LA MANO DERECHA QUE JUEGA CON FUEGO

VOXPRESS.CL.- El Presidente citó a un Comité Político en La Moneda para tapiar la oportunista ofensiva de la oposición por la reiteración de "errores no forzados" del Gobierno, últimamente a causa de expresiones poco felices de sus ministros. "Son anécdotas que quedaron en el pasado" explicó Sebastián Piñera, en un afán de minimizar la dimensión de dos metidas de pata de sus colaboradores, una de Gerardo Varela -el bingo- y la otra de José Ramón Valente, el titular de Economía, que instó a "invertir en el extranjero", como si estuviera en su oficina privada de Fondos de Inversiones, en momentos en que su colega Felipe Larraín elabora todo tipo de cebos para atraer capitales internos y externos.
Desde La Moneda se ha diseñado todo tipo de estrategias para amortiguar la animosidad opositora que le tiene paralizado al Gobierno un sinfín de proyectos. Gonzalo Blumel (SEGPRES) y Andrés Chadwick (Interior) hacen todo tipo de malabarismos para que la actitud obstruccionista de la izquierda, en particular del PS y el PC, dé paso, al menos, a una luz amarilla.
Los ánimos de enfrentamiento parecen haberse distendidos levemente, tras el intento de la mesa de la Cámara de Diputados de tender puentes con La Moneda. Pero el horno aún no está para bollos, y ello lo grafica la beligerancia ideológica originada por las irregularidades financieras en TVN, escenario propicio para el enfrentamiento político.
Desde antes de asumir, Piñera sigue poniendo énfasis en la relevancia de "la política de los acuerdos", consciente de que ninguna navegación es fácil con un mar amenazante por los innumerables iceberg.
Como erróneamente algunos analistas lo creyeron, nunca hubo y no habrá luna de miel entre La Moneda y la oposición, sino, apenas, entendimientos puntuales y pasajeros que le permitan a uno avanzar en sus proyectos y al otro, no quedarse estancado en la inacción simplemente por obstruir, sin proponerle alternativa alguna al país en su sueño de, alguna vez, recuperar el poder.
La oposición parece haber ido tomándole el peso a que este segundo Gobierno de Sebastián Piñera no es "uno más de derecha" ni muchos menos "exponente de la dictadura".
Cada vez más se acentúa en la izquierda el convencimiento de que ésta es una administración casi mimetizada con las ex concertacionistas y con un nítido sello social. Éste es el motivo que alienta a algunos sectores opositores a "hacer algo" que no sea exclusivamente obstaculizar y disputarle al oficialismo terrenos que fueron suyos y que, ahora, le están siendo ocupados por el adversario.
Pero es peligrosamente erróneo asumir que esta circunstancia, que no pasa de ser una circunstancia, sitúa al Gobierno en una posición claramente ventajosa. Por lo mismo, llama la atención que funcionarios de primer nivel se jacten de ello, al extremo de afirmar que la oposición no existe.
Lo que se consigna a continuación podría considerarse una explicación a los 'errores no forzados' que tantas incomodidades le han causado a los residentes de La Moneda en estos meses de Gobierno.
Mauricio Rojas es uno de ellos. Trabaja en el influyente segundo piso de Palacio y es el encargado de Contenidos y Estrategias de La Moneda, esto es, de todo lo que el Mandatario dice y lee. Por sus manos pasan todos los discursos que el Presidente pronuncia en público, algunos para chequearlos y, en otros casos, los escribe íntegramente.
Los ejes de sus contenidos son libertad, solidaridad, justicia y progreso, los mismos temas que aborda en su nuevo libro "La Democracia Asediada". En esta publicación, Rojas narra cómo es y hacia dónde va la segunda administración del Presidente y explica el proceso de cambios en las ideas tradicionales de la derecha y los problemas que ha originado en la izquierda el nuevo escenario político. A los 18 años, y como revolucionario, quiso tomarse La Moneda, "y ahora estoy adentro". Fue militante del MIR en los 70, exiliado y diputado en Suecia hasta el 2008, y ahora escritor y charlista, y -desde 2013- mano derecha de Piñera en cuanto a contenidos políticos.
Su pensamiento e influencia sobre el Presidente han sido determinantes en esta nueva oferta política de la derecha, que nada tiene que ver con la tradicional. Sin embargo, la labor de Rojas, un político y escritor, nada tiene que ver con la difusión, que, dada la coyuntura, tiene que ser muy cuidadosa y precavida.
En una reciente entrevista, y con grandes titulares, hizo la siguiente declaración: "veo a la oposición bastante desconcertada; diría más, estamos jugando solos". Tratándose de un personaje de "gran sintonía" con el Presidente -como lo confiesa- su afirmación es un desatino y un descriterio, considerando lo frágil de la convivencia entre el Ejecutivo y la izquierda opositora parlamentaria, mayoritaria en el Congreso. Es más, hasta podría considerarse una provocación.
La política de los acuerdos es una actitud, un comportamiento, y los contenidos de un programa de Gobierno son el relato de lo que se pretende materializar. Si se logra o no este objetivo, dependerá en gran medida de lo anterior.
Instalarse en una posición desafiante cuando la realidad no lo hace aconsejable ni prudente, es jugar con fuego.