LA GRAN DISYUNTIVA DEL FRENTE AMPLIO

En plenos preparativos para afrontar un desafío que nunca soñó, el Frente Amplio debate internamente la estrategia para ----primero-- actuar en el Congreso y ----segundo-- establecer una hoja de ruta para ser Gobierno.
Desde el 19 de noviembre del año pasado, el Frente es la 'niña bonita' de la politiquería criolla, dada su inesperada irrupción como fuera parlamentaria, y con incidencia clave en el duro tira y afloja legislativo que se avecina a partir del próximo 11 de marzo.
De todas las expresiones opositoras, el Frente Amplio ha sido el con mayor actividad para decidir el rol que jugará en el próximo Parlamento.
Abortada la fusión del PS y el PPD con la idea de ser el bloque opositor más influyente, el Frente Amplio está consciente, y preocupado, por el escenario en el cual tendrá que moverse. A raíz de la diversidad de sensibilidades y criterios existentes en su seno, carece de consenso.
Además de sus desavenencias, a los frentistas les sobresalta su meta de utilizar los próximos cuatro años como plataforma para un eventual Gobierno. De ahí, lo tremendamente riesgoso que les resultarán sus decisiones, y de ahí, también, la falta de unanimidad en cuanto a los pasos por seguir.
Un grupo quiere una oposición constructiva, otro pide que sea reflejo de la diversidad del movimiento, pero el mayoritario 'sanchizmo' aspira a que en el Congreso se bregue por dar cumplimiento íntegro al programa de Gobierno de la ex candidata.
Según los que no están de acuerdo con este camino, allí está el gran temor a perder todo lo ganado. En la ideologización extrema.
Los cuestionamientos apuntan mucho más allá de un rol legislativo y de un manejo político determinado: tienen directamente que ver con la negativa realidad que está viviendo el socialismo en Sudamérica. La población chilena acaba de sumarse a varias otras que le dieron vuelta la espalda a la izquierda en la región.
El Frente tiene que aumentar su adhesión popular para ser una genuina opción presidencial en 2021, pero sabe que no es simple sintonizar sus 'reformas profundas' con el sentimiento generalizado de la gente. Ésta, y lo demostró el 17 de diciembre, no quiere aventuras ni travesías por un desfiladero.
Su ubicación política no deja de ser inquietante tras el reciente 'retroceso conservador' de Ecuador, que se une a las poco felices experiencias para el socialismo en Argentina, Brasil y Chile. Y el futuro se divisa oscuro en Bolivia.
Un radical socialista como Rafael Correa fue repudiado por la población de Ecuador, al impedirle constitucionalmente en un referendo que vuelva a postularse. Su sucesor, ex Vicepresidente y ex aliado, Lenin Moreno, dio un giro, al recuperar la convivencia con el empresariado y eliminar leyes totalitarias de su antecesor.
En Brasil, el sueño socialista de Lula parece derrumbado definitivamente por el fallo judicial que aumentó sus penas de cárcel, en tanto Evo Morales está acorralado por la mayoritaria oposición que lo obliga a respetar el plebiscito que le impide una nueva reelección.
Tras las últimas legislativas, en Argentina, se afianzó Mauricio Macri y en Chile se está despidiendo la protagonista del peor Gobierno desde el retorno a la democracia.
En las próximas elecciones en Colombia no existe posibilidad alguna de un triunfo de la izquierda.
El socialismo está en retirada en Sudamérica y todos sus 'próceres' se han ido, o se están yendo, contaminados por la corrupción: Cristina Fernández, Wilma Rousseff, Michelle Bachelet y Rafael Correa, éste imputado por venta irregular de petróleo estatal. Si cae Morales, lo hará con el estigma de su vinculación al narcotráfico.
El único sobreviviente, de momento aparentemente inamovible, que va quedando en Sudamérica es Nicolás Maduro, en Venezuela. Pero más allá de su aislamiento, el círculo en su contra tendrá necesariamente que cerrarse hasta asfixiarlo, luego de anticipar elecciones presidenciales, inscribir su candidatura y dejar fuera a todos los partidos opositores.
Crece rápido en la comunidad mundial el convencimiento de que hay que materializar algún tipo de intervención antes de que su totalitarismo autocrático termine con un genocidio por hambre.
Éste es el escenario que está incidiendo en los cálculos de los líderes del Frente Amplio. ¿Cuál debe ser el discurso y cuál la acción para no demostrar que tienen la misma lepra de los que han sido, y están siendo, sacados del poder en Sudamérica? ¿Cuál es la alternativa de su Gobierno revolucionario para que no se confunda con el ideario de Maduro?
El Frente va de entrada en un escenario político que lleva al socialismo de salida. Un contrasentido no fácil de resolver para esta manada de muchachos idealistas que pretenden refundar Chile.