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LAS UVAS FRESCAS DE LA DERECHA


VOXPRESS.CL.- "No regales racimos de uva seca" reza un antiquísimo pensamiento del pensador, poeta y astrónomo persa Omar Jayam.

Aparentemente simplista, dicha reflexión de este sabio del año mil, encaja con la molestia de algunos vecinos de Las Condes con su alcalde Joaquín Lavín (UDI), por la construcción de una torre de viviendas sociales en medio de un sector habitado por familias pertenecientes al segmento B1.

La zona que bordea la rotonda Atenas, lugar elegido para el proyecto, no tiene similitud con otras de la misma comuna que, por la plusvalía de las construcciones, sólo pueden ser habitadas por familias con ingresos fuera de lo común.

En este país, con gran facilidad, se instalan prejuicios de todo tipo, y más aún en el ámbito socio/económico. El concepto de vivienda social, desde siempre sufre el estigma de la subordinación, siendo calificadas de básicas y para personas sin poder adquisitivo para acceder a una casa vía sistema bancario y/o que viven de allegados.

Esta imagen se ha ido derrumbando con el tiempo. En diferentes comunas del país son transversales las autoridades que decretan la demolición de viviendas sociales recién terminadas y sin estrenar por estar mal construidas. Se ha potenciado la convicción de que para los "sin casa" ahora no rige cualquiera solución limosna.

La gigantesca comuna de Las Condes desde hace años que tiene sectores con viviendas sociales, casas o departamentos, y son los propios vecinos quienes tienen la obligatoriedad de ser parte de una convivencia respetuosa y afín al estilo de vida y la conducta colectiva del lugar. De acuerdo a lo informado por el alcalde Lavín, los departamentos proyectados son iguales o superiores a los ya existentes en el sector, con comodidades y no incomodidades y estrecheces, sello casi perenne de las viviendas sociales.

La iniciativa de Lavín ha recibido el apoyo incondicional del Gobierno, del ministro de la Vivienda (RN) e incluso de la UDI, su partido, el cual hasta hace poco, a través de su presidenta, reclamaba que "La Moneda está corriendo el cerco hacia la izquierda"…

Llamativamente, tras el respaldo generalizado que a recibió el alcalde de Las Condes, y gracias a su cotidiana acción de calle, su partido lo está oliendo como posible carta presidencial.

A puertas cerradas le critican su populismo y su 'cosismo', pero lo cierto es que Lavín no hace más que encarnar lo que tiene que hacer la derecha para mantener el poder. El senador Manuel José Ossandón fue quien discurrió la definición de "derecha social", en alusión al ejercicio de un rol que históricamente se criticó al sector por mantenerlo ignorado.

Así como la sociedad ha mutado casi brutalmente, no acomodarse a las nuevas realidades en todos los ámbitos, es un suicidio.

El triunfo categórico de Chile Vamos el 17 de diciembre le pertenece a la derecha tradicional, pero es fruto igualmente del voto de una amplia generación emergente, ésa que dio el salto de las carencias a las pertenencias y de los sueños a las realidades. La antigua clase media chilena -restringida a profesionales y empleados públicos y particulares- fue reemplazada por una diversidad que se hizo en la adversidad y que gracias a su esfuerzo pudo acceder a bienes que en sus inicios jamás imaginó.

El escozor provocado por la derrota electoral, llevó a la izquierda a calificar despectivamente a esta clase emergente como "fachos pobres". No son éstos la "derecha social" a que hace alusión Ossandón, porque su razón de ser no es conceptual, sino práctica: defender, y ojalá incrementar, lo progresado en sus vidas, un legítimo orgullo que los indujo a no poner en riesgo lo sacrificadamente adquirido votando por la izquierda.

Dada esta reubicación social, la derecha tradicional no debe inquietarse. Nadie le pide que altere sus valores, que sepulte su tradicionalismo o que deje de pensar como lo ha hecho históricamente.

Para dificultar la devolución del poder a la izquierda, sólo tiene que sumar y no restar. Además de sus contenidos, valores, definiciones y pensamientos tiene, necesariamente, que tomar en cuenta que tiene de aliado espontáneo a una fracción de la sociedad que también aspira a progresar y a un mejor bienestar.

La "derecha social" no implica una merma, ni un recorte ni menos una pérdida para la derecha tradicional, sino un plus, una adición, que si la considera y la valora, será un formidable aporte político en el presente y en el futuro.

Los tiempos de entregarles racimos de uva seca a los demás ya pasaron, no están, se fueron. Esos granos marchitos fueron los que por años postergaron al sector, y hay que tener mucho celo para no repetir la experiencia.

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