HECHA LA LEY, HECHA LA TRAMPA

VOXPRESS.CL Tal como se adujo en su momento, de acuerdo a como se pronosticó y confirmando todos los temores, la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo, conocida -todo un sarcasmo- como LIVE, en el caso de "violaciones" no es más que aborto libre.
Los primeros datos, a junio de este año, entregados por las reparticiones responsables de cautelar que se respeten las tres causales contenidas en la norma, reflejan que la glosa sobre violación ha terminado siendo lo que se temía: una máscara para el aborto libre.
La interrupción voluntaria del embarazo simplemente se ha oficializado, y de ello sacan provecho las organizaciones patrocinantes del libertinaje, como la FECh, que puso en venta al público general su agenda interna acerca de cómo hacerse abortos caseros.
Pese a todas las prevenciones que el Gobierno socialista de entonces anunció que iban a tomarse, la realidad presente -tras casi 10 meses de funcionamiento del nuevo estatus legal-, deja en evidencia la materialización de todos los temores.
De los 241 procedimientos que hasta ese mes se habían llevado a cabo para interrumpir un embarazo no deseado, apenas 17 casos en todo el país son oficialmente violaciones y corresponden a menores de edad.
De acuerdo a instrucciones precisas de la ley, todas las intervenciones que se realizan invocando dicha causal deben ser informadas al Ministerio Público para que sean investigadas, y hasta la fecha hay 10 episodios registrados por los servicios de salud pero de los cuales, la Fiscalía no tiene conocimiento.
La información oficial sobre abortos por violación no especifica la existencia de formalizados ni, menos, de condenados.
Hace días, la ex Presidenta, que en su momento insistió en la prevalencia de las tres causales, confesó ante una reunión con mujeres ser partidaria del aborto libre. Su aclaración refuerza la certidumbre de que, más temprano que tarde, se iba a llegar a esto.
Siempre ciñéndose a las informaciones oficiales, de los 341 procedimientos realizados hasta junio -interrupción del embarazo-, sólo 41 han terminado en denuncias por violación.
Esta estadística no calza con lo que, textualmente, establece la ley, en cuanto a que judicialmente hay que constatar la ocurrencia de los hechos, la edad gestacional del embrión, hacer una toma de muestra de sangre para cotejar el ADN y mantener una cadena de custodia de
los casos.
Voceros de la PDI aseguran que es menos compleja una indagación sobre abusos a menores de edad, porque éstos suelen darse en su entorno.
Hay una cifra superior al 10% de mujeres que se arrepienten de interrumpir su embarazo, luego de escuchar consejos de quienes cumplen funciones de acompañamiento. En la mayoría de los casos, se trata de jóvenes con mayoría de edad y que, como excusa, adujeron una supuesta violación.
Igual así, ninguna de las cifras coincide con las expectativas de la LIVE, y la situación no cuadra con las informaciones del MINSAL y las denuncias recibidas por el Ministerio Público.
Existe un 'terreno de nadie' que reafirma esta realidad: como no se tiene registro de los avances de las investigaciones, la Fiscalía ordenó hincarle el diente a cada uno de los casos de denuncia.
Igualmente, se ignora la situación de los eventuales investigados por una presenta violación, ya que, según la reforma procesal, como medida cautelar deberían hallarse en detención preventiva.
La información que, al respecto, se posee es vaga y difusa, ya que las cifras sólo se refieren a denuncias e indagación, etapa que a decir de la PDI es de trámite lento -puede demorar meses- dado todos los pasos previos a una formalización, como la fecha de gestación por violación, el ADN del supuesto agresor y el análisis del IML.
El pronóstico sobre las investigaciones es adverso, porque se prevé que, excepto en el caso puntual de menores de edad, no será fácil una contundencia de las pruebas. De llegar, finalmente, al tribunal, en un buen número de los casos, los jueces no dispondrán de las certezas totales para emitir un fallo.
Todo este engorro se hubiese evitado de haber propuesto la ex Presidenta un proyecto tal como lo quería y sentía, el aborto libre, pero como era conciente de que una iniciativa así no iba a pasar el escollo parlamentario, optó por maquillarlo con tres causales, una de ellas, la de violación, tan sólo un burdo argumento para disimular su verdadero propósito.