EL MES DE LOS ANIMALISTAS

VOXPRESS.CL.- Faltando horas para que el calendario consignara el inicio del llamado Mes de la Patria, el Movimiento Animalista organizó su primera manifestación callejera en contra del rodeo.
Por ignorancia, por mala intención o por la publicidad, algunos -entre ellos, los animalistas- suponen que septiembre es 'el mes' de los asados y de los rodeos: las parrillas funcionan todo el año y el deporte se practica con idéntica regularidad entre agosto y abril de cada año.
Los citidanos, especialmente los metropolitanos y los habitantes de las grandes urbes, suelen desconocer en qué consiste el rodeo. Para muchos de ellos, su primera experiencia con esta actividad que se realiza en un centenar de medialunas repartidas entre Arica y Tierra del Fuego, suele no ser muy entusiasta. Ello tiene una explicación histórica: el rodeo no fue una creación deportiva para entretener a la gente, sino es la derivación de una actividad laboral agrícola que se realizaba en los campos aledaños a la Plaza de Armas de Santiago en tiempos en que Chile dependía de la corona española.
Nació cuando un Gobernador español, Hurtado de Mendoza, ordenó que los animales fuesen marcados a fuego en sus ancas para identificar a sus propietarios. Para realizar dicha faena, novillos, vacas y terneros debieron ser 'rodeados' y arreados en piños hasta donde se les aplicaría el sello patronal. Si algunos se separaban del grupo, se les atajaba para reincorporarlos.
Este trabajo campesino, por siglos se siguió llevando a cabo en haciendas y fundos de Chile. Algunos inquilinos, aprovechando la característica de dicha faena, lo fueron transformando en una entretención, cada vez más organizada y difundida. Primero fue una recreación dominical -en rústicas medialunas- para las familias residentes en los latifundios, lo que, más tarde, se extendió a espacios rurales públicos.
Desde fines de 1800 y comienzos de 1900, cuando Chile dependía casi exclusivamente de su agricultura, el rodeo adquirió volumen y organización, fundamentalmente desde Ovalle a Temuco, con clubes oficiales de huasos en todas las ciudades entre ambos puntos.
Hoy son 9 mil los socios de la Federación Deportiva del Rodeo Chileno, entre Arica y Tierra del Fuego. El primer Campeonato Nacional fue en 1948 y desde aquella fecha nunca ha dejado de realizarse. En 1962 fue reconocido como 'deporte oficial' por el Comité Olímpico, el cual la destaca como ejemplo estructural, corporativo y moderno en el manejo de una entidad deportiva.
Para los rodeos, los novillos son como el balón para el fútbol: sin ellos no podrían realizase y, por lo mismo, se les brinda un cuidado especial, desde su desarrollo como terneros, con alimentación especial, hasta la prohibición reglamentaria de golpearlos. Las atajadas, que son las que le dan puntajes a las colleras, son acolchadas y dispuestas para que el animal sea levantado y no estrellado, aminorando el impacto por su detención en carrera.
En las medialunas han muerto jinetes -no pocos-, pero no novillos. Una vez corridos, éstos son comercializados para su engorda, y son otros, no la Federación, quienes luego los venden para su consumo humano. Un desaparecido y recordado dirigente decía que "si se le preguntase a un novillo qué prefería, seguir siendo atajado en la medialuna o ser enviado al matadero, no tendría dudas".
Los animalistas protestan y desfilan para exigir el fin del rodeo "por maltrato animal" y lo ponen a la par con la cacería de ballenas y el corte de la aleta de tiburón, que son acciones brutales y con fines únicamente comerciales por su alta demanda en Asia. Los novillos del rodeo son para correrlos, no para matarlos.
Los animalistas del mundo se definen como "una ideología igualitarista que tiende a equiparar al ser humano con los demás animales, para lo que frecuentemente recurren a la empatía y compasión a los animales, en sus necesidades de hábitat, alimenticias, de vida en comunidad y de buen trato".
Los animalistas suelen ser vistos en la vía pública, recolectando firmas para su causa. Fueron artífices -por ejemplo- de una reciente ley de protección a los perros callejeros, luego que un can llamado "Cholito" fuese muerto a palos. Se les ve solicitando aportes en dinero para llevar alimentos a caniles, pero no a niños pobres y abandonados.
Cuando por ley, los partidos políticos fueron obligados a actualizar sus padrones de militantes, salieron a las calles a recolectar adherentes. También lo hicieron los animalistas, supuestamente, para aumentar el respaldo popular a sus objetivos, y muchos de quienes adhirieron espontáneamente a su "noble propósito" no pudieron votar en las elecciones primarias del 2 de julio del 2017 por aparecer como pertenecientes a algún partido, en especial del PC.
Que, al menos en Chile, se trata de un movimiento político, y de izquierda, queda demostrado en la 'selectiva' conducta de sus activistas. No protestan fuera y al interior de las medialunas rurales o apartadas y ni siquiera en los Campeonatos Nacionales de la Federación de Clubes de Huasos que, comparativamente, es como una segunda división, más amateur y de menor jerarquía, sino lo hacen específicamente en espectáculos de gran repercusión y donde tienen la certeza de la presencia de empresarios vinculados, directa o indirectamente, a este deporte.
Utilizando al rodeo como excusa, sus protestas son contra el sistema socioeconómico, la misma motivación que activa a escolares y universitarios, a la diversidad sexual y a las mujeres liberales con senos al aire.
En el último Campeonato Nacional de Rodeo, el número 70, el Presidente de la República hizo una encendida y patriótica defensa de la actividad, pero, recientemente, su ministra del Deporte anunció que convocará a una mesa de diálogo a animalistas y dirigentes del deporte para "llegar a un consenso"... Llama la atención lo contradictorio e inoportuno de este anuncio que no es coincidente con la alocución del Mandatario en la pista de la medialuna monumental de Rancagua.
Seguramente, la ministra desconoce que ni el mismísimo Salvador Allende pudo cumplir su promesa de campaña de "eliminar de una plumada" al rodeo y al golf. Hasta en los más sencillos textos de Historia se ven graficadas escenas campesinas de jinetes, caballos y novillos, mucho antes de que se proclamarse la Independencia de nuestro país.
Los animalistas se apropian de septiembre para atacar políticamente al rodeo, pero los verdaderos chilenos saben lo que éste significa para el alma nacional. Fue un huaso, quien con un sable en cada mano, ayudó a la victoria libertadora en la batalla de Maipú, y por alguna poderosa razón, la Cámara de Diputados estableció por ley el 17 de septiembre de cada año como el Día del Huaso y el ex Presidente Frei Montalva promulgó la erección de un gran monumento como permanente homenaje a su simbolismo.