LA SINVERGÜENZURA DE LOS BONOS POR GESTIÓN
Si no se tratase de este Gobierno, sería imposible de creer esto: el 2016, todos los servicios de la administración pública fueron premiados con un bono por su brillante rendimiento, tras ser evaluados con un 100% de gestión de excelencia.
La interrogante sobre tan arbitraria y discriminatoria recompensa es ¿qué pensarán de ello los ciudadanos que hacen interminables filas esperando atención o que los papeleos de sus solicitud demoran días y semanas?
También fueron favorecidos con esta recompensa económica los ejecutivos elegidos por la Alta Dirección Pública ---todos de Gobierno-- y que gozan de remuneraciones millonarias, superiores incluso al del sector privado
Nadie puede aceptar de buenas a primera que nuestra administración pública es perfecta, o sea, equivalente a un 7 para que cada funcionario reciba un bono, que ---hay que decirlo con todas sus letras— es un reajuste extra a sus remuneraciones anuales.
Por primera vez desde que rige este bono (1998), en 2016 todos los servicios públicos evaluados por el Programa de Mejoramiento de la Gestión (PMG) lograron las metas suficientes para recibir la totalidad del premio en dinero.
La información, entregada por la Dirección de Presupuesto, no detalla las metas, siendo que la población fue testigo el 2016 de los deplorables manejos, e incluso escándalos, en el ministerio de Justicia, Gendarmería, Sename, Salud, Vivienda, Obras Públicas, Sernam, Senama, SII y, así, casi en todos los servicios.
"El resultado de las evaluaciones y de este 100% de servicios públicos premiados por su excelencia es simplemente vergonzoso, no hay otra palabra para poder describirlo. Es evidente que no existen fundamentos cuando uno mira los indicadores de funcionamiento y desempeño de los aparatos del Estado", denunció Sergio Urzúa, de Clapes-UC.
El PMG es un sistema por el cual en los servicios se fijan compromisos y metas anuales de gestión, que, de cumplirse, se traducen en un bono. Según la Dipres, éste constituye un mecanismo de incentivo de remuneraciones de tipo institucional.
A partir de 2010, el PMG empezó a corresponder al 7,6% de la remuneraciónes base anual si la institución alcanza un grado de cumplimiento anual igual o superior al 90% de los objetivos. Este incentivo baja a la mitad (3,8%) si dicho cumplimiento es inferior a 90% y es cero si es menor a 75%. El pago se realiza trimestralmente, en marzo, junio, septiembre y diciembre del año siguiente. Ahora se está cancelando el premio 100% correspondiente a 2016.
Tal como está planteado, el bono por gestión dejó de ser percibido como un incentivo, y los funcionarios lo asumen como parte del salario anual. Sospechosamente, desde 2013, todos los servicios evaluados han registrado niveles de cumplimiento necesarios para recibir, por lo menos, una parte del bono.
Esta práctica acentuada en el Gobierno actual se hace consciente de que el Fisco carece de fondos para otras múltiples iniciativas más requirentes y consciente el Ejecutivo de los fracasos de la gestión pública. Es un engaño a la fe de los ciudadanos.
¿Puede considerarse tarea exitosamente cumplida la no construcción de hospitales públicos o las miles de muertes a causa de las listas de espera? ¿Son un triunfo de Obras Públicas el puente Cau Cau y el paralizado viaducto sobre el canal Chacao? ¿Las intolerables tardanzas en la entrega de obras viales merecen un premio? ¿Debería recibir un bono Vivienda, que debió demoler casas de la reconstrucción por estar mal hechas?
Es tan burdamente político este bono por gestión que La Moneda está planificando modificarlo y hasta eliminarlo. Así, indispondría desde un principio a la administración pública en contra del próximo Gobierno.
