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BATALLAS DE INCIERTO FUTURO


VOXPRESS.CL.- La historia recrea una espontánea frase de Carlos Ibáñez del Campo, al dejar la Moneda: ésta es la casa donde tanto se sufre". Más tarde, la literatura política recogió una reunión de 'próceres' de la Unidad Popular, al atardecer del 5 de noviembre de 1970 en una elegante casona de un connotado militante socialista. Al revés de la euforia originada por el triunfo allendista de la noche anterior, el grupo guardaba un silencio sepulcral, hasta que uno de ellos -más tarde Intendente metropolitano- lo rompió: "otra cosa es con guitarra".

Ambos episodios reflejan la, a veces, brutal realidad con que se encuentran los gobernantes luego de asumir el poder. Frente a ellos, se sitúa una ciudadanía más exigente que expectante, que les demanda el inmediato cumplimiento en la solución de los problemas que más la aquejan.

Gran parte de los Gobiernos desde el retorno de la democracia se han ido sin poder satisfacer todos los anhelos de la sociedad, que son muchos y muy diversos.

Éste, el de Chile Vamos, trazó una hoja de ruta de urgencias, en la cual incluyó la seguridad ciudadana y el desarrollo social, éste con énfasis en la superación de la pobreza.

Aunque ambos desafíos están recién comenzando, las perspectivas de soluciones a corto plazo se ven complejas. El combate a la delincuencia se inició a través de una estrategia más audaz de las policías, pero las cifras no disminuyen, en tanto la pobreza parece distanciarse de una mejoría, tras constatar que su canasta familiar es muy superior al IPC.

Son dos batallas que empezaron a darse, pero que tienen un incierto futuro. Uno, el de la delincuencia, por el altísimo número de malhechores que, con varias condenas a su haber, continúan en las calles a raíz de la Justicia 'garantista' que privilegia sus derechos por sobre el de las víctimas inocentes, y el otro, el de la extrema pobreza, se estrella con la sostenida alza de precios, especialmente en el rubro alimentario.

Del total de delitos que se cometen al año, el 51% concluye sin solución, y respecto a los que investiga la Justicia, el 79% termina sin detenidos. En una reciente reda, Carabineros detuvo a 4.800 malhechores en todo el país, de los cuales 1.000 tenían prontuario: la respuesta de los jueces fue que les estaban atochando los tribunales…

El Presidente acaba de enviar un proyecto donde agrava las penas y extiende las responsabilidad en los delitos por 'portonazos', pero ello es, por estos días, la cara más visible de una realidad que cumple dos años con las mismas cifras, sin un atisbo de disminución. "Estamos estancados" fue el lúgubre comentario del ministro de Justicia, agregando que "no hemos logrado bajar ni la cantidad de delitos ni la percepción de inseguridad o de victimización de la ciudadanía".

La realidad de la delincuencia es asombrosamente catastrófica: del total de delitos que se cometen al año, el 51% no tiene solución en el sistema judicial, y de los 500 mil que investigan los tribunales, un 79% termina sin detenidos. Como paliativo de emergencia se está realizando un plan piloto específico para articular a las policías, al Ministerio Público y a los tribunales…(?): los capturados en redadas por Carabineros llegan a tener hasta ¡27 condenas sin cumplir!

En los últimos tres años, 110 mil menores han sido detenidos y liberados, y más del 50% por hechos graves. Es tan inquietante la postura del Poder Judicial, que un juez dejó en libertad a un ladrón por considerar que el concepto de 'alunizaje' -reconocido como delito por la RAE- es interplanetario.

La finalidad del plan es determinar dónde están las deficiencias operativas, con una labor específica en cuatro Regiones y en tres tipos de delitos de robo con violencia.

Habrá que aguardar hasta septiembre para conocer acaso este plan tuvo la efectividad que se propuso, en medio de la desesperanza de la ciudadanía que, de momento, no percibe avances en esta batalla contra la delincuencia.

En cuanto a la batalla iniciada por el Ministerio de Desarrollo Social en contra de la extrema pobreza, hay que partir aclarando que todos los meses dicha cartera entrega actualizado el valor de la Canasta Básica de Alimentos (CBA) y las líneas de pobreza del país. Dicha cifra refleja el costo de las necesidades alimentarias mínimas y contiene los productos recomendados por la ONU correspondientes a las 2.000 calorías mínimas diarias promedio por persona.

El ministerio informó que en mayo, la CBA tuvo un valor mensual de $41.927 por persona, frente a un ingreso familiar promedio de $140.000.

La canasta de mayo a mayo, aumentó en 3,7%, incremento superior a la variación del Índice de Precios al Consumidor (IPC) de los últimos 12 meses, que sólo llega al 2% y al reajuste anualizado de remuneraciones, de un 3%.

Las cifras demuestran que al aumentar la línea de la pobreza, se arriesga dejar a más personas en esta situación, sobre todo si los salarios no se elevan a la par con los precios. Para peor escenario, el área social será una de las más afectadas por el obligado recorte fiscal, a causa de la 'herencia' de Bachelet, que dejó vacías y con un multimillonario déficit las arcas públicas

De momento, nada hace prever que los ingresos de los más pobres aumenten más rápido que el precio de la CBA (3,7%). Es otra batalla que se percibe de incierto futuro y, que amparándose en la dimensión del Ministerio del Desarrollo, es uno de los grandes y primeros desafíos que se propuso este Gobierno.

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