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ASÍ DE ENFERMOS, ¿QUÉ BUENO SE PUEDE ESPERAR?


VOXPRESS.CL.- En los últimos días, la opinión pública fue bombardeada por una serie de acontecimientos que la dejaron perpleja. Una parte importante de nuestra sociedad está enferma, muy enferma, y con tanta gente que extravió el camino de mínimos valores, cuesta creer que algún día, algún año o en algún siglo, Chile pueda llegar a ser otro.

Días atrás, a raíz de las propuestas para remediar la catástrofe del SENAME, una 'experta' --estamos llenos de 'expertos' en una infinidad de temas-- manifestó que antes de arreglar esa institución hay que "cambiar la formación de los niños al interior de sus familias"…

Tan poco novedoso descubrimiento confirma que todos los males de nuestra sociedad actual nacen, precisamente, de la descomposición de los hogares, lo que deriva en el deterioro de la sociedad en su conjunto. Un pequeño ejemplo refleja lo que hoy somos: las autoridades celebran como éxito el haber reducido "en un 15%" la evasión del pago en el transporte público: si existiera una población íntegramente honesta, dicha elusión no existiría.

Entre las muchas bombas que nos cayeron hay tres que son devastadoras: somos el primer país de Latinoamérica con más alto consumo de alcohol per cápita; tenemos el doble de contagiados por SIDA que el promedio de los países de la OCDE y los hijos monoparentales --dependientes sólo de la madre-- duplican a los que son mantenidos por ambos padres.

Cada año que pasa, la vida en pareja sin vínculo saca ventaja a los matrimonios y se mantiene, sostenidamente, la baja de los nacimientos: hoy, el máximo de hijos por familia llega, y con suerte, a dos.

Con las familias definitivamente a medio destruir, con una deserción escolar al alza, con el incremento de episodios de violencia al interior del hogar y con un 14% de la población joven/adulta que rehúsa trabajar y/o estudiar, a nadie puede extrañar la expansión del libertinaje y la promiscuidad, la absoluta indiferencia ante el bien proceder y los horribles ejemplos que, por estos días, están dando dos instituciones que en el pasado fueron señeras y respetables, como Carabineros y la Iglesia Católica.

Si ya el millonario desfalco del que fueron protagonistas generales y oficiales, derivó en un motivo de desconfianza generalizada hacia la que era una institución líder en imagen y respeto, lo vivido por su nuevo Director revela una podredumbre de las ex jefaturas. Se reveló como y quiénes, desde dentro de la institución, en un acto canalla, indagaron una antigua y controvertida parte íntima de la hoja de vida de Hermes Soto, entregándosela, para su denuncia, a un… ¡diputado comunista!

En cuanto a la Iglesia Católica, hasta su feligresía más conservadora cayó en el abatimiento, tras el llamado del Papa a los obispos chilenos a que se presenten en el Vaticano para reconvenirlos por haberlo intencionalmente mal informado en el caso Karadima. Quienes, desde el púlpito, predican no engañar al prójimo, engatusaron a su propio jefe.

En respuesta, Jorge Bergoglio está haciendo vivir una vergonzosa humillación a la jerarquía eclesiástica chilena: a los denunciantes de Karadima, que en su momento no opusieron resistencia a los acosos, los 'invitó' al hotel del Vaticano para ofrecerles disculpas, en tanto a los obispos los 'citó' para recriminarlos y en algunos casos, se prevé, para destituirlos. Un brutal impacto a la ya tambaleante credibilidad y confianza de la feligresía en sus ministros, y con insospechadas consecuencias.

En el ámbito público, nada, absolutamente nada, puede, ya, llamar la atención. La ciudadanía observó de brazos cruzados cómo las autoridades que elige dieron motivo al peor período de corruptela del que se tenga memoria, y cuyas censurables acciones continúan conociéndose.

Apareció la orden escrita del SII para eximir al PS del pago de impuestos; se descubrió documentación que prueba que la Corporación Nacional de Desarrollo Indígena (CONADI) canceló hasta $13.000 millones de sobre precio para adquirir predios y regalárselos a comuneros mapuches, y el MOP se enteró que el simbólico edificio 'Diego Portales' ---ex Ministerio de Defensa-- está vacío, en ruinas y abandonado, con una eventual reparación que involucra miles de millones.

Se programó para comienzos de mayo la primera interpelación a un ministro del nuevo Gobierno ---todo un record en premura en estos procedimientos--, ello porque 'los actores sociales' de la ultra izquierda y del feminismo, consideran que el MINSAL elaboró un protocolo que frena el aborto libre.

Frente a la indignada impotencia de los vecinos, los alcaldes de Santiago y Providencia se decidieron a eliminar los moteles públicos en que están convertidos los parques Forestal y Bustamante.

La trágica realidad de nuestra sociedad fue descrita así por el sacerdote Gabriel Vila: "vivimos en una época donde quieren que los sacerdotes se casen y que los casados se divorcien; pretenden que los heterosexuales tengan relaciones sin compromiso, pero que los gay se casen por el Civil; no hay plazas para los enfermos en los hospitales, pero sí para quien quiera cambiar de sexo; se da acompañamiento psicológico a quien desea vivir la homosexualidad, pero ningún apoyo para el que desea salir de ella, y estar a favor de la familia y de la religión es dictadura, pero orinar sobre un crucifijo es libertad de expresión".

Sexualmente desbocados, con una promiscuidad sin límites, alcohólicamente irrefrenables y con un combate, lejos de ganarse, contra las drogas, y que tiene a Chile como puerto de salida hacia Estados Unidos y Europa, no se ven posibles las metas de desarrollo y progreso. Ambos procesos evolutivos parten en la conducta ejemplar y correcta de la gente, lo que hoy es exactamente al revés en Chile.

Parte de nuestra sociedad está enferma, y de gravedad. Con ese peso es casi una utopía soñar en que, alguna vez, se alcance el desarrollo. Su propia gente es el primer y gran obstáculo.

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