OTRO RECORD DE BACHELET: ¡MÁS POBRES!

“Nuestro Gobierno se abocó a la tarea de sacar a los pobres de la miseria y de igualarlos hacia arriba”.
No se confunda: estas expresiones no corresponden a Michelle Bachelet, sino a la también socialista Cristina Fernández, al momento de entregar el poder en Argentina al centroderechista Mauricio Macri. De haber sido real su afirmación, su movimiento llamado de ‘unidad nacional’ no hubiese sufrido, como sucedió, una derrota en las recientes elecciones legislativas.
De haber sido ceñida a la realidad aquella afirmación suya, hoy estaría disfrutando de la ‘vuelta de mano’ de los millares, quizás millones, de pobres que ella dice haber ayudado mientras el kirchnerismo dominó por varios años en Argentina.
Pero lo cierto es que, pese a la odiosa campaña de la izquierda instada por Cristina Fernández, el gran vencedor de las elecciones legislativas (domingo 22 de octubre) fue el Presidente centroderechista, Mauricio Macri, quien ahora, con un adecuado respaldo en el Congreso Nacional, podrá hacer las reformas económicas para sacar de la postración y la miseria a los muchos que dejó en esas condiciones el kirchnerismo.
Lo ocurrido hace pocas horas en Argentina es de gran similitud con los acontecimientos chilenos en la actualidad. La Presidenta ha salido al ruedo a proclamar el ‘formidable éxito’ de su Gobierno y tuvo la osadía de declararlo superior al de su antecesor, Sebastián Piñera.
Insiste en las ventajas de sus ‘reformas estructurales’ y llama a sus compatriotas a votar en contra de Piñera para poder perpetua su “legado”.
Siguiendo la orientación de La Moneda, los seis candidatos de izquierda imitan a la Presidenta y se enfocan en descalificar a su oponente político, dada su categórica ventaja en las encuestas.
Llega a ser chocante que ninguno de ellos comunique un mensaje ‘pro’, que refleje su propia propuesta, sino llenan su tiempo sólo con un discurso ‘anti’ rival, lo que retrata la dramática vivencia de representar el continuismo de una administración fracasada y carente de Apoyo popular.
Con las recientes elecciones legislativa en Argentina quedó al descubierto que nadie le creyó a Cristina Fernández que había sacado a los pobres de su miserable estatus.
En vías de correr la misma suerte parece hallarse nuestra Presidenta, quien en cada aparición pública persiste en su moncerga de que “entregaré un país mucho mejor al que encontré”…
Esta mal intencionada aseveración la explica con sus cacareadas “igualdad” e “inclusión”, pero una noticia llegada desde el Banco Mundial se encarga de desmentirla.
El indicador sobre la pobreza en el mundo del Banco Mundial establece que Chile pasó de un 0.9% a un 1.3% entre 2013 –último año de Piñera— y 2015 –dos primeros años de Bachelet.
Esto es, en apenas 24 meses de mandato, su ‘política pública’ sobre desarrollo social incrementó de 158.684 a 234.083 los habitantes en esta condición.
De acuerdo a los parámetros del Banco Mundial, una persona es catalogada pobre si sobrevive con US$ 1,9 (1.260 pesos) al día.
La estrepitosa caída del crecimiento económico a un nivel internacional vergonzoso --en virtud de las erradas políticas financieras del Gobierno— es la principal causa del aumento de la pobreza.
Un 60% de las personas que viven en los bolsones de pobreza, los llamados ‘campamentos’, revelan estar allí por su incapacidad económica de solventar el arriendo, “aunque sea de una sola habitación”.
El creciente segmento de la pobreza es responsabilidad del Ministerio de Desarrollo Social, cuyo titular, el comunista, Marcos Barraza, está dedicado a defender a los extremistas comuneros mapuches encarcelados en Temuco que de las precarias condiciones de vida de sus compatriotas a poquísimos kilómetros de su oficina.
El socialismo es todo un experto en incrementar los números de pobres, porque en los países que han estado, y están, bajo su dominio, se empobrece forzadamente a los ricos para nivelarlos hacia abajo e igualarlos con quienes muy poco o nada tienen.
Sólo así se puede justificar que la Presidenta continúe teniendo el coraje de admitir que ha beneficiado a todos, porque el Chile de hoy, según ella, “es más igualitario e inclusivo”-