de tiempo para reflexionar acerca de su propio futuro que es, precisamente, ése. Pero lo que realmente parece ser, es que el mundo de los adultos jóvenes percibe que la tercera edad, antes bajo tierra, ahora les disputa sus espacios.

Fue la encuesta CASEN 2017 la que el año pasado encendió (para siempre) las alarmas: la cifra de habitantes mayores de 60 años superó la de los menores de 15.

Este brusco, pero esperado, cambio en la composición por edades de la sociedad chilena, obedece a una mayor esperanza de vida y a la drástica reducción de la tasa de natalidad.

Los adultos ya no mueren a los 50, como antes, y las madres no conciben varios hijos, como antes: su promedio es algo superior a 1.

La encuesta reveló que los mayores de 60 años son 3.500.000 contra 3.427.068 de menores de 15. La tendencia demuestra que la de los adultos mayores seguirá en aumento, en tanto se mantendrá a la baja el promedio de hijos por mujer: el 2017 fue de 1,3, mientras en 2002 había sido 1,6.

El pronóstico negativo de la maternidad se justifica por la precipitada disminución de los matrimonio, el fuerte incremento de familias monoparentales, la opción de vivir en pareja y la entrada en vigencia de una ley que, con ciertas argucias, permite el aborto libre.

El ritmo del envejecimiento población es vertiginoso -casi 15 puntos en apenas dos años-, y de ahí el error de no haber previsto medidas paliativas y para garantizarles a los adultos mayores una mínima independencia, ello en virtud de sus precarias pensiones.

El porcentaje de adultos mayores en situación de pobreza llega a 22,1%, 4,2 puntos más que el grupo de entre 45 y 59 años, e incluso 1,4 más que el total (20,7%). En la medida en que envejece, la persona es víctima de mayores carencias, llegando en los 80 y más a experimentar vivencias límites. Sólo en el primer semestre de 2018, dos parejas de adultos mayores acordaron poner fin a sus días.

Desprenderse de bienes muebles e inmuebles y sin capacidad económica para una vida en el umbral de lo decente, es la respuesta lógica a su empobrecimiento. Hace 22 años, la tasa de dependencia de menores de 15 era casi tres veces más alta que la de los adultos mayores. Hoy se hallan prácticamente niveladas.

Como se dijo, las razones para el empobrecimiento de las personas de mayor edad están en sus bajas pensiones, en la renuencia a darles espacios en el mundo laboral y al incremento en los precios de salud, la que es demandada con mucha más frecuencia. La Sociedad de Psiquiatría reporta un aumento en casos de depresión en adultos entre 60 y 70 años, que, considerándose en posesión de plenas facultades para el trabajo, se enfrentan a la inactividad.

Durante el gobierno socialista, la 'Comisión Bravo', convocada para una irrealizada reforma al sistema previsional, estableció que “la perspectiva de largo plazo es esencial para la viabilidad y sostenibilidad financiera de un sistema de pensiones, un aspecto que es esencial para poder efectivamente asegurar sus beneficios a las futuras generaciones”.

Tanto en aquel informe como en el actual proyecto presentado por el Gobierno, se plantean objetivos 'a futuro', o sea, cambios y mejoras que impidan que la cadena de miseria actual continúe. Se supone que una reforma propende a una mejoría en las pensiones, pero…¡de ahora en adelante!

La ola de adultos mayores actuales, muchos de ellos con energías y aptos para la vida laboral, tendrán que seguir siendo percibidos y tratados como de segunda categoría, ante la indiferencia e ignorancia de quienes los ven sumirse en la dependencia, en la pobreza y cómo, de a poco, pierden la dignidad que, en su momento, los llevó a ser un aporte al desarrollo del país.

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