EL ‘EMPRENDIMIENTO’ DE LOS QUE QUEDAN CESANTES
Con una escenografía a tono con la ocasión, un funcionario de Gobierno utilizó como telón de fondo La Moneda para contarle al país que “Michelle Bachelet pasará a la historia por ser la Presidenta que entregará el poder con la cifra más baja de desempleo”…
Tan insólita proclama la hizo horas después de que, al celebrarse oficialmente el Día de los Credos Evangélicos y Protestantes”, el pastor capellán de palacio definió a Bachelet como “el mejor Presidente de la historia”…
A meses de su defunción, el Ejecutivo pierde hasta el rubor, y con la mayor naturalidad cuenta mentiras, en su dislocado afán de engatusar a la ciudadanía.
El funcionario del sector laboral celebró una “nueva baja” (e histórica) del desempleo, pero omitió intencionalmente el aumento en un 6.6% del empleo por cuenta propia, una definición que identifica a todos que quedan cesantes y que para obtener algún tipo de recursos se dedica a cualquiera actividad informal.
Se estima en 800 mil personas las que se dedican a labores por su cuenta por no tener acceso al mundo laboral asalariado. De este número, el 94% lo hace sin ningún tipo de contrato, y por ello, sin previsión ni beneficios de salud.
Todos los cuenta propia son considerados por el INE como ‘trabajadores’, ya que se califica así a todo aquél que, en la última semana, haya laborado, al menos, un día.
Una operación siempre de sumar los desempleados ‘formales’ ---cesantes sin actividad alguna-- y los cuenta propia, que son igualmente desempleados, se llega a una cifra histórica de desocupación oficial que alcanza al 12%.
La ‘baja’ del desempleo ha sido un constante sólo gracias al incremento de nuevos contratados en la administración pública. El INJUV concentra el mayor número de empleados que son militantes, todos de la izquierda dura.
Dentro de la actividad laboral, el sector `privado equivale a un 80% y el público, a un 20%, de tal monto que los nuevos puestos fiscales no redunda en un mayor crecimiento económico. Con ets política solamente se consigue aumentar la carga, y la deuda, del erario nacional.
Esta generación de puestos públicos equivale para el Estado al desembolso del 30% de la reforma tributaria, y como si no fuera suficiente, en el último trimestre se redoblaron las horas extras y los viáticos.
El aumento de los empleos por cuenta propia fue de un 6.6 %, y según la CEPAL, en Latinoamérica en este rubro, Chile sólo es superado por Ecuador y Panamá.
El funcionario encargado de dar la ‘buena noticia’ del menor desempleo, atribuyó el fuerte aumento de los cuenta propia “al interés de muchos de iniciar un emprendimiento”…Define así a vendedores ambulantes y de ropa usada ---entre ésta, la propia--, a aseadores y acomodadores de autos, a malabaristas de las esquinas, a ‘cantantes’ del transporte público, entre muchas otras ‘especialidades’ informales.
Ningún informe consigna el progresivo aumento de profesionales cesantes que aportan sus propios autos a una empresa de servicios particulares de transporte de pasajeros. En tres años de este Gobierno se ha incrementado en un 50% el número de titulados universitarios sin trabajo, sin embargo se insiste en masificar gratuitamente el acceso a la educación superior.
Una encuesta de Micro Emprendimiento (EME), realizada por el Ministerio de Economía, estableció que de cada 10 cuenta propia, 8 lo hacen en la informalidad.
Un 31.7% de los cuenta propia trabaja en su propia vivienda (de los cuales un 17% lo hace sin una instalación especial); un 23,8% lo hace en el hogar de un cliente; un 11.4% se ocupa en la calle y un 10% lo hace en un vehículo.
Se trata, además, de ocupaciones que generan bajos ingresos. Un 54.7% de los cuenta propia obtienen ingresos de $225.000 o menos, al mes. En definitiva, son de “emprendimientos frágiles”, con escasa capacidad de proyección en el tiempo.
El código y la ley definen como trabajador a todo aquél que tiene un contrato y, además de su salario mensual, tiene previsión social y de salud. Todo lo demás no corresponde a la realidad, por mucho que ésta se pretenda disfrazar.
